Hallstr?m, mucho clima y pocas nueces
Lasse Hallstr?m es un director sueco al que el ¨¦xito de aquella amarga y emotiva pel¨ªcula titulada Mi vida como un perro le permiti¨® instalarse en Hollywood. Y con un ¨¦xito notable. Es el autor de dos pel¨ªculas que adoro: ?A qui¨¦n ama Gilbert Grape? y Las normas de la casa de la sidra. Tambi¨¦n de otras pretendidamente art¨ªsticas, pero con alarmante tendencia al edulcoramiento, al gusto de los productores convencionales. Hallstr?m se adapta a los guiones que le entregan, no tiene un estilo identificable, pero cuando el material del que dispone es bueno ha logrado pel¨ªculas preciosas.
Con El hipnotista, que ha cerrado la Secci¨®n Oficial, el hijo pr¨®digo al que le fueron tan bien las cosas dirigiendo estrellas en el cine norteamericano de gran presupuesto, regresa a Estocolmo para filmar una intriga en la que todo resulta inequ¨ªvocamente sueco, en la que resultar¨ªa muy complicado averiguar quien la ha dirigido si no existieran los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Hay baches y cosas que no est¨¢n bien explicadas en la b¨²squeda que emprenden un polic¨ªa sin atributos legendarios y un m¨¦dico que utilizaba la hipnosis para curar a los pacientes y que ha sido expulsado de la profesi¨®n al haber cometido un trascendente error con alguien que ha asesinado con especial ensa?amiento a una familia.
Hallstr?m tambi¨¦n comete la muy humana pifia de otorgarle el protagonismo a su esposa Lena Olin, que interpreta a la madre de un ni?o de 10 a?os, algo que atenta contra la l¨®gica, ya que debido a la edad y la apariencia de Lena Olin lo normal es que interpretara a la abuela del cr¨ªo, nunca a la madre. No se pueden hacer esas cosas al elegir los repartos, aunque lo hagas con la intenci¨®n de salvar o robustecer tu matrimonio.
Si el desarrollo de una trama que pretende ser retorcida y terror¨ªfica, contagiarte la angustia y el miedo que sienten los amenazados personajes, decae a veces por lagunas o cosas mal explicadas en el guion, lo que s¨ª consigue Hallstr?m es crear una atm¨®sfera de la que resulta dif¨ªcil desentenderte. Te envuelve el g¨¦lido fr¨ªo de Estocolmo en Navidad, esa luz mortecina que invita a la depresi¨®n, la sensaci¨®n de que aunque la calefacci¨®n funcione perfectamente todo el mundo siente fr¨ªo por dentro y soledad. Es una pel¨ªcula con notable personalidad visual, con clima, desasosegante, turbia. Lo que menos importa es conocer la identidad del misterioso asesino. Pero el director sabe transmitirte el generalizado mal rollo, lo agobiante que pueden ser en esa geograf¨ªa el plomizo, helado e interminable invierno.
El festival que dirige el entusiasta y muy listo Jos¨¦ Luis Rebordinos ha sido mod¨¦lico en muchos aspectos pero la programaci¨®n de la Secci¨®n Oficial, que comenz¨® con un nivel muy alto, ha ido decayendo. Directores de los que esperabas lo mejor, como Laurent Cantet y Costa-Gavras, no han estado a la altura de su merecido prestigio. De cualquier forma, el cine a concurso ha sido m¨¢s digno que el que he visto este a?o en otros festivales internacionales. La presidenta del jurado es Christine Vachon, se?ora nada conocida para el p¨²blico ni tampoco para muchos de los que estamos medianamente especializados en los temas de cine. En su curr¨ªculo figura haber sido la productora m¨¢s notable del cine independiente norteamericano, la responsable de que gente como Todd Solondz y Todd Haynes hayan hecho cine. Por mi parte, no me hubiera ocurrido nada grave, ni siquiera leve, en el caso de no haber visto el cine de estos directores y de otros con los que Christine Vachon ha ejercido el mecenazgo. Imagino que los gustos cinematogr¨¢ficos de esta se?ora no coinciden demasiado con los m¨ªos. Esperemos que el palmar¨¦s no apueste por los disparates excesivos, que la condici¨®n primordial para ser premiado sea el exotismo o el tono del cine independiente. Ojal¨¢ que se reconozca el talento que despliegan en sus ¨²ltimas pel¨ªculas directores como Fran?ois Ozon, Fernando Trueba y Pablo Berger.
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