Mircea Cartarescu: ¡°Mi mundo tiene el di¨¢metro de mi cr¨¢neo¡±
Mircea Cartarescu es uno de los escritores rumanos m¨¢s destacados del momento Habla de su nuevo libro, Nostalgia, que lo consagr¨®, y reflexiona sobre la situaci¨®n de su pa¨ªs
Mircea Cartarescu es uno de los m¨¢s destacados escritores rumanos de la actualidad, y m¨¢s conocidos y celebrados en Europa. Nacido en 1956, ha publicado en Espa?a varios de sus libros de relatos, entre ellos Por qu¨¦ nos gustan las mujeres (Funambulista), Lul¨² y El ruletista (Imperdimenta). Esta ¨²ltima editorial acaba de publicar Nostalgia, y para el pr¨®ximo a?o tiene en cartera Las bellas extranjeras, mientras Bartleby publicar¨¢ una amplia selecci¨®n de su poes¨ªa, bajo el t¨ªtulo Una moto aparcada bajo las estrellas. De su obra m¨¢s ambiciosa, la trilog¨ªa Cegador, se ha publicado un primer volumen en espa?ol, traducido del alem¨¢n. Con motivo de todas estas ediciones El Pa¨ªs envi¨® a Cartarescu, y ¨¦ste respondi¨®, el siguiente cuestionario:
Pregunta. Creo que public¨® Nostalgia en 1989, el ultimo a?o del r¨¦gimen comunista. ?Fue una mera coincidencia? Para entonces ya hab¨ªa escrito usted su primer libro de poemas, El Levante. ?C¨®mo le afect¨®, como escritor (quiero decir, no s¨®lo como ciudadano) la ca¨ªda del r¨¦gimen, el cambio de atm¨®sfera que se produjo cuando usted ten¨ªa ya 33 a?os?
Respuesta. De hecho Nostalgia se public¨® dos meses antes de la revoluci¨®n rumana. Pero lo escrib¨ª cinco a?os antes. Se public¨® tras una larga lucha, y completamente mutilado por la censura. Hasta entonces ya hab¨ªa publicado tres conjuntos de poemas, tambi¨¦n censurados. El mejor de ellos, 'El Levante', un largo poema narrativo, ya estaba escrito, pero no publicado por entonces: era un libro sobre un dictador, as¨ª que ni siquiera se me ocurri¨® intentar publicarlo en Ruman¨ªa.
Bueno, los tiempos eran terribles, pero por entonces yo viv¨ªa m¨¢s en los libros que en la realidad y despreciaba la locura pol¨ªtica del comunismo rumano, que en realidad era una forma de fascismo. En realidad sent¨ªa que el r¨¦gimen me hab¨ªa robado la juventud. En cuanto a mi literatura, no ha cambiado en absoluto desde cuando ten¨ªa veinte a?os y ahora. No depende (aunque le influya) de los cambios pol¨ªticos. Mis temas siempre han sido los mismos: yo y mi mundo, que tiene el di¨¢metro de mi cr¨¢neo.
P. ?C¨®mo se hizo escritor? ?Ley¨® un libro, siendo adolescente, y decidi¨® que quer¨ªa hacer algo similar? ?tuvo acceso, de joven, a los autores de su pa¨ªs de antes de la Guerra (que por cierto est¨¢n llegando ahora a Espa?a al mismo tiempo que los autores contempor¨¢neos: Razvan Pavel, ¡°con¡± Dan Petrescu, Dan Lungu con Camil Petrescu, Mateiu Caragiale con Mircea Cartarescu¡)?
