Obligado a callar
Mo Yan significa ¡°no hables¡±. En el pueblo natal del premio Nobel chino, que recoge el pr¨®ximo lunes en Estocolmo, lo recuerdan como un tipo callado, vivaz y fascinado por las historias
El coche se detiene con un peque?o gemido. El aire es fr¨ªo. El suelo, polvoriento. Apenas ha dejado de rugir el motor, cuando varios vecinos se acercan al veh¨ªculo con curiosidad. ¡°Es esa casa de ah¨ª¡±, dice uno de ellos, mientras se?ala un muro de adobe. ¡°Esa casa¡± es la antigua vivienda familiar de Mo Yan ¡ªel escritor chino galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2012¡ª en Ping¡¯an, la aldea en la que lleg¨® al mundo el 17 de febrero de 1955 en el entonces llamado condado de Gaomi (provincia de Shandong), 620 kil¨®metros al sureste de Pek¨ªn.
Pocos minutos despu¨¦s, aparece Guan Moxin, uno de los hermanos de Mo Yan ¡ªel verdadero nombre del escritor es Guan Moye¡ª, y se dirige con paso lento hacia la puerta, protegida por un tejadillo de dos aguas. La entrada da acceso a un patio rectangular con suelo de tierra de 13 metros de lado. Est¨¢ vac¨ªo. Solo hay unas tinajas, dos piedras cil¨ªndricas de moler el grano, y tierra removida en algunas zonas. ¡°Hab¨ªa r¨¢banos y zanahorias, pero mucha gente vino a visitar la casa cuando se enteraron de que Mo Yan hab¨ªa ganado el Nobel y los arrancaron y se los llevaron (para que les trajeran buena suerte)¡±, cuenta.
En el lado izquierdo de lo que fue huerto y corral, orientada a mediod¨ªa, est¨¢ la vivienda. Ocupa todo el lateral del patio. Se accede a ella por la cocina, pieza central de las cinco que componen la casa en hilera. En la puerta de madera de doble hoja, hay pegados sendos papeles rojos con cinco caracteres negros cada uno: ¡°Los poemas y los libros alargan la vida. La honestidad y la tolerancia marcan una gran diferencia en una familia¡±.
¡°La habitaci¨®n a la izquierda de la cocina es donde naci¨® Mo Yan y la siguiente es donde guard¨¢bamos el grano. La estancia a la derecha es la que pas¨® a ocupar Mo Yan cuando se cas¨®, y la otra era la de mis t¨ªos. Viv¨ªamos aqu¨ª 14 personas¡±, dice Guan Moxin, de 62 a?os. En la casa, de suelo de tierra, solo habitan ahora dos sillones desvencijados, una mesa con una silla que mira hacia la ventana, y aperos de labranza. En un mueble, duerme una vieja maleta de cuero.
La vivienda fue construida por el abuelo de Mo Yan en 1911, despu¨¦s de que las inundaciones provocadas por el r¨ªo Jiao, situado unos 50 metros a su espalda, destruyeran la anterior. Fue aqu¨ª, entre estos muros ocres, donde Mo Yan naci¨® y pas¨® su infancia, una infancia marcada por ¡°la soledad y el hambre¡± en una aldea rural y pobre, que se convertir¨ªa en la musa de su obra. ¡°Mis recuerdos est¨¢n repletos de soledad y hambre. La d¨¦cada de 1960 fue muy dif¨ªcil en China. Estaba todo el d¨ªa en el campo cuidando de las vacas y las ovejas mientras los ni?os de mi edad estudiaban y jugaban en el colegio. Hab¨ªa veces que no ve¨ªa a nadie en todo el d¨ªa¡±, cont¨® en una entrevista a este peri¨®dico en 2008.
Su tel¨¦fono m¨®vil da se?al de apagado y el de su casa en Pek¨ªn ha dejado de funcionar
Guan Moye eligi¨® el seud¨®nimo de Mo Yan, que significa ¡°no hables¡±, en recuerdo a los a?os en los que no pod¨ªa dirigir la palabra a nadie. As¨ª se lo hab¨ªan ordenado sus padres ¡ªhasta el punto de que su madre le pegaba para que no hablara¡ª porque, durante los tiempos turbulentos de la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976), tem¨ªan que dijera algo inconveniente y trajera problemas a la familia.
