Palabras musicales que resuenan en el grito de un pueblo
La saharaui Aziza Brahim presenta su disco ¡®Mabruk'
Envuelta en la refrescante sombra de un ¨¢rbol de Tener¨¦, de esos que aparecen hincados de jal¨®n en jal¨®n en la vertiginosa inmensidad del desierto, Ljadra Mint Mabruk compuso un poema sobre un tanque. Invitada a una base militar en los territorios liberados del Frente Polisario, al este del infame muro que hace las veces de de acantilado insalvable entre los territorios del S¨¢hara Occidental, la rapsoda analfabeta, la Poeta del fusil, jam¨¢s hab¨ªa visto el interior de un carro de combate. Tampoco nunca empu?¨® ning¨²n arma, a pesar de su apelativo, a no ser que por arma quiera entenderse la intensa fuerza de sus palabras.
Su grito era eco del clamor de un pueblo, el saharaui, 37 largos a?os abandonado en una esquina rec¨®ndita de Argelia, en el campo de refugiados de Tinduf, y separado de su otra mitad, presa en su propia tierra bajo control marroqu¨ª. Mabruk, el ¨¢lbum que su nieta, Aziza Brahim, presenta el pr¨®ximo 6 de octubre en la sala Galileo Galilei de Madrid, es y tambi¨¦n es algo m¨¢s que un homenaje a sus versos. Y que su musicalizaci¨®n. ¡°Es un disco que concentra la intenci¨®n de hacer evolucionar la m¨²sica saharaui¡±, explica la cantante y compositora (Tinduf, 1976).
En la sala Galileo, Brahim tocar¨¢ su disco acompa?ada de su grupo, Gulili Mankoo, hecho a base de m¨²sicos espa?oles y saharauis.
No todas las 14 canciones toman por letra los poemas de su abuela, ni el llanto del pueblo saharui. Otras hablan, simplemente, de la vida en la piel de un ser humano. ¡°Del amor, de la naturaleza, de las personas, de an¨¦cdotas...¡±. Su ya de por s¨ª inmensa sonrisa se le sale de la boca cuando habla de su m¨²sica, que practica desde que era una ni?a -viene de familia de artistas, pues su madre tambi¨¦n cantaba-, y que la llev¨® a Europa cuando en 1995 gan¨® el Concurso Nacional de Canci¨®n de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica y consigui¨® un contrato con la discogr¨¢fica Nube Negra. ¡°Volv¨ª a los campamentos y despu¨¦s de un a?o decid¨ª regresar a Espa?a para desarrollar mi carrera¡±, cuenta.
Y aqu¨ª sigue, aunque siempre intermitentemente, siempre viajando con su mensaje por maleta. ¡°Es mi reivindicaci¨®n para reflejar el sentir de un pueblo, para sacar todo lo que queremos decirle al mundo¡±. Una meta que tambi¨¦n prob¨® a alcanzar a trav¨¦s del cine, cuando compuso la banda sonora de la pel¨ªcula Wilaya, de Pedro P¨¦rez Rosado, donde tambi¨¦n realiz¨® un peque?o papel. La Biznaga de Plata del Festival de Cine de M¨¢laga que le valieron hace unos meses sus composiciones, fue para ella ¡°el mayor subid¨®n¡±. Sobre todo porque, como explica, la cinta es la primera obra de ficci¨®n jam¨¢s realizada sobre su pueblo.
Tras las palabras de Mabruk, cantadas en hasan¨ªa, su lengua materna, y en espa?ol, que aprendi¨® impecablemente en los ocho a?os que pas¨® en Cuba, pa¨ªs de donde recibi¨® una beca de estudios a los once, suenan melod¨ªas de percusi¨®n del ?frica Occidental. La misma Brahim toca el t'bal, un tambor tradicional haul. Pero tambi¨¦n hay fogonazos de antiguo blues y rock, una mezcla in¨¦dita que, aunque surgida de un amor parejo por todos esos g¨¦neros, la ten¨ªa preocupada. ¡°Ten¨ªa miedo de ver lo que dec¨ªa la gente de mi pa¨ªs, pero a trav¨¦s de Facebook, de Twitter, en los conciertos, me han hecho ver que les gusta¡±.
En la sala Galileo, Brahim presentar¨¢ su disco ¡ªautoproducido, dice, ¡°para adue?arme de lo que hago¡±¡ª, acompa?ada de su grupo, Gulili Mankoo, hecho a base de m¨²sicos espa?oles y saharauis. Tambi¨¦n habr¨¢ colaboraciones especiales de m¨²sicos africanos. ¡°Es la primera vez que doy un concierto en Madrid con toda mi banda, tengo mucha expectaci¨®n y ganas de disfrutar con el p¨²blico¡±. Sobre el escenario, saludar¨¢ a su p¨²blico ataviada con una tradicional melfa, como la que lleva en la fotograf¨ªa, y de la que se desprende durante la entrevista. ¡°Si la porto en mis conciertos es porque es un s¨ªmbolo de la esencia de las mujeres saharauis, y yo estoy orgullosa de ser mujer y de ser saharaui¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.