¡°Lo siento, la escritura es mucho m¨¢s interesante que la vida¡±
El Irland¨¦s John Banville habla sobre su ¨²ltima novela, 'Antigua luz', que cuenta la historia de un adolescente enamorado de la madre de su mejor amigo
Hace unos d¨ªas ¡ªno recuerda con precisi¨®n cu¨¢ntos porque para John Banville el tiempo es una zigzagueante sucesi¨®n de aconteceres¡ª comprob¨® que los cristales de su estudio estaban hechos un asco. ¡°Hac¨ªa por lo menos 10 a?os que no los limpiaba porque cuando trabajo nunca miro a la calle¡±. Tambi¨¦n comprob¨® que el ¨²nico objeto realmente desgastado del lugar que acoge sus encierros es la alfombra que conduce de su escritorio hasta la cocina. Alrededor, no le averg¨¹enza admitir, ¡°todo est¨¢ lleno de polvo¡±.
Menos las palabras¡ A las palabras, John Banville (Wexford, Irlanda, 1945), autor ins¨®lito, sugerente, les saca brillo. As¨ª lo demuestra de nuevo en Antigua luz (Alfaguara y Bromera, en catal¨¢n), su nueva novela. Cuenta la historia de un adolescente fascinado y enamorado de una diosa: la madre de su mejor amigo.
Banville es un escritor puro. Una rara avis en su propia lengua. ¡°S¨ª, creo que lo soy¡±, admite, obsesionado por la pulcritud desnuda del lenguaje m¨¢s que por el relato. Un prosista en verso. Un introvertido buceador que luce corbata e iron¨ªa, que seduce con sus historias pegadas a la nostalgia de los elementos por un lado y a la novela negra, por otro, cuando se viste de Benjamin Black. Esa esquizofrenia que ahondaba al publicar en Espa?a en dos editoriales ¡ªAnagrama y Alfaguara¡ª ha sido ya resuelta en uno de los contratos de la temporada editorial. Ahora las novelas que firma como Banville tambi¨¦n pasan al sello Alfaguara.
El mundo en s¨ª es para m¨ª redondo y las palabras, cuadradas¡±
Dice que en Antigua luz est¨¢ todo ¨¦l. Como hombre y como mujer. Pero sobre todo como amante. ¡°La imagen que uno crea del amor es intensa, todo se basa en esa idealizaci¨®n. Cuando te enamoras inventas una diosa pese a que sabes que es de carne y hueso. Lo malo es que eso no dura m¨¢s de tres meses, siempre depende de la diosa que se alargue un poco m¨¢s¡¡±. Nadie puede soportar tanta tensi¨®n ensalzadora: ¡°El amor es una feliz angustia¡±, define. Permanente. Lo supo desde que vivi¨® su primer amor. Fue a tiempo parcial. En verano. ¡°Estuve loco por ella entre los 11 y los 17 a?os¡±.
Banville se revela como un estajanovista de su oficio. Sin muchos planes previos cada vez que se adentra en un libro. ¡°Una frase lleva a la siguiente y as¨ª hasta que te das cuenta de que has terminado¡±. Los planes en sus obras marcan poco. ¡°Lo importante es dejarse llevar, perderse en uno mismo, es entonces cuando te das cuenta de que no penetran en ti ni las influencias¡±.
Aunque eso no quiere decir que nos las tenga. ¡°Los hay que insisten en mis semejanzas con Samuel Beckett, pero yo le debo m¨¢s al atrevimiento de un poeta como Yeats y a la cirug¨ªa en las motivaciones de la gente que observo en Henry James¡±. La escritura que practica Banville tiene mucho de semiinconsciencia, de viaje interior, de desprecio al acopio de experiencias ajenas, aun cuando lamenta a veces haber perdido tiempo en dejar pasar los d¨ªas encomend¨¢ndose a su obra. ¡°Lo siento, para m¨ª, la escritura es mucho m¨¢s interesante que la vida¡±. Lucha por crear un mundo en cada frase. Esa construcci¨®n en l¨ªnea es su obsesi¨®n.
La imagen que uno crea del amor es intensa, todo se basa en la idealizaci¨®n¡±
El lenguaje tiene sus designios, sus caprichos y en ¨¦l, cada ma?ana, a las 9.30, se embarca. ¡°La frase es el mayor invento del hombre¡±, comenta. Desconf¨ªa radicalmente de que la novela sea un reflejo de la realidad. La lucha por encajar ambas cosas le resulta una geometr¨ªa imposible: ¡°El mundo en s¨ª es para m¨ª redondo y las palabras, cuadradas, adaptar ambos es muy complicado¡±. La existencia es un presente continuo que se desvanece creando confusi¨®n. ¡°Un libro es s¨®lo un objeto, con principio y final, en el que a veces podemos convencernos de que cabe algo parecido a lo que es la vida¡±.
A veces le salen experimentos extra?os. Como su anterior novela, Los infinitos, una arriesgad¨ªsima batalla de abstracci¨®n constante que ten¨ªa lugar entre dos mundos paralelos pero ajenos entre los dioses y los hombres. ¡°Espero que a esa novela le haga justicia el tiempo¡¡±, comenta un tanto despistado ante la incomprensi¨®n que sufri¨®.
Antigua luz es diferente: ¡°Aqu¨ª pasan bastantes m¨¢s cosas¡±. La novela llega en plena fiebre por la literatura er¨®tica. Perd¨®n¡ ¡°De libros er¨®ticos¡±, puntualiza, pensando en el boom de Cincuenta sombras de Grey. ¡°Pero esto no tiene nada que ver con dicho fen¨®meno. No calculo lo que escribo, simplemente lo hago¡±. S¨®lo hay que mencionar una casualidad. La protagonista de Antigua luz se llama Gray. ¡°Y me hubiese encantado que fuera mi madre¡±. ?Edipo sobrevolando? ¡°No, en absoluto¡±.
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