Desde que el pasado 11 de octubre fue anunciado que hab¨ªa ganado el Nobel de Literatura, Mo Yan ha desaparecido de la luz p¨²blica. Su tel¨¦fono m¨®vil da se?al de apagado y el de su casa en Pek¨ªn ha dejado de funcionar. Aseguran fuentes cercanas al escritor ¡ªun hombre tranquilo y t¨ªmido¡ª que se ha visto desbordado por la concesi¨®n del galard¨®n ¡ªa pesar de que sonaba desde hace a?os como candidato¡ª y la pol¨¦mica que ha suscitado. Algunos escritores y disidentes le acusan de ser un autor cercano al Partido Comunista Chino (PCCh), del que es miembro, y de no apoyar a los intelectuales encarcelados por el Gobierno, como el Premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiaobo. ¡°Creo que la gente que me ha criticado no ha le¨ªdo mis libros. Si lo hubieran hecho, comprender¨ªan que mis escritos de entonces me hicieron correr muchos riesgos y sometieron a presi¨®n (¡) Hace tiempo que he superado las limitaciones pol¨ªticas y de clases¡±, se ha defendido el autor, que es vicepresidente de la Asociaci¨®n de Escritores de China, organizaci¨®n respaldada por el PCCh. ¡°Mo Yan es Mo Yan. Mo Yan es un representante de los campesinos. No es un funcionario del Gobierno. Es tan solo un novelista, que est¨¢ mucho m¨¢s all¨¢ del partido¡±, dice por tel¨¦fono desde Jinan (capital de Shandong) He Lihua, de 64 a?os, profesor en la Universidad de Shandong y amigo de Mo Yan desde hace 25 a?os.
Guan Moxin, exfuncionario del Gobierno local, habla despacio, pero con profusi¨®n de detalles, sobre la vida de su hermano. ¡°Cuando era ni?o, le encantaba leer. Ley¨® El sue?o del pabell¨®n rojo y los otros tres grandes cl¨¢sicos chinos (A orillas del agua, Historia de los tres reinos y Viaje al oeste). Pero no solo esto, devoraba todo tipo de lectura. Entonces, muy poca gente ten¨ªa libros, y algunos que ten¨ªan no los quer¨ªan prestar, as¨ª que Mo Yan trabajaba para ellos ¡ªpor ejemplo, mol¨ªa el grano en la piedra¡ª, y se sent¨ªan conmovidos y le dejaban los libros¡±.
Viv¨ªamos aqu¨ª 14 personas¡±, dice Guan Moxin, de 62 a?os
En aquellos a?os, Ping¡¯an ¡ªuna aldea de unos 600 habitantes (ahora son unos 800)¡ª no ten¨ªa luz el¨¦ctrica. ¡°Por la noche, le¨ªa junto al quinqu¨¦ que utilizaba mi madre cuando cocinaba. Segu¨ªa all¨ª hasta las once de la noche, y mi madre ten¨ªa que decirle que parara de leer porque iba a gastar todo el petr¨®leo¡±.
Mo Yan tuvo que dejar el colegio con 11 o 12 a?os para pastorear el ganado y trabajar en la siega y los campos de algod¨®n. Pero en cuanto encontraba un momento libre se refugiaba en la lectura. ¡°Cuando estaba en la escuela, sus redacciones eran las mejores. Utilizaba palabras y frases que hab¨ªa aprendido en los libros¡±, asegura su hermano.
Su gran influencia fueron las historias que le narraba su abuelo.
El futuro escritor no solo se aliment¨® de letras. ¡°Tambi¨¦n segu¨ªa a mi t¨ªo abuelo, que era doctor de medicina tradicional, y se aprend¨ªa los tratamientos y se los recetaba a mis t¨ªas cuando ten¨ªan gripe o dolor de cabeza¡±, dice Guan Moxin, sentado al sol en el patio de la antigua casa familiar.
Pero su gran influencia fueron las historias que le narraba su abuelo. En particular, las que trataban de fantasmas que se convert¨ªan en seres humanos y seres humanos que se transformaban en fantasmas. ¡°En el pueblo, no hab¨ªa luces por la noche, y, cuando abr¨ªas la ventana, pod¨ªas ver las hogueras brillando en el campo en la oscuridad. Mis recuerdos de infancia est¨¢n plagados de esp¨ªritus¡±, aseguraba en 2008 Mo Yan, quien reconoce que su obra se ha visto muy influida por el realismo m¨¢gico latinoamericano ¡ªen especial, el colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez¡ª y por autores como Tolst¨®i y Faulkner.
