De ¡®Gran Hotel¡¯ a ¡®Downton Abbey¡¯

¡°?Qu¨¦ es un fin de semana?¡± La condesa viuda de Grantham no tiene ni idea de cu¨¢l es la diferencia entre un d¨ªa laborable y un d¨ªa festivo. El personaje interpretado por Maggie Smith vive apartado de la realidad en Downton Abbey, la mansi¨®n que da nombre a la serie brit¨¢nica creada por Julian Fellowes y que en 2010 sorprendi¨® por el ¨¦xito arrollador que cosech¨®. Los toques folletinescos que marcaron la segunda temporada no acarrearon menos inter¨¦s por parte del p¨²blico. Al contrario. Su emisi¨®n en Estados Unidos en la cadena p¨²blica PBS ha conseguido que el furor por la serie se haya trasladado tambi¨¦n al otro lado del charco. La tercera temporada, a la que se ha puesto punto final en Gran Breta?a hace escasas semanas, llega ahora a Espa?a.

Antena 3 sigue apostando para las noches de los mi¨¦rcoles por las series que nos trasladan a principios del siglo XX. El 28 de noviembre a las 22.30, los nuevos cap¨ªtulos de Downton Abbey ser¨¢n los encargados de tomar el relevo de la intriga, el suspense y el romanticismo de Gran Hotel. La ficci¨®n espa?ola se toma un descanso antes de volver en los pr¨®ximos meses con los restantes ocho cap¨ªtulos que completan la segunda temporada. La producci¨®n de Bamb¨² se despidi¨® temporalmente de la parrilla manteniendo unos niveles de audiencia dignos (15,5% en su ¨²ltimo cap¨ªtulo) mientras luchaba con La Voz su particular batalla semanal por atraer la atenci¨®n del p¨²blico. Ahora, los arist¨®cratas de Downton Abbey y su servidumbre toman el testigo de la noche de los mi¨¦rcoles.

Shirley MacLaine se incorpora al reparto en el papel de Martha Levinson

Salvando las distancias, los lazos que unen a las dos series van a¨²n m¨¢s all¨¢. Ya en su origen, Gran Hotel tuvo que superar el obst¨¢culo de ser comparada con la brit¨¢nica: la acci¨®n de las dos se desarrolla a comienzos del siglo pasado, las dos tienen como protagonistas a hombres y mujeres de la alta sociedad y los sirvientes de estos¡­ Pronto se comprob¨® que el tono de una y otra es muy diferente: el misterio e intriga que reina en la serie espa?ola est¨¢ casi totalmente ausente de la brit¨¢nica. Otra casualidad que las une es que, mientras que Downton Abbey regresa ahora a Antena 3, Gran Hotel acaba de hacer el viaje en sentido inverso y ha llegado a tierras inglesas. Desde el 18 de noviembre, la ficci¨®n espa?ola se puede ver en la plataforma por sat¨¦lite brit¨¢nica Sky en versi¨®n original subtitulada.

La tercera temporada de Downton Abbey regresa con algunas novedades, aunque manteniendo su esencia. Uno de los principales cambios es la incorporaci¨®n de la actriz estadounidense Shirley Maclaine en el papel de Martha Levinson, madre de Cora, y con la que la condesa de Grantham no se lleva nada bien. Adem¨¢s del duelo verbal e interpretativo entre Shirley Maclaine y Maggie Smith, los pr¨®ximos cap¨ªtulos de la serie de la cadena ITV dejan atr¨¢s la Primera Guerra Mundial y se centran en otros avatares. Problemas econ¨®micos, cuestiones sentimentales y nuevos proyectos ocupar¨¢n la vida de los personajes de clase alta, mientras que en el servicio, los problemas ser¨¢n otros, con nuevos intereses sentimentales para los sirvientes y la lucha por la libertad de Bates que ya se arrastra desde la temporada anterior.

A los ocho cap¨ªtulos que ya ha emitido la cadena ITV habr¨¢ que sumar el episodio especial de Navidad, cuyo contenido se mantiene en total secreto. Las buenas cifras de audiencia que ha vuelto a cosechar en Gran Breta?a, donde la tercera temporada ha superado en espectadores a las anteriores (9,7 millones de televidentes de media), han asegurado la cuarta temporada de la serie, que volver¨¢ a tener ocho cap¨ªtulos y un especial de Navidad. Hasta que la serie regrese, los rumores sobre posibles abandonos de personajes y futuros argumentos seguir¨¢n alimentando el inter¨¦s de los fans. A pesar de los intentos de otras cadenas por contraatacar con otras series de ¨¦poca, como hizo BBC con Parade¡¯s end (tambi¨¦n ambientada en la Primera Guerra Mundial), Downton Abbey no parece dispuesta a darse por vencida. Ya lo dijo la condesa viuda de Grantham: ¡°No seas derrotista, querida, es muy de clase media¡±.