Impuestos por amor al arte
El Instituto de Artes de Detroit se suma a un pu?ado de museos de EE UU que sobreviven gracias al pago voluntario de tasas por los ciudadanos
A principios de agosto los habitantes de tres condados de Michigan votaron a favor de imponerse un nuevo impuesto para que el Instituto de Artes de Detroit, m¨¢s conocido como DIA, no se viera obligado a cerrar sus puertas debido a la falta de fondos para mantener su valiosa colecci¨®n. Esta iniciativa, con la que se pretenden recaudar 23 millones de d¨®lares anuales (unos 18 millones de euros), es similar a la que hace unos a?os adoptaron los vecinos de Minnesota o Misuri para ayudar al mantenimiento del Instituto de Artes de Minneapolis y al Zoo de San Luis.
Hasta comienzos de los 90 recib¨ªamos fondos estatales por valor de 16 millones de d¨®lares, pero en 1991, en pleno crecimiento econ¨®mico, el gobernador decidi¨® recortar la aportaci¨®n a la mitad porque consider¨® que se trataba de mucho dinero destinado a un museo" Pam Marcil
¡°Cuando propusimos un nuevo impuesto sab¨ªamos que la idea no iba a ser bien recibida, pero estamos sorprendidos con el respaldo¡±, cuenta por tel¨¦fono Pam Marcil, directora de Relaciones P¨²blicas del DIA. El museo de Detroit, uno de los m¨¢s importantes de Estados Unidos en n¨²mero y en importancia de obras -alberga murales de Diego Rivera, colecciones de fotograf¨ªa, de arte greco-romano o de pintura americana y europea (del siglo XV hasta mediados del XX)-, ha sufrido la dureza de los recortes, tanto del gobierno del Estado de Michigan como del de la ciudad y las razones no siempre han estado ligadas a la crisis econ¨®mica.
¡°Hasta comienzos de los 90 recib¨ªamos fondos estatales por valor de 16 millones de d¨®lares, pero en 1991, en pleno crecimiento econ¨®mico, el gobernador decidi¨® recortar la aportaci¨®n a la mitad porque consider¨® que se trataba de mucho dinero destinado a un museo. Luego, esos ocho millones se redujeron a cuatro... hasta quedarse en cero¡±, explica Marcil, que s¨ª reconoce que en el caso del gobierno local de Detroit la recesi¨®n fue la causante de la par¨¢lisis de sus contribuciones. Desde entonces, el DIA ha sobrevivido gracias a donaciones privadas.
Los ciudadanos de Minneapolis llevan casi un siglo, desde que el Instituto de Arte de la ciudad abri¨® sus puertas en 1915, pagando un impuesto destinado exclusivamente al museo
Los vecinos de los condados de Wayne, Macomb y Oakland destinar¨¢n el 10% del valor catastral de sus viviendas para mantener el museo. En agradecimiento, sus responsables han decidido regalarles la entrada. Los ciudadanos aprecian el valor art¨ªstico, cultural y econ¨®mico que supone el DIA no solo por sus obras de arte sino por el n¨²mero de visitantes, turistas, expertos y dinero que atrae. ¡°Los pol¨ªticos consideran que es prioritario recortar en cultura antes que en otras materias, nosotros hemos demostrado, no solo que no nos importa, sino que estamos dispuestos a subirnos los impuestos para mantener una instituci¨®n como el DIA¡±, cuenta por tel¨¦fono Marcus Russel, que vive en Harper Woods (Michigan) y que en agosto vot¨® a favor del que ya se ha llamado impuesto DIA, una opini¨®n que Marcil comparte.
Los ciudadanos de Minneapolis llevan casi un siglo, desde que el Instituto de Arte de la ciudad abri¨® sus puertas en 1915, pagando un impuesto destinado exclusivamente al museo. ¡°En total, lo que recibimos por esta tasa supone el 2% de nuestro presupuesto total, que asciende a 68 millones. Es lo que invertimos para garantizar la entrada gratuita¡±, explica por tel¨¦fono Anne-Marie Wagener, directora de Relaciones P¨²blicas de la instituci¨®n. A diferencia del DIA, el de Minnesota s¨ª cuenta con un gran apoyo financiero por parte del gobierno estatal y municipal. ¡°Minneapolis tiene una gran tradici¨®n cultural, tenemos m¨¢s museos por persona que Nueva York¡±, puntualiza Wagener.
La ciudad de San Luis tambi¨¦n ha sido pionera en el establecimiento de impuestos para mantener instituciones art¨ªsticas. En 1916, sus vecinos aprobaron una tasa espec¨ªfica destinada a la creaci¨®n del zool¨®gico de la ciudad. Posteriormente, en 1960, ante la posibilidad de ampliar el complejo con un jard¨ªn bot¨¢nico y un museo, votaron a favor de un nuevo tributo, conocido como el impuesto ZMD, las siglas por las que se conoce en ingl¨¦s al Parque Zool¨®gico Municipal y al Museo del Distrito de San Luis. Su recaudaci¨®n supone un tercio del total de su presupuesto.
En pleno debate electoral en EE UU por la necesidad de recortar o subir los impuestos, en el pa¨ªs hay ciudades que han demostrado que no tienen reparos en pagar por amor al arte.
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