Tambi¨¦n ha sido muy importante en su vida el primero de sus hermanos, Guan Moxian, 12 a?os mayor que ¨¦l, que se gradu¨® en la universidad antes de la Revoluci¨®n Cultural y al que siempre ped¨ªa opini¨®n sobre sus escritos.
¡°Entonces no ten¨ªamos televisi¨®n ni radio. La ¨²nica diversi¨®n se produc¨ªa durante el A?o Nuevo, cuando los vecinos del pueblo representaban ¨®peras chinas. Pero mi abuelo era un gran contador de cuentos¡±, contin¨²a Guan Moxin. El segundo de los cuatro hermanos Guan ¡ªMo Yan es el m¨¢s peque?o, mientras que la tercera es una mujer¡ª se hunde en los recuerdos, y explica c¨®mo las penurias de la ni?ez modelaron el car¨¢cter del futuro Nobel. ¡°Nuestra vida fue muy dura entre 1959 y 1966. No hab¨ªa harina suficiente, ¨ªbamos al campo a buscar hierbas silvestres, com¨ªamos cortezas de ¨¢rboles y ra¨ªces. Esto le proporcion¨® mucho material de escritura¡±. Entre 15 y 45 millones de personas murieron en China durante la gran hambruna que provoc¨® la combinaci¨®n del Gran Salto Adelante (1958-1961) ¡ªel fallido movimiento de industrializaci¨®n rural lanzado por Mao Zedong¡ª y las sequ¨ªas e inundaciones ocurridas esos a?os.
A los 18 a?os, Mo Yan entr¨® a trabajar en una f¨¢brica, y tres a?os despu¨¦s se alist¨® en el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n ¡°para poder comer todos los d¨ªas¡±. Como hab¨ªa un l¨ªmite de edad, sus padres cambiaron su fecha de nacimiento para quitarle un a?o. De ah¨ª que en algunos lugares figure que naci¨® en 1956. Fue en esa ¨¦poca, en 1981, cuando public¨® su primera novela, Lluvia en una noche de primavera. Luego, vino una docena de novelas cortas, en medio de las cr¨ªticas de sus superiores, que se quejaban de que escrib¨ªa en lugar de hacer su trabajo; hasta que, en 1984, entr¨® en la Escuela de Arte y Literatura del Ej¨¦rcito. Desde ese momento, pudo dedicarse a su pasi¨®n y vivir de ella. A?os despu¨¦s, colg¨® el uniforme porque, seg¨²n dijo, ¡°all¨ª no ten¨ªa futuro¡±.
El r¨¢bano transparente (1986) fue su primer libro de ¨¦xito, y el segundo, El clan del sorgo rojo (1987), obra compuesta por cinco vol¨²menes, en la que est¨¢ basada la pel¨ªcula Sorgo rojo, con la que el director de cine Zhang Yimou gan¨® el Oso de Oro en Berl¨ªn en 1988. En 1992, public¨® La rep¨²blica del vino, donde satiriza la corrupci¨®n gubernamental y la obsesi¨®n en China por la comida y el alcohol, y en 1996, Grandes pechos, amplias caderas, que relata, de forma brutal y realista, desde los ¨²ltimos tiempos de la dinast¨ªa Qing (1644-1911) hasta la ¨¦poca posmao¨ªsta a trav¨¦s de la historia de una mujer que tiene ocho ni?as antes de lograr el ansiado var¨®n, todos fuera del matrimonio. Fue prohibido en China.
Detr¨¢s de la antigua vivienda familiar, fluye el r¨ªo Jiao, ahora protegido por un terrapl¨¦n contra las inundaciones. ¡°A Mo Yan le gustaba ir al r¨ªo a ba?arse y pescar. En junio, cuando las aguas sub¨ªan (por las lluvias), mis padres no nos dejaban, pero ¨ªbamos a escondidas. Ahora est¨¢ contaminado y no te puedes ba?ar. Algunos vecinos a¨²n pescan, pero no se comen lo que capturan¡±, afirma Guan Moxin. Junto al puente reci¨¦n pintado de blanco y azul, se acumulan bajo el agua la basura y las bolsas de pl¨¢stico.