Los tiempos eran terribles, pero por entonces yo viv¨ªa m¨¢s en los libros que en la realidad y despreciaba la locura pol¨ªtica del comunismo rumano, que en realidad era una forma de fascismo. En realidad sent¨ªa que el r¨¦gimen me hab¨ªa robado la juventud. En cuanto a mi literatura, no ha cambiado en absoluto desde cuando ten¨ªa veinte a?os y ahora
R. Uno no se convierte en escritor, lo eres o no lo eres. Todo lo que te ocurre en la vida, desde amar a una mujer hasta la lectura de un libro, desde mirar el fluir del agua a luchar por la libertad, confirma que eres un artista o que no lo eres. A los 25 a?os yo pod¨ªa decir como Mallarm¨¦: He le¨ªdo todos los libros. Por entonces sol¨ªa leer entre seis y ocho horas al d¨ªa. Como Kafka, sent¨ªa que ¡°despu¨¦s de todo, no soy otra cosa que literatura¡±. En los a?os 60 y 70 pod¨ªas encontrar todos los libros, cl¨¢sicos o contempor¨¢neos, traducidos al rumano. Le¨ª a Borges, Musil, M¨¢rquez, Thomas Mann, Rilke, Musil, Sabato, Faulkner, Calvino, Kafka, Eco, Updike, Ezra Pound, Robbe-Grillet, Allen Ginsberg y todos los dem¨¢s, teor¨ªa literaria (Starobinsky, Roland Barthes, Poulet, Todorov), filosof¨ªa y teor¨ªa de la cultura (Levy-Strauss, Marcuse, Heidegger), teor¨ªa del arte y cr¨ªtica de arte. Todo se publicaba en colecciones estupendas y muy accesibles. No se imagine que Ruman¨ªa era Corea del Norte. El sistema educativo tambi¨¦n era muy bueno, mucho mejor que el actual.
Por supuesto ten¨ªamos acceso a la obra de los escritores rumanos de los 30 y los 40. Adem¨¢s, lo estudi¨¦ en la facultad. Hab¨ªa algunas excepciones. Emil Cioran, por ejemplo, se le¨ªa sobre todo en ediciones antiguas. Los escritores disidentes que abandonaron Ruman¨ªa ya no se publicaban en el pa¨ªs, pero nos quedaban los dem¨¢s. En nuestra cultura el estalinismo se limit¨® a los a?os 50. Los escritores y artistas rumanos lucharon por preservar la cultura en buena forma incluso en los a?os 80, cuando la censura se endureci¨®.
P. En sus obras, en muchos de sus relatos protagonizados por ni?os o j¨®venes, aparecen como elementos secundarios signos de la cultura pop occidental: moda, rock, incluso literatura americana. ?Es una licencia literaria o realmente los chicos de su generaci¨®n escuchaban a los Rolling y a Led Zeppelin?
R. En el instituto solo me interesaban los libros, y la cultura rock la descubr¨ª m¨¢s tarde. Pero por entonces todos los j¨®venes ¨¦ramos beatniks. Todo el mundo escuchaba The Beatles, Bob Dylan, Led Zeppelin, The Rolling Stones, todos llev¨¢bamos tejanos y melena. Es verdad que los polic¨ªas llevaban tijeras y atrapaban a los j¨®venes en la calle y les cortaban el pelo. O incluso rasgaban las minifaldas de las chicas. Ten¨ªamos una cultura underground tolerada (aunque muy a disgusto) por el r¨¦gimen: bandas de rock muy populares como Phoenix o Red and Black, artistas visuales y j¨®venes poetas que eran criticados pero a¨²n as¨ª pod¨ªan publicar y exponer su obra.
Mi generaci¨®n literaria (llamada ¡°la generaci¨®n en tejanos¡±) se form¨® en c¨ªrculos literarios: ten¨ªamos una cita semanal en Bucarest, era el famoso ¡°C¨ªrculo de los lunes¡±, y recit¨¢bamos nuestros poemas, que eran muy similares a los de la Beat generation de San Francisco. Todos ¨¦ramos anti-stablishment y nos burl¨¢bamos de la cultura oficial. Y por eso nuestro C¨ªrculo fue ilegalizado. Pero tuvimos nuestro underground, a pesar de la dictadura. ?ramos j¨®venes, ten¨ªamos una absoluta libertad interior y est¨¢bamos completamente abiertos al amor y a los empe?os art¨ªsticos.
