Vuelta al fondo de armario
Riccardo Tisci enfrenta los dise?os de los sesenta de Hubert de Givenchy con la est¨¦tica religiosa
En el centro de un patio escolar, despojado de alumnos por la noche y el fin de semana, Mathias Lecomte tocaba el ¨®rgano arropado por un altar de madera. En un extremo del recinto, los dj¡¯s berlineses Discodromo pinchaban metidos en un cubo met¨¢lico. Esta imagen del desfile de Givenchy, que se vio en Par¨ªs el domingo, explica la dicotom¨ªa que se esconde bajo cualquier colecci¨®n contempor¨¢nea de una marca hist¨®rica. ?Cu¨¢nto debe un dise?ador acercarse a uno u otro extremo? ?D¨®nde est¨¢ el punto de equilibrio entre la tradici¨®n y la modernidad?
Para primavera/verano 2013, Riccardo Tisci ha decidido acercarse al pasado m¨¢s de lo que acostumbra desde que llegara a Givenchy en 2005. El dise?ador italiano ha buceado en los archivos de Hubert de Givenchy y ha enfrentado los trajes del fundador de la firma en los a?os sesenta con im¨¢genes de monjas ¨Cla iconograf¨ªa religiosa le fascina- y con los dise?os del arquitecto Carlo Mollino. Soplan vientos minimalistas para todos y, a pesar de las referencias religiosas y los volantes, la propuesta de Tisci es sorprendentemente gr¨¢fica y clara. ¡°Emociones sensuales y limpias¡±, afirma querer evocar Tisci. Para lograrlo, se apoya en los tejidos tradicionales de la alta costura de los a?os sesenta y remata la silueta con tiras de metal en el cuello o los hombros y zapatos de pl¨¢stico y madera.
Definitivamente m¨¢s cerca de la tradici¨®n se situ¨® Vionnet unas pocas horas despu¨¦s. Para conmemorar el centenario de la marca, se present¨® una colecci¨®n de 20 trajes de ¡°semi alta costura¡± que quer¨ªan rendir homenaje a la indiscutible maestr¨ªa de Madeleine Vionnet, que se retir¨® en 1939. Por desgracia, el aniversario llega en un momento complicado para la marca. Vionnet volvi¨® a la actividad en 2009 con nuevos propietarios y hoy se encuentra sin director creativo conocido despu¨¦s de que las hermanas Croce, que reemplazaron al tambi¨¦n fugaz Rodolfo Paglialunga, desaparecieran tras una ¨²nica colecci¨®n. Es la nueva accionista mayoritaria de la compa?¨ªa, la millonaria kazaja Goga Ashkanazi, quien ahora saluda al final de los desfiles. Raro, raro.
En mejor forma se encuentra otra casa tambi¨¦n inmersa en una celebraci¨®n de cumplea?os: la semana pasada se inaugur¨® una exposici¨®n en el Palais de Tokio que repasa los 60 a?os de historia de Chlo¨¦. Se muestran piezas de los nueve dise?adores principales que la firma ha tenido, desde la fundadora Gaby Aghion hasta la actual Clare Waight Keller, pasando por Karl Lagerfeld. No ha debido resultar f¨¢cil para Waight Keller concebir la colecci¨®n que acompa?a a ese paseo por el pasado. Sobre todo, teniendo en cuenta que es solo la tercera que entrega y que, antes de su llegada, Chlo¨¦ sufri¨® varios a?os de vaivenes. En este contexto, el equilibrio entre pasado y futuro se torna todav¨ªa m¨¢s espinoso. Y, sin embargo, su propuesta de primavera/verano 2013 fue la mejor que Waight Keller ha entregado hasta la fecha. No es esta una temporada proclive a gestos coquetos, y la brit¨¢nica aparca el tono acaramelado que suele barnizar Chlo¨¦ en favor de un romanticismo esquem¨¢tico (s¨ª, los volantes minimalistas de nuevo) que podr¨ªa ser la gran tendencia de esta semana de la moda
De todas formas, la constante disyuntiva que surge en las casas tradicionales deber¨ªa ser un motivo para reflexionar sobre la aut¨¦ntica necesidad de rescatar sin tregua etiquetas del pasado. Porque obligaci¨®n no hay ninguna y dise?adores deseos de escribir su propia historia, a docenas. Harta de tener que lidiar con fantasmas de otros, Stella McCartney dej¨® Chlo¨¦ en 2001 para crear su compa?¨ªa. En una marca de propia, la libertad es la que uno quiera darse y la brit¨¢nica la aprovech¨® ayer para sumergirse en terrenos nuevos para ella. Plisados inspirados en el trabajo de Issey Miyake y milhojas de tejido se combinaron con elementos m¨¢s t¨ªpicos en el vocabulario de McCartney, como los trajes y los vestidos calados. En las ¨²ltimas temporadas, McCartney se ha aventurado por terrenos m¨¢s atrevidos con buenos resultados, al menos, a juzgar por la cantidad de mujeres que llevaban sus estampados en los desfiles de ayer y por los n¨²meros que obtiene con cada tienda que abre (una de las ¨²ltimas, en Barcelona). Por eso, aunque algunas de sus innovaciones para la pr¨®xima temporada no est¨¢n completamente bien resueltas, es interesante que McCartney tenga la confianza y seguridad para atreverse con ellas.
Otro que cort¨® hace tiempo con las ataduras al legado ajeno fue Gianbattista Valli. Cuando el italiano sali¨® de Ungaro en 2004 ¨Cuna casa en la que ya van por el s¨¦ptimo dise?ador desde la retirada de Emanuel- fund¨® su propia l¨ªnea. Ahora cuenta con una colecci¨®n de alta costura y otra de pr¨ºt-¨¤-porter y no cuesta imaginar que m¨¢s de uno le habr¨¢ propuesto viajar al pasado glorioso de otros dise?adores. Pero Valli hace lo que le gusta. Ayer mostr¨® su cara m¨¢s sobria y tambi¨¦n traviesa. Sus faldas l¨¢piz transparentes no son, precisamente, material de oficina. Pero de eso, precisamente, va la libertad.
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