Guan Moxin se levanta, sale a la calle, agarra su bicicleta y se interna por las calles polvorientas camino de la casa que construyeron y a la que se mudaron en 1991, a unos centenares de metros. Por todo el pueblo hay mazorcas y ca?as secas de ma¨ªz y sorgo. ¡°Cuando ¨¦ramos ni?os, todos cultiv¨¢bamos sorgo, porque es una planta que resiste bien las inundaciones, algo muy importante porque antes no hab¨ªa sistema de drenaje. Era utilizado como alimento y para producir aguardiente. Pero desde 2004 se ha dejado de plantar a gran escala, debido a su bajo rendimiento, su mal sabor, los bajos precios y el hecho de que el pueblo tiene ahora un sistema de evacuaci¨®n de las lluvias. La gente solo planta un poco de sorgo en los laterales de sus campos para hacer bebidas y escobas con las que barrer las calles¡±, dice Guan Moxin. Los cultivos principales ahora son ma¨ªz, trigo, mijo y algod¨®n.
Tambi¨¦n segu¨ªa a mi t¨ªo abuelo, que era doctor de medicina tradicional, y se aprend¨ªa los tratamientos
Es mediod¨ªa. En una habitaci¨®n de la nueva casa familiar, tambi¨¦n de un piso, un anciano con una gorra y un chaquet¨®n negros aguarda sentado junto a una mesa forrada con pl¨¢stico de colores. Es Guan Yifan, el padre de Mo Yan. ¡°Mo Yan era un ni?o muy travieso e inquieto, inteligente y buen estudiante. Se pod¨ªa comer de una tacada 30 jiaozi [una especie de raviolis muy apreciados en China, que la familia preparaba en el A?o Nuevo chino]. Yo no esperaba que fuese escritor sino militar¡±, dice este hombre de 90 a?os, que padece sordera. Sobre el hule, humean las tazas de t¨¦.
Ge Jinfang, la esposa de Guan Moxin, comienza a traer platos. Carne de cerdo, h¨ªgado, empanadillas, verdura rehogada y baozi, unos bollos de pan rellenos, cocinados al vapor, t¨ªpicos de la regi¨®n. A la mesa se han sentado, tambi¨¦n, Guan Molun, hijo de Guan Moxin, y su esposa, Zhu Shaoying. ¡°El d¨ªa que anunciaron que mi t¨ªo hab¨ªa ganado el Nobel de Literatura no pude dormir en toda la noche¡±, cuenta Guan Molun, de 37 a?os, profesor de matem¨¢ticas en una escuela secundaria en la ciudad de Gaomi, a 25 kil¨®metros de Ping¡¯an. ¡°Este premio era una asignatura pendiente para China¡±, dice su mujer.
Las habitaciones, contiguas una tras otra, se abren al patio y a un peque?o huerto con repollos y cebollas. En un extremo, se encuentra la estancia de Mo Yan. En la pared, al lado de la cama y el escritorio, hay una foto del novelista chino brindando con Kenzaburo Oe durante una visita que el escritor japon¨¦s, premio Nobel de Literatura 1994, le hizo en Ping¡¯an hace unos a?os.
Cuando el pasado 11 de octubre fue anunciado que Mo Yan hab¨ªa sido galardonado con el Nobel, el pueblo lo celebr¨® con tracas y cohetes. Pero hubo un tiempo en que fue muy criticado por algunos vecinos y las autoridades locales por el retrato crudo que ha hecho de personajes y sucesos inspirados en su tierra, a la que llama ¡°mi reino de la literatura¡±. ¡°Mo Yan ama su tierra natal, pero tambi¨¦n la odia. En uno de sus libros dice: Gaomi es un lugar donde hay muchos h¨¦roes y valientes, pero tambi¨¦n es un lugar donde hay muchos bastardos gallinas¡±, afirma He Lihua. ¡°Gaomi es un lugar muy conservador, y la gente no entendi¨® su libro El clan del sorgo rojo. Recuerdo que los due?os de algunas destiler¨ªas dec¨ªan: ¡®No mezcles nuestro aguardiente con el de Mo Yan. Nuestro licor es bueno; el suyo, no. El nuestro no tiene orina¡¯. En el libro, describe c¨®mo el personaje principal orina en el aguardiente y lo buena que sabe la mezcla¡±, dice He, especialista en literatura contempor¨¢nea china.