Uno no se convierte en escritor, lo eres o no lo eres. Todo lo que te ocurre en la vida, desde amar a una mujer hasta la lectura de un libro, desde mirar el fluir del agua a luchar por la libertad, confirma que eres un artista o que no lo eres
P. Cuando escribi¨® su muy celebrado relato El ruletista ¨Cprimer cap¨ªtulo de Nostalgia, tambi¨¦n publicado en Espa?a independientemente: la historia de un jugador de ruleta rusa que apuesta reiteradamente su vida poniendo en el cargador del revolver dos balas, y luego tres, y luego cuatro¡- ?Supo que era una idea original especialmente ingeniosa, es decir, el tipo de relato que impacta la imaginaci¨®n no s¨®lo de los lectores de literatura sino a cualquier persona, incluidos los analfabetos?
R. Bueno, 'El ruletista' s¨®lo es el prefacio de Nostalgia, como 'El arquitecto' es el postfacio. Son dos historias lineales, dos par¨¢bolas metaf¨ªsicas que ilustran el poder del pensamiento asint¨®tico. ?C¨®mo alcanzar el infinito en solo unos pasos? Mi modelo fue el famoso problema del inventor del ajedrez, que le pidi¨® al califa s¨®lo un grano de trigo por el primer cuadrado, dos por el segundo, cuatro por el tercero, ocho por el cuarto, etc¨¦tera. O: ?cu¨¢ntas veces has de doblar una hoja de papel para que su grosor vaya de la tierra a la Luna? (la respuesta es 50 veces). As¨ª, este tipo de relato es una herramienta para alcanzar el cielo con la mano, en s¨®lo muy pocos movimientos. Para esto us¨¦ mi capacidad mental m¨¢s que mi capacidad de hacer obras reales, redondas y complejas.
P. El elemento on¨ªrico, los ambientes de sue?o, el paso de la vida real a la pesadilla, simult¨¢neamente con una prosa realista muy detallista y descriptiva, es marca de f¨¢brica de su estilo. Pesadillas surrealistas, realidades subterr¨¢neas, actividades secretas, t¨²neles y espacios bajo la ciudad, arquitecturas extra?as¡ ?El sue?o es una forma de escapar de una realidad insoportable, a menudo s¨®lo para caer en algo peor? ?O cuadra con cierta tradici¨®n de la literatura rumana? Me refiero a autores relativamente recientes como Ana Blandiana o Petru Dimitriu, el autor de "Incognito".
R. No tiene mucho que ver con Blandiana y Dimitriu. La literatura fant¨¢stica ha sido siempre la tendencia m¨¢s importante de la prosa rumana. De hecho, somos una cultura de poetas. La tradici¨®n on¨ªrica y fant¨¢stica empieza con Eminescu (el Goethe y el Schiller de los rumanos, al mismo tiempo) y tiene grandes representantes a lo largo del tiempo en Mircea Eliade, Voiculescu, Gellu Naum y muchos otros. De hecho nuestra literatura es muy similar a las suramericanas. Muy surrealista, muy experimental, pero a¨²n as¨ª social y sat¨ªrica.
P. ?C¨®mo descubri¨® a Borges y Garc¨ªa M¨¢rquez, por mencionar dos nombres que aparecen en alguno de sus libros? ?Qu¨¦ importancia tiene para usted la literatura espa?ola o suramericana?
R. Mi h¨¦roe es S¨¢bato, su trilog¨ªa es una Divina Comedia de hoy d¨ªa. Pero creo que Borges y Cort¨¢zar han sido m¨¢s influyentes. Hay algunos libros de M¨¢rquez que es imposible superarlos. Y Vargas Llosa ha Ganado el Nobel m¨¢s merecido de los ¨²ltimos diez a?os. S¨ª, me encuentro a gusto con ese tipo de prosa, aunque mi objetivo es diferente y sigo otro esp¨ªritu. De hecho mi libro m¨¢s importante en prosa, Orbitor (Cegador) no tiene nada que ver con el realismo m¨¢gico.
P. Me choca que los relatos, altamente literarios y m¨¢s melanc¨®licos que alegres, de Por qu¨¦ nos gustan las mujeres se publicasen en la versi¨®n rumana de la revista Elle. ?Quiz¨¢ all¨ª las publicaciones comerciales no est¨¦n tan claramente separadas como aqu¨ª de las obras de car¨¢cter art¨ªstico?
