¡°Es una ¨¦poca complicada para escribir humor, como si se hubiera perdido¡±
Tras diez a?os, Elvira Lindo publica una nueva entrega de su saga Manolito Gafotas, 'Mejor Manolo', m¨¢s mayor y con la familia ampliada
Una luminosa y hasta ahora nunca avistada estrella pende en las oscuras y vac¨ªas noches del parque del Ahorcado. Y all¨ª que sigue tambi¨¦n en sus bulliciosos d¨ªas, plagados de ni?os jugando a las grandes fugas de la historia y entrando en tropel a comprar los bollos rancios de la Porfiria, y de abuelos tomando sus tintos de verano en el Tropez¨®n y cogiendo un saludable tono rojo en la nariz. La Chirli, como han tenido a bien denominar a ese fen¨®meno de la naturaleza cient¨ªficos y estudiosos llegados de todo el mundo, o bueno, m¨¢s bien en su defecto la familia de ese chaval prodigioso llamado Manolo Garc¨ªa Moreno, es la nueva adici¨®n al universo de inocencia, cotidianidad y risas que es la serie Manolito Gafotas, creada por la escritora Elvira Lindo.
Despu¨¦s de diez a?os (nadie sabe muy bien c¨®mo) callado, la mayor celebrity al sur del Manzanares regresa no solo con nueva hermanita, cuyo fulgor rivaliza en intensidad con el de Shirley Temple (de ah¨ª el mote de La Chirli), y que har¨¢ sombra hasta a la mism¨ªsima Cata, la matriarca. El propio Manolito ¨CMejor Manolo (Seix Barral), ilustrado por Emilio Urberuaga- tambi¨¦n ha cambiado: ahora es m¨¢s mayor, y las nuevas responsabilidades y obligaciones que debe afrontar junto con su familia en eterna crisis le pondr¨¢n en tesituras cada vez m¨¢s alejadas del ni?o de la infancia que ha sido durante siete entregas, publicadas entre 1994 y 2002.
¡°En este libro Manolo cobra una importancia en esa familia como el sost¨¦n no econ¨®mico, sino casi an¨ªmico¡±, explica Lindo. Guionista, ensayista y columnista de EL PA?S, Lindo ha obtenido premios como el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Los trapos sucios de Manolito Gafotas y el Biblioteca Breve por su novela para adultos Una palabra tuya. En 2010 public¨® Lo que me queda por vivir.
Siempre ahogados para llegar a fin de mes, con los plazos del cami¨®n todo el santo d¨ªa a cuestas, con el abuelo durmiendo en su terraza de aluminio visto, y con una nueva boca a la que llevar los domingo al Ching Chong, el clan de los Garc¨ªa Moreno afronta esta nueva etapa de recesi¨®n generalizada con algo m¨¢s de holgura de lo que estaban acostumbrados. ¡°Los conozco tan bien que hasta hago sus cuentas: tienen la pensi¨®n del abuelo, que si hace unos a?os era para su cartilla de ahorros, ahora es para la econom¨ªa familiar, y la madre ha empezado a trabajar¡±.
Pues s¨ª, la Cata monta su propia empresa. Y no es la ¨²nica en periodo de transici¨®n. Ese gran amigo y a la vez cerdo traidor que es el Orejones tambi¨¦n atraviesa una ¨¦poca de (in)definici¨®n personal (a lo mejor todos esos posters de Lady Gaga y Kylie Minogue que cuelgan en su habitaci¨®n suponen una pista de por d¨®nde van los tiros), el Imb¨¦cil vuelca su habitual locuacidad gestual en la esfera virtual, y el abuelo pierde un poco de esa ingenuidad senil que le hac¨ªa tan entra?able.
Hasta Manolito vive en sus carnes un trance de introspecci¨®n religiosa, de una semana, eso s¨ª, pero no por ello menos intenso. ¡°Con la manera en que se han fanatizado ciertas creencias, estoy segura de que alg¨²n colegio no lo va a recomendar¡±, asegura la escritora (C¨¢diz, 1962), muy consciente de que su serie se ha convertido en referencia no solo para los escolares espa?oles, sino para multitud de estudiantes de castellano. ¡°Aparte de que utilizo un habla que sirve para expresarte, el humor es una manera de empezar a sentirte dentro de una cultura¡±.
Humor, correcci¨®n pol¨ªtica y literatura infantil son tres conceptos que simpatizan poco, como la propia autora ha podido corroborar. ¡°Es una ¨¦poca complicada para escribir humor, es como que la gente lo hubiera perdido. Y este tiene que tener algo de salvaje, porque si no, no tiene sentido¡±. En los tiempos que corren, donde cada vez hay m¨¢s familias Garc¨ªa Moreno, re¨ªrse no es ya necesidad, sino urgencia. ¡°Hay una especia de melancol¨ªa colectiva que lo inunda todo, y creo que por un lado hay que quit¨¢rsela de encima actuando, protestando y denunciando, pero tambi¨¦n hay otra manera, y es no perdiendo el sentido del humor¡±, prescribe. ¡°Que no nos hagamos todos tan graves y trascendentes, porque es como si nos quitaran parte de nuestra esencia¡±.
Junto con sus dejes habituales ¨Ctanto que muchos han pasado de su propia cosecha al acervo com¨²n-, Manolito (que no, mejor Manolo) le ha transmitido a esa se?ora que le escribe los libros m¨¢s material del habla t¨ªpicamente espa?ola en forma de dichos que guardar para la posteridad mundial, surgidos de boca de su vecino y padrino Bernab¨¦. ¡°Me fascinan esas expresiones que la gente usa a diario, y creo que es en el terreno donde me muevo con m¨¢s felicidad, que no seguridad, porque disfruto recreando el habla popular¡±.
Y si suficientemente complicado es concebir unos di¨¢logos tan aut¨¦nticos como los que definen a sus personajes, lo de las traducciones (las hay desde el ingl¨¦s al farsi, e incluso un proyecto de serie de televisi¨®n en Turqu¨ªa) ya queda en el terreno de la puntilla fina. ¡°Quitando aquellas en las que no s¨¦ ni lo que han hecho, las de los pa¨ªses m¨¢s cercanos todas han tenido su puntito de correcci¨®n¡±. Por ejemplo: ¡°Ahora sale en Finlandia, donde antes no se hab¨ªa publicado por la cuesti¨®n de las collejas. Si te empiezo a decir cosas que se han quitado de los libros, es desternillante¡±.
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