El poder viral del estereotipo
El fen¨®meno de YouTube ¡®Shit girls say¡¯ se convierte en libro tras iniciar un subg¨¦nero de humor
"?Me har¨ªas un favor enorme?", "?Puedes pasarme la manta?" y "Aparta esto de m¨ª antes de que me lo coma todo" son expresiones t¨ªpicamente femeninas. O al menos eso creen Kyle Humphrey y Grayddon Sheppard, dos treinta?eros de Toronto que, YouTube mediante, han elevado estos lugares comunes a la categor¨ªa de fen¨®meno viral inaugurando, por el camino, un nuevo subg¨¦nero humor¨ªstico. Una historia que ejemplifica a la perfecci¨®n el paradigma del pelotazo online. Y que comenz¨®, como no podr¨ªa ser de otra forma, en la red social Twitter. La cuenta @Shitgirlssay (chorradas que dicen las chicas), creada en 2010, re¨²ne ya a m¨¢s de 1,7 millones de seguidores que comparten y alimentan su cat¨¢logo de frases estereot¨ªpicas como "?Puedo cogerte unas patatas?" o "No tengo nada que ponerme".
Despu¨¦s vendr¨ªan cuatro cortos protagonizados por el propio Sheppard ¡ªtravestido¡ª y que ya han sido vistos m¨¢s de 17 millones de veces. Audiencias que llamaron la atenci¨®n de la industria cultural tradicional, ansiosa por rentabilizar un producto tan popular. Porque en los cuentos 2.0, los h¨¦roes no reciben perdices sino un contrato con una gran editorial ¡ªen este caso Harper Collins¡ª para publicar un libro o, incluso, con un productora que lleve su idea a la televisi¨®n.
Este ¨²ltimo fue el caso Shit my father says, la cuenta de Twitter en la que Justin Halpern recog¨ªa las categ¨®ricas e impagables m¨¢ximas de su progenitor: "No soy pesimista. Antes o despu¨¦s el mundo se te caga encima. Pensar que no es mierda no te hace optimista, sino idiota". Un proyecto que m¨¢s tarde se convertir¨ªa en libro, Las chorradas de mi padre (RBA) y, finalmente, en una serie para la cadena estadounidense CBS. La sitcom, sin embargo, no consigui¨® reproducir el ¨¦xito logrado en la Red y fue retirada antes de que finalizase su primera temporada.
Aleccionados por la experiencia de su predecesor, Humphrey y Graydon prefieren centrarse solo en la promoci¨®n de su libro. "Las chorradas de mi padre sali¨® antes que nosotros, nos encanta, pero hacemos algo distinto. Nuestra fuerza siempre ha estado en los v¨ªdeos de YouTube", resumen por tel¨¦fono. Y algo de raz¨®n deben tener porque, aunque el formato ya hab¨ªa sido creado por Halpern y rentabilizar humor¨ªsticamente el costumbrismo es algo tan antiguo como los chistes de Lepe, Shit girls say ha enganchado a millones de personas. Entre ellas, a la actriz Juliette Lewis, que quiso participar en los sketches d¨¢ndoles un buen empuje promocional. "La clave est¨¢ en que no nos re¨ªmos de las chicas, sino que lo hacemos con ellas. No somos ofensivos ni mis¨®ginos. La mayor parte de nuestros seguidores son mujeres, muchas nos env¨ªan frases autopar¨®dicas y son ellas mismas las que nos recomiendan a sus amigas", cuentan.
"Muchas chicas nos env¨ªan frases autopar¨®dicas",
Pero el verdadero catalizador, y al mismo tiempo prueba tangible, de su ¨¦xito han sido las decenas de adaptaciones que han surgido de Shit girls say. Solo dos d¨ªas despu¨¦s de que se colgase en YouTube su primer v¨ªdeo, la Red se llen¨® de variaciones como Cosas que no dicen los hombres ¡ª"Perdone, ?puede ayudarnos? Estamos perdidos" o "Ll¨¢mame y, si no lo cojo, sigue llam¨¢ndome sin parar"¡ª; Cosas que dicen los gais -"Tenemos champ¨¢n rosado"-; Cosas que dicen las chicas a los gais ¡ª"Tengo un amigo gay que ser¨ªa perfecto para ti"¡ª; Cosas que dicen los gais a los heteros ¡ª"Deja de bailar"¡ª, y as¨ª hasta el infinito.
La f¨®rmula surgi¨® en Twitter, donde tienen 1,7 millones de seguidores
O hasta versiones tan surrealistas como la preferida de Graydon y Humphrey, Cosas que dicen las madres de Sri Lanka. Seg¨²n reconoce el d¨²o canadiense, una de las singularidades m¨¢s interesantes de este arquet¨ªpico producto de las redes sociales reside, precisamente, en que la f¨®rmula naif y directa de Cosas que dicen¡ se ha confirmado como un subg¨¦nero de humor multimedia.
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