Kim Ki-Duk da la campanada en Venecia

A medida que iban cayendo los premios de la 69? edici¨®n de La Mostra de Venecia se ve¨ªa m¨¢s claro que las predicciones de la (siempre muy informada) prensa local sobre los galardones ten¨ªan una s¨®lida raz¨®n de ser. A la obvia candidatura de The master se hab¨ªan sumado en los ¨²ltimos d¨ªas la competencia de la obra del coreano Kim Ki-Duk, Piet¨¤ y la del filipino Brillante Mendoza, Sinapupunan. Cierto es que el t¨¦rmino ¡°justicia¡± como sabemos muy bien en este pa¨ªs es descaradamente maleable pero que Paul Thomas Anderson se haya ido sin el gran premio de este festival era una posibilidad que pocos contemplaban despu¨¦s de sopesar los m¨¦ritos de unos y otros a un nivel puramente cinematogr¨¢fico.

As¨ª que cuando se ley¨® en el Palazzo del Cinema que el jurado hab¨ªa decidido dar el Le¨®n de Oro a Kim Ki-Duk a muchos se les cay¨® el alma el suelo: el talento del coreano ha sido jaleado ¨Ccon todo merecimiento- en otras ocasiones pero en esta casi parece una broma darle el galard¨®n de m¨¢s prestigio del certamen a un filme tan endeble (en imposible comparaci¨®n con el del director estadounidense) como Piet¨¤. La retorcida visi¨®n del realizador de la turbadora La isla o la preciosa Primavera, verano, oto?o, invierno¡­ primavera apuraba (o quiz¨¢s ser¨ªa mejor decir orde?aba) en esta ocasi¨®n a sus personajes a base de torturarlos de un modo tan maniqueo que casi resultaba impostado: el delincuente de voluntad incestuosa, su madre y aquello tan recurrido de que nada es lo que parece. Una venganza con fuegos artificiales, fieramente efectista que ¨Cpor lo visto- impresion¨® al jurado.

Ahora bien, cuando no hac¨ªa media hora que los premios se hab¨ªan entregado diversos medios de comunicaci¨®n estadounidenses (entre ellos las publicaciones digitales The Wrap o Playlist) citaban una fuente interna del jurado que al parecer relataba que las reglas del certamen proh¨ªben entregar el Le¨®n de Oro a un filme al que previamente se ha entregado el Le¨®n de Plata con lo cual el grupo presidido por Michael Mann (siempre seg¨²n esta versi¨®n y a falta de verificar esas reglas) habr¨ªa preferido optar por entregar premios varios a la pel¨ªculas, entre ellos el Le¨®n de plata (mejor direcci¨®n) y la Copa Volpi a los actores. Si todo esto resultara cierto el Le¨®n de Oro era en principio para The master y finalmente se ha quedado a medio camino y le ha tocado la loter¨ªa a Kim Ki-Duk.

As¨ª pues, especulaciones aparte, The master, la aut¨¦ntica joya de La Mostra, ha tenido que conformarse (vamos a subrayar la palabra) con la Copa Volpi ex aequo a Philip Seymour Hoffman y Joaquin Phoenix y con el gran premio del jurado a la pel¨ªcula, el Le¨®n de Plata vamos. Si esto de por s¨ª ya resulta francamente decepcionante lo de darle el premio del jurado a Ulrich Seidl, que persist¨ªa con su trilog¨ªa Paradise, era una broma de altos vuelos cuando hab¨ªa por lo menos media docena de obras netamente superiores a la suya

El resto de premios, algunos de ellos bastante marcianos, tampoco se libran de la cr¨ªtica: premio Marcello Mastroianni para Fabrizio Falco por su papel en Cipri, un actor m¨¢s que discutible ya fuera en aquella o en la Bella adormentata (donde tambi¨¦n aparece), filme de Marco Bellocchio, una suerte de retrato de la sociedad italiana que despu¨¦s de d¨ªas de autobombo, 16 minutos de aplausos en la premiere, y los inacabables parabienes de la prensa del pa¨ªs se ha ido a casa con las manos en los bolsillos. El premio a mejor actriz para Yadas Haron, notable protagonista del filme Fill the void, es bastante m¨¢s interesante: una pel¨ªcula que trataba un tema tan espinoso como el de los jud¨ªos ultra-ortodoxos con cierta habilidad¡­ aunque acabara siendo presa de una indefinici¨®n gen¨¦rica que provocaba risas cuando deb¨ªa provocar llanto y a la inversa.

Se quedaron en el tintero obras que debieron gozar de mayor suerte (a falta de una palabra m¨¢s adecuada) como la mencionada Sinapupunan, una especie de reflexi¨®n l¨ªrica sobre la religi¨®n y su encaje en la vida diaria tomando como punto de partida un peque?o pueblo de la costa de Borneo donde Brillante Mendoza demuestra (como ya hizo en la ¨²ltima edici¨®n del festival de Berl¨ªn) que es un tipo con talento, con buen ojo para captar matices de esos que pasar¨ªan desapercibidos para cualquier otro en su misma situaci¨®n. Tampoco Olivier Assayas, director de Apr¨¨s mai, se ha ido contento del Lido, a pesar de competir con una paciente reflexi¨®n sobre los hijos de mayo del 68 con un mucho de Godard (seg¨²n admit¨ªa el propio director) y otro mucho de autoretrato. A Assayas se le entend¨ªa todo, incluida su reflexi¨®n sobre los apabullantes cambios socio-pol¨ªticos que llevan desde sus personajes hasta el panorama actual. Por lo menos la Fipresci, asociaci¨®n de cr¨ªticos, si lo tuvo claro y le dio su galard¨®n a The master.

As¨ª se finiquita la presente edici¨®n de un festival que el diario La repubblica de hoy defin¨ªa como ¡°mejor que el ¨²ltimo festival de Cannes¡±. Ya se sabe, para gustos los colores.

Palmar¨¦s

Le¨®n de Oro a la mejor pel¨ªcula: Piet¨¤ de Kim Ki-duk.?

Le¨®n de Plata al mejor director: Paul Thomas Anderson, por The Master.

Premio especial del jurado: Paradise: Faith, de Ulrich Seidl.

Copa Volpi al mejor actor: Joaquin Phoenix y?Philip Seymour Hoffman por The Master.?

Copa Volpi a la mejor actriz: Hadas Yaron por Fill the Void.

Premio Marcello Mastroianni al mejor nuevo actor joven: Fabrizio Falco por ? stato il figlio y Bella addormentata.

Premio a Mejor Guion: Olivier Assayas por Apr¨¨s mai.