El Prado acoge el retrato del misterioso soldado de ¡®Las lanzas¡¯

Dec¨ªa el hispanista norteamericano Jonathan Brown que si Vel¨¢zquez se hubiera atrevido a autorretratarse como uno de los caballeros de la corte del Rey Felipe IV en el cuadro que pint¨® el artista, Las lanzas, le hubieran dado el billete de vuelta a Sevilla inmediatamente. Tanto es as¨ª que la convicci¨®n que exist¨ªa hasta principios del siglo XX de que el soldado an¨®nimo que aparece en el extremo derecho de la pintura era el retrato del pintor sevillano se descart¨®.

Las semejanzas entre aquel misterioso soldado de la Corte, y el busto que cuelga desde hoy en la pared adyacente a la de Las Lanzas, en la sala 9 del Museo del Prado, son m¨¢s que evidentes. Retrato de Caballero, la obra que fue atribuida a Diego Vel¨¢zquez en 2009 tras su restauraci¨®n, ha viajado desde el Metropolitan Museum of Art de Nueva York para rencontrarse con otras pinturas de su autor, y estar¨¢ expuesta hasta el pr¨®ximo 27 de enero. Tras un misterioso anuncio por parte de la pinacoteca de la presentaci¨®n de una obra ¡°que no se hab¨ªa mostrado nunca antes en Espa?a¡± y sin aportar m¨¢s datos, se ha presentado esta ma?ana el busto. ¡°El secretismo tiene un motivo: esta obra tiene un receptor especial, es un homenaje al patrono em¨¦rito del museo, Pl¨¢cido Arango, a quien que se le present¨® ayer en un acto muy emotivo y que est¨¢ dentro del marco del programa expositivo ¡®La obra invitada¡¯, de la Fundaci¨®n Amigos del Museo del Prado¡±, ha se?alado Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n del museo. Al final, el secreto no fue tal porque la identidad de la obra la public¨® un diario nacional. Tampoco se pudo ver al presidente del patronato en la presentaci¨®n.

La identidad del modelo sigue siendo una inc¨®gnita para investigadores y expertos. Su comparaci¨®n con el Autorretrato de Valencia y con el que aparece en Las Meninas llev¨® al hispanista alem¨¢n Angus Mayer, fallecido en 1944, a volver sobre la idea de que Retrato de Caballero fuera un autorretrato. Sin embargo, la comparaci¨®n desvela m¨¢s diferencias que semejanzas: ¡°Los ojos, la punta de la nariz, o el tono p¨¢lido de la tez del misterioso personaje que aparece en La rendici¨®n de Breda hacen pensar que se trata de una persona distinta¡±, observa Keith Christiansen, jefe de Pintura Europea del MET.

Retrato de caballero hab¨ªa pertenecido, desde el siglo XVIII, a colecciones privadas alemanas, hasta que en 1925 o 1926 pas¨® a manos de Joseph Duveen, el marchante de pintura antigua m¨¢s importante de su tiempo. Con objeto de facilitar su salida comercial hizo restaurar el cuadro atendiendo a criterios que satisficieran las expectativas del coleccionismo internacional. Esa intervenci¨®n cre¨® un fondo homog¨¦neo, defini¨® las partes del tronco que estaban simplemente abocetadas, convirti¨® el cabello en una masa uniforme y, en general, dio lugar a una imagen muy est¨¢tica, una sensaci¨®n que el envejecimiento del barniz no hizo sino aumentar.