Nuestra literatura es muy similar a las suramericanas. Muy surrealista, muy experimental, pero a¨²n as¨ª social y sat¨ªrica
R. S¨ª, algunos se publicaron en Elle. Esto se debe a la orientaci¨®n feminista que ten¨ªa cuando se publicaron. Siempre he luchado contra cualquier tipo de discriminaci¨®n. ?Le choca? Lo que s¨ª fue un shock en mi pa¨ªs fue cuando escrib¨ª art¨ªculos contra la discriminaci¨®n de la mujer, de los gitanos, o de las personas gays o lesbianas. Me lapidaron por hacerlo. Ruman¨ªa no est¨¢ bien preparada para aceptar la igualdad de derechos entre las minor¨ªas y la mayor¨ªa. ¡°Por qu¨¦ nos gustan las mujeres¡± es un homenaje a lo que yo llamo la parte mejor de la humanidad, nuestras madres, nuestras amantes y nuestras hijas.
P.¡ªA prop¨®sito, tanto en Lulu como en Los gemelos, donde reaparece brevemente el personaje de Lul¨², usa el personaje del travestido o transexual como catalizador del hundimiento de la personalidad del protagonista.
R. El mito del andr¨®gino es uno de los principales artefactos de mi obras. Est¨¢ presente por todas partes. Yo creo que todos somos andr¨®ginos, todos somos bisexuales, aunque s¨®lo sea mentalmente. Todos los hombres llevamos dentro a una hermana reprimida, y todas las mujeres a un hermano reprimido, y yo muchas veces he sentido que ten¨ªa que liberarla de m¨ª y darle voz. Tambi¨¦n en el mejor relato de mi libro, titulado REM, oyes la voz de mi hermana oculta.
P. Su trilog¨ªa Orbitul (Cegador) no ha tenido buena suerte en espa?ol, pero pronto habr¨¢ una nueva edici¨®n traducida directamente del rumano, lo que en libros de esta clase es fundamental. Es su obra maestra y la m¨¢s ambiciosa hasta la fecha.
El mito del andr¨®gino es uno de los principales artefactos de mi obras. Est¨¢ presente por todas partes. Yo creo que todos somos andr¨®ginos, todos somos bisexuales, aunque s¨®lo sea mentalmente
R. Lo he escrito durante catorce a?os y tiene 1500 p¨¢ginas. De hecho es un poema, uno de los m¨¢s largos de la historia. La acci¨®n cubre doscientos a?os y est¨¢ ambientada en Nueva Orleans, Amsterdam, Bellagio y por supuesto Bucarest. Es una novela con la forma de una mariposa, el primer volumen se titular 'El ala izquierda', el Segundo 'El cuerpo', y el tercero 'El ala derecha'. Es una novela total, una novela sobre todo un gran arco entre lo divino y lo humano.
P. Tengo entendido que publica tambi¨¦n su dietario. ?Qu¨¦ temas comenta en ¨¦l? ?La vida privada, la pol¨ªtica, la vida literaria y las lecturas, o las tres cosas? ?Sigue el modelo de Cioran, de L¨¦autaud, u otro diferente?
R. Hasta ahora he publicado tres vol¨²menes de mis diarios, y ya tengo la primera traducci¨®n de uno, al sueco. Escribo un diario ¨ªntimo desde que cumpl¨ª 16 a?os. Ya tengo varios miles de p¨¢ginas. Puedo imaginarme sin escribir poes¨ªa ni prosa, pero antes me muero que dejar de escribir mi diario. Es el tronco del que se desarrollan los otros libros, como ramas. Todos los ineluctables tropismos de mi mente son el cuerpo de mi diario. Anoto ah¨ª todos mis pensamientos, mis fantas¨ªas, todas mis lecturas, todos mis actos. Cuando escribo un libro, lo cubro con un halo de sensaciones y pensamientos conectados a ese libro. Cuando estoy desesperado o infeliz, me doy con la frente contra el diario como si fuera el muro de las lamentaciones. Cuando estoy contento, no escribo nada en ¨¦l.
Babelia
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