Don Ignacio, la batuta imaginaria
Hoy, en una tarde gris sin cielos velazque?os sobre Madrid, como los que se exhiben en el Prado, en unas de cuyas salas, contaba Ignacio, el gran Tony Leblanc, que hab¨ªa nacido hace ya muchos, much¨ªsimos a?os, nos abofetea la noticia, Ignacio ha muerto.
Como muchos espa?oles le am¨¦ de ni?o en su Cristobalito Gazmo?o o en el Incansable Tigre de Chamber¨ª que s¨®lo viv¨ªa para ir a la Casa de Campo y de la Casa de Campo al gimnasio y del gimnasio a la Casa de Campo. Eran personajes ligeramente gangosos que acunaron mis primeros sue?os de ser actor y se instalaron en mi memoria para siempre. M¨¢s tarde, ya en Madrid recuper¨¦ su gran cine de los a?os cincuenta y sesenta, Los tramposos, El tigre de Chamber¨ª, Las chicas de la Cruz Roja e Historias de la Televisi¨®n... y un d¨ªa de julio de 2001, temprano en la ma?ana entr¨® en el camerino de los estudios donde comenzaba el rodaje de Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®. Desde el primer momento estableci¨® una gran complicidad conmigo, una autoridad actoral llena de historias, secretos del oficio y sentido del mando.
Tony Leblanc me ense?¨® que eso que ¨¦l llamaba ¡°ser primer actor¡± no consist¨ªa en gritar y mandar solamente, ser primer actor para Don Ignacio, era matarse a trabajar, estar atento a todas y cada una de las cosas que pasaban a los personajes de la historia y ser generoso. ¡°Lo importante es la historia Ima, los que la hacemos y compartirla con ellos¡± y entonces nos re¨ªamos mucho. Era muy ingenioso.
Con Lu¨ªs Ciges nos lleg¨® a recrear unos pasos de claqu¨¦ de cuando iban con Alfonso del Real a actuar para los soldados del frente de Madrid en el 37.
Tony era un hombre fuerte, conservaba la pegada de derecha de su ¨¦poca de boxeador. Si comet¨ªas la ingenuidad de permitirle probar su golpe en tu propio brazo, el morat¨®n se convert¨ªa en la mejor prueba de su estado de forma, siempre superior a la m¨ªa.
Como muchos grandes, ten¨ªa un gran sentido del tiempo dentro de la escena, incluso dentro de la pel¨ªcula. En las escenas corales, una vez planteadas, sol¨ªa sacar una batuta imaginaria e iba marcando el tiempo de las frases, ayud¨¢ndonos as¨ª a crear esa sinfon¨ªa de humor tan natural. Te miraba en la escena con la sinceridad de una lente fotogr¨¢fica, y si te ten¨ªa que tocar o recostarse en la escena contigo, su mano trasmit¨ªa una gran energ¨ªa.
Como ¨¦l, su humor siempre fue ¨²nico. Nunca se re¨ªa cuando contaba un chiste, disfrutaba m¨¢s observando a los dem¨¢s desternillarse de risa.
Muchas veces le dec¨ªamos, Tony, nos vas a enterrar a todos. Y nos miraba sonriente y dec¨ªa ¡°Dios te oiga hijo¡± y parece que Dios le oy¨® y si no enterrarnos, s¨ª tuvo tiempo de hacernos m¨¢s hombres, amaba a su familia y le gustaba ser querido y ¨¦l sabe todo lo que le hemos querido.
Querido Cervan, prepara por favor todo aquello para cuando lleguemos.
Imanol Arias es actor y trabaj¨® con Tony Leblanc en la serie de televisi¨®n de TVE Cu¨¦ntame c¨®mo paso.
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