Mil palabras valen m¨¢s que una imagen
Jos¨¦ Ovejero presenta ¡®Nueva gu¨ªa del Museo del Prado¡¯, un poemario en el que convierte en versos obras de El Bosco, Goya o Rubens
Existen mil y una maneras de visitar un museo como el Prado: solo o acompa?ado, con audiogu¨ªa o sin ella, dando un paseo por sus salas o desde el sof¨¢ gracias a las posibilidades que ofrecen ya las webs de los museos... El escritor Jos¨¦ Ovejero propone la f¨®rmula n¨²mero mil dos: hacer la visita a ritmo de poes¨ªa. Nueva gu¨ªa del Museo del Prado es un paseo por la pinacoteca a trav¨¦s de la lectura sonetos, de m¨¦tricas adaptadas y personales, de reflexiones profundas unas, con tintes de humor otras.
El recorrido que ofrece Ovejero abarca 21 obras que elegidas por el criterio personal del autor, y dos salas del museo (la de los bufones y los bodegones). ¡°Primero empec¨¦ con un cuadro que me gusta mucho, El tr¨¢nsito de la Virgen, pero lo hice como algo l¨²dico, nunca cre¨ª que fuera a terminar escribiendo un libro¡±, explica. Apenas cuatro meses despu¨¦s de la publicaci¨®n de La ¨¦tica de la crueldad, que le vali¨® el Premio Anagrama de Ensayo, el madrile?o asegura estaba cansado de escribir novela y ensayo, y decidi¨® lanzarse con la poes¨ªa. Primero por curiosidad, despu¨¦s por placer: ¡°Cuando me puse a escribir el primer poema me di cuenta de que lo estaba pasando tan bien que no dud¨¦ en ir a por un segundo, y fue para otra obra que me entusiasma, Perro semihundido, de Goya". Ese salto de g¨¦neros en la creaci¨®n de Ovejero tiene una explicaci¨®n simple: "Me da aire. Me permite respirar, me saca de esta profesi¨®n de escribir una novela despu¨¦s de otra novela, utilizar t¨¦cnicas distintas me permite no repetirme, escribir de otra manera, pensar de otra manera... Me permite renovar las maneras de acercarme a la realidad, y no pasar siempre el mismo camino".
?Pero qu¨¦ conexi¨®n existe entre la pintura y la poes¨ªa? Ambas se centran y profundizan en un momento muy concreto de la realidad, explica el autor: ¡°Ninguna de las dos disciplinas trabaja por expansi¨®n contando una larga historia, ni dando miles de detalles sobre lo que rodea lo que se quiere contar. Es, por el contrario, una manera muy condensada y muy extensa de trabajar. El cuadro cuenta un momento de la historia, y yo me centro en esa parte¡±. En otro de los cuadros que analiza en este libro, El fusilamiento de Torrijos, fue la mano que se ve en el borde inferior lo que llev¨® al poeta a pensar que el poema estaba en aquella mano, la del h¨¦roe o el revolucionario que no tiene nombre ni cara, al que nunca pintar¨¢n un cuadro, ¡°Y as¨ª voy descubriendo detalles, cuadros peque?os que nunca hab¨ªa visto, o que no hab¨ªan llamado tanto mi atenci¨®n¡±.
Los ritmos, las longitudes, la m¨¦trica de los poemas son cambiantes en cada una de las 65 p¨¢ginas de esta Nueva gu¨ªa, editada por Demipage, que se vender¨¢, c¨®mo no, en la librer¨ªa del museo. ¡°Son bastante distintas, he intentado adaptar los poemas al tipo de cuadro. No es lo mismo hacer un poema sobre El jard¨ªn de las delicias, que sobre Susana y los viejos, que sobre Saturno devorando a sus hijos¡±, apunta.?Ovejero encuentra en esta variedad ¡°lo divertido¡± de esta ¨²ltima obra, en la que ha encontrado 21 maneras distintas de hablar de 21 cuadros.
A pesar de haber vivido media vida fuera de Espa?a, el Prado supone para este madrile?o una conexi¨®n sentimental con su aprendizaje est¨¦tico. "Es el museo al que he ido de ni?o, es el museo con el que he ido creciendo y que ha hecho cambiar mi manera de mirar los cuadros, de ver ciertas cosas, de entender ciertos temas¡".?
"No habr¨¢ segunda ni tercera parte de esta gu¨ªa", sentencia el poeta, rotundo. Ovejero no se quiere repetir. "Podr¨ªa contar otras historias de amor frustrado, de ambici¨®n y de poder como la de Saturno. Pero no tengo la impresi¨®n de poder aportar m¨¢s, ?para qu¨¦?", se pregunta Jos¨¦ Ovejero. ?Y qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s?, se pregunta la periodista. "Una historia de amor", aunque nada es definitivo para este poeta, novelista, cuentista y ensayista, "luego empiezas a escribir una historia de amor y te sale una cosa escabrosa, pero tengo la impresi¨®n de que voy a hacer algo distinto".
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