Oportunidad perdida

Pocas veces suelen coincidir en una misma semana dos casos tan sangrantes (y tan distintos) de deficiencia a la hora utilizar el lenguaje cinematogr¨¢fico como los de la ficci¨®n El ladr¨®n de palabras y el del documental Ralf K?nig, rey de los c¨®mics. Expuesto el primer caso en estas p¨¢ginas, el segundo supone el combate entre un contenido ins¨®lito y brillante, la figura art¨ªstica y humana del dibujante gay de c¨®mics gays (la redundancia no es balad¨ª) Ralf K?nig, y un continente nefasto, un documental conformado no como una b¨²squeda sino como una acumulaci¨®n de experiencias humanas y formatos audiovisuales, sin orden, identidad, concepto art¨ªstico ni period¨ªstico.

Rosa von Praunheim, su directora, se acerca a K?nig a trav¨¦s de un doble camino: primero, el del ser humano, con su pasado y su presente, sus encrucijadas laborales, vitales, sexuales y amorosas; y segundo, el del artista que decidi¨® anclar su trabajo como dibujante con dos andamios hasta entonces poco concomitantes, la homosexualidad y el humor. Una doble v¨ªa que podr¨ªa habernos acercado al personaje, a su trabajo y a su privacidad, como sendos vasos comunicantes, pero que naufraga cinematogr¨¢ficamente por la triple sistem¨¢tica utilizada: una conferencia-lectura del propio K?nig, ante un auditorio p¨²blico, filmado por von Praunheim con infinita pereza; la visita a la casa del autor de un nervioso fan que rememora ante el h¨¦roe sus experiencias vitales alrededor de sus dibujos, adem¨¢s de diversas entrevistas y material fotogr¨¢fico. Todo ello mezclado con el mismo orden con el que queda una pi?ata de cumplea?os tras ser golpeada con una maza. As¨ª, resulta dif¨ªcil comprender c¨®mo una directora tan veterana como Von Praunheim puede resultar tan pedestre formalmente despu¨¦s de cuatro d¨¦cadas en el cine y m¨¢s de 60 documentales, y, como contrapartida, c¨®mo el trabajo de K?nig puede aunar al mismo tiempo humanidad e incorrecci¨®n pol¨ªtica, provocaci¨®n y ternura, diversidad y universalidad.