Del amor
?Y qu¨¦ decir del amor por un pa¨ªs extranjero? Parece una especie de nacionalismo al rev¨¦s: lo Distinto encanta, lo Id¨¦ntico aburre, lo Otro exalta¡ Llevo a?os enamor¨¢ndome de lo extra?o, y este septiembre no ha sido la excepci¨®n: septiembre viajero en el que vi lugares for¨¢neos, mientras rele¨ªa a fondo El gran Gatsby (Anagrama), gran historia de amor.
"A m¨ª me hab¨ªan invitado de verdad", dice en ella Nick Carraway, el narrador. Y ahora jurar¨ªa que, como si se tratara de un lugar for¨¢neo, es la propia novela de Scott Fitzgerald la que me invita a hablar aqu¨ª del amor. En ella hay una frase bien extra?a que recientemente coment¨® con agudeza Siri Hudvest en Una s¨²plica para Eros (Circe): aparece en la escena en la que Carraway, a petici¨®n de Gatsby, ha invitado a Daisy a su casa para que as¨ª los antiguos amantes se reencuentren; cuando eso ocurre y Nick les quiere dejar solos, ellos se resisten a que se vaya. "Tal vez mi presencia les hac¨ªa sentirse m¨¢s satisfactoriamente solos", escribe Nick.
?Qu¨¦ puede significar ese "satisfactoriamente"? Para Hudvest expresa la idea de que el amor, para existir, necesita ser visto. Posiblemente, una pareja la componen tres personas. Y quiz¨¢s estar enamorado sea un estado tan inenarrable que solo un testigo pueda transformarlo en cre¨ªble, real.
Es sin¨®nimo de incendio y noche rusa, pero tambi¨¦n de absurdo y, por supuesto, de humor
El amor, est¨¢ claro, es el ¨²nico sentimiento que introduce la idea del otro, el ¨²nico que nos permite escapar de la trampa de la identidad propia, de lo neur¨®ticamente abocado a uno mismo. ?Ser¨¢ verdad que uno est¨¢ enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es ¨²nica? Aqu¨ª no sabr¨ªa qu¨¦ decir. ?Y es cierto que solo nos atraen las historias de amor infelices? A esto puedo responder que se trata de un t¨®pico que desmontan novelas como Ada o el ardor, de Nabokov, donde sin cesar los enamorados son inteligentes y, encima, desenfrenadamente felices, y nosotros leemos la historia con notable entusiasmo. ?O no?
?Amor y belleza son conceptos id¨¦nticos? Quiz¨¢s s¨ª, pero tampoco est¨¢ tan claro. Stendhal, por ejemplo, viaja por Italia y se enamora de ese pa¨ªs con tal fuerza que su coup de foudre adopta el rostro de una actriz que canta en Ivrea el Matrimonio secreto de Cimarosa; esta actriz tiene un diente delantero roto, pero la verdad es que eso importa poco para el coup de foudre. ?O no nos acordamos ya de que Werther se enamora de Carlota, entrevista por una puerta mientras corta rodajas de pan para sus hermanitos, y esa primera visi¨®n, aunque trivial, le conduce a la m¨¢s fuerte de las pasiones y al suicidio?
Me atasco de pronto ¡ªel amor es un gran atasco, dec¨ªa Chesterton¡ª y acabo volviendo a Daisy y Gatsby, a los que evoco sentados en los escalones de la casa de su amigo Carraway, vigilados estrecha y "satisfactoriamente" por este, que sigue las instrucciones de Daisy, que le ha pedido que est¨¦ bien atento, "por si hubiera un incendio o una inundaci¨®n".
?Una novela le¨ªda recientemente y que me haya emocionado? Sin duda, Hace cuarenta a?os, de Maria Van Rysselberghe (Errata Naturae). ?De qu¨¦ personaje de ficci¨®n estuve enamorado? De Aida (Claudia Cardinale) bajando las escaleras en La chica con la maleta de Valerio Zurlini. Y de Anna Karenina, por supuesto. Inolvidable Anna en el tembloroso tren, leyendo una novela inglesa con una peque?a linterna que sujeta en el brazo de su butaca. En un vag¨®n cercano viaja Vronsky, pero ella no lo sabe todav¨ªa. Es una escena extraordinaria de la gran literatura: Anna, la novela y la linterna, el iluminado tren cruzando la noche rusa, la conmovedora vida en movimiento.
Amor es sin¨®nimo de incendio y noche rusa, pero tambi¨¦n de absurdo y, por supuesto, de humor. Juan Mars¨¦ recordaba el otro d¨ªa una r¨¦plica en Pasi¨®n de los fuertes, de John Ford, con Henry Fonda en este di¨¢logo:
¡ªY t¨², Mac, ?nunca has estado enamorado?
¡ªNo, yo he sido camarero toda mi vida.
www.enriquevilamatas.com
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