¡°Mo Yan era muy estudioso y de peque?o pod¨ªa recitar de memoria cualquiera de los textos de la antolog¨ªa de poemas de Mao Zedong¡±, afirma Guan Moce, de 51 a?os, primo de Mo Yan y una de las 14 personas que viv¨ªan en la casa familiar cuando eran ni?os. ¡°Jug¨¢bamos a menudo al ajedrez chino. Es un hombre inteligente. ?C¨®mo podr¨ªa haber ganado si no el Premio Nobel?¡±, a?ade Zhang Jiazhuang, de 58 a?os, un vecino cuya casa est¨¢ junto a la antigua vivienda de los Guan.
El clan del sorgo rojo consolid¨® a Mo Yan como escritor, y algunos en el pueblo recuerdan con nostalgia el rodaje de la pel¨ªcula de Zhang Yimou en los campos de sorgo y los alrededores del puente de piedra de Qingsha, en Sunjiakou, a siete kil¨®metros de Ping¡¯an, donde el 16 de abril de 1938, ¡°400 soldados civiles¡± realizaron una emboscada a los invasores japoneses. ¡°Hoy ya no hay sorgo aqu¨ª¡±, explica Guan Moce, que se ha ofrecido a ense?ar el lugar, mientras camina con orgullo sobre las grandes losas del viejo puente, y cuenta que durante la filmaci¨®n, en 1987, facilit¨® una casa casi tres meses a Zhang Yimou, la actriz Gong Li, el actor Jiang Wen y el propio Mo Yan. ¡°Espero que el premio Nobel contribuya a desarrollar Ping¡¯an como lugar tur¨ªstico y a mejorar el medio ambiente¡±, dice este hombre, propietario de una tienda de semillas y productos fitosanitarios, que se queja del Gobierno local y el atraso en que a¨²n vive el pueblo.
Una obra que le ha hecho merecedor del Nobel por su realismo alucinante
Otros de los libros m¨¢s conocidos entre las once novelas que ha publicado Mo Yan son Las baladas del ajo (1988), que presenta un retrato de la China rural, ambientado en los primeros a?os del proceso de reformas puesto en marcha por Deng Xiaoping a finales de 1978, La vida y la muerte me est¨¢n desgastando (2006), en el que un terrateniente se reencarna en varios animales, y su ¨²ltimo Rana (2009), para el que se inspir¨® en la hija de un t¨ªo abuelo, que era doctora y contribuy¨®, seg¨²n Guan Moxin, a la realizaci¨®n de miles de abortos forzados, en el marco de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico. Tambi¨¦n ha escrito m¨¢s de un centenar de relatos y cuentos.
El resultado de tres d¨¦cadas de novelista es un rico abanico de obras, que mezclan pasajes ¨¦picos de la agitada historia china en el ¨²ltimo siglo con los ritos y tradiciones rurales y el alma del pueblo chino, mediante un lenguaje realista, m¨¢gico, descriptivo, humanista, subversivo, absurdo, grotesco y sat¨ªrico, con toques de humor negro. Una obra que le ha hecho merecedor del Nobel por su ¡°realismo alucinante que fusiona cuentos populares, historia y lo contempor¨¢neo¡±, seg¨²n la Academia Sueca. ¡°Este Nobel significa que la literatura contempor¨¢nea china tiene ya un lugar en la literatura mundial¡±, asegura Mao Weijie en una de las salas del Museo de Literatura de Mo Yan, del que es director, en la ciudad de Gaomi.
Devoraba todo tipo de lectura. Entonces, muy poca gente ten¨ªa libros
No hables recibir¨¢ el premio en Estocolmo este lunes, donde se prev¨¦ que est¨¦ acompa?ado de su esposa, Du Qinlan, y su ¨²nica hija, Guan Xiaoxiao. ?Cambiar¨¢ el Nobel su forma de ser? ¡°Mo Yan es una persona muy honesta, que teme la fama y el dinero, y est¨¢ muy preocupado por la concesi¨®n del galard¨®n. No se dejar¨¢ llevar por el ¨¦xito, sino que trabajar¨¢ a¨²n m¨¢s duro porque ahora le mirar¨¢n muchos ojos¡±, dice He Lihua. Muchos de ellos, nuevos ojos para su ¡°reino de la literatura¡± en este rinc¨®n de China habitado por los fantasmas del recuerdo.
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