¡®Argo¡¯, mejor pel¨ªcula de habla no espa?ola para los lectores

Argo no es s¨®lo la consagraci¨®n de Ben Affleck como director y la pel¨ªcula que le puede conseguir su primera nominaci¨®n al Oscar como mejor realizador, es adem¨¢s la demostraci¨®n del inmenso talento del actor al que un d¨ªa el s¨¦ptimo arte enterr¨® en un mar de cr¨ªticas. Esta reconstrucci¨®n en clave pol¨ªtica de los hechos que condujeron a la liberaci¨®n de los rehenes estadounidenses atrapados en Teher¨¢n despu¨¦s de la revoluci¨®n islamista es un homenaje al cine de Alan J.Pakula o Sidney Pollack capaz de conseguir esa alquimia, a primera vista imposible, entre el thriller, el drama y la comedia.

De reparto impecable, di¨¢logos enroscados y ritmo en perfecta combusti¨®n (Argo es el paradigma de pel¨ªcula diesel) el tercer filme de Affleck es una obra impoluta, ins¨®lita en el Hollywood moderno por lo que tiene de reinvindicaci¨®n de un cine que ya no existe. Esa es probablemente lo mejor de Argo: el recordatorio de que los g¨¦neros no mueren ni desaparecen sino que permanecen agazapados en busca de la v¨ªctima adecuada.

Ser¨ªa injusto no mencionar a la pareja que ¨Cprobablemente- se disputar¨¢ el Oscar en perfecta armon¨ªa: Alan Alda y John Goodman. Su resurrecci¨®n de aquella extra?a pareja que un d¨ªa formaron Jack Lemmon y Walter Matthau (aunque los dos sean m¨¢s de la cuerda de Matthau) en c¨®digos cin¨¦filos es de lo m¨¢s memorable que ha ofrecido que la gran pantalla este a?o. Ver Argo, en suma, reconcilia con ese cine de los setenta que trataba de contar historias atemporales, potentes, nudosas y que se empe?aban en mirar al p¨²blico a los ojos, no al bolsillo ni a la entrepierna. Precisamente por eso, pocas pel¨ªculas podr¨¢n quitarle el gustazo de ser lo mejor de 2012.