Riccardo Schicchi, descubridor de divos del porno
El productor italiano lanz¨® al estrellato a iconos como Rocco Siffredi
El productor Riccardo Schicchi, padre del cine porno en Italia, inventor de estrellas como Ilona Staller, Cicciolina, Moana Pozzi o Rocco Siffredi, muri¨® el 9 de diciembre a los 60 a?os. Fue su exmujer, Eva Engher, tambi¨¦n prol¨ªfica en el g¨¦nero, quien confirm¨® su fallecimiento, causado por una complicaci¨®n de la grave diabetes que sufr¨ªa.
En vida, le llamaron corruptor de la juventud, instigador a la prostituci¨®n, chulo. Tambi¨¦n fue condenado en primera instancia a seis a?os de reclusi¨®n por asociaci¨®n criminal e instigaci¨®n a la prostituci¨®n. Fue un personaje inc¨®modo, aquel hombre de aspecto bastante corriente que ¡ªdesde el cierre de los burdeles en los a?os sesenta hasta el ingreso en el Parlamento de su creaci¨®n m¨¢s perfecta, Cicciolina, en 1987¡ª supo dar forma empresarial a los deseos soterrados de los italianos, sepultados bajo los buenos modales y la tristeza de los a?os del terrorismo. Sus pel¨ªculas e iniciativas adelantaron muchos de los rasgos de la sociedad y de la pol¨ªtica siguientes. ¡°Fue el ¨²nico y verdadero liberal que pis¨® jam¨¢s este pa¨ªs. Para m¨ª, un padre¡±, coment¨® quien tal vez sea el m¨¢s afamado de sus pupilos, Rocco Siffredi.
Naci¨® en Sicilia en 1952 y empez¨® como fot¨®grafo y fotorreportero: con la c¨¢mara a cuestas visit¨® varias zonas de guerra. A mediados de los setenta, se produjo el encuentro que le cambi¨® la vida: conoci¨® a la h¨²ngara Ilona Staller y decidi¨® dedicarse al cine. Fund¨® la agencia Diva Futura, para lanzar al mundo del porno a modelos y actrices como Moana Pozzi o Jessica Rizzo. Sostuvo y acompa?¨® la campa?a electoral de Staller como candidata al Congreso en las filas del Partido Radical: los m¨ªtines en las plazas romanas, en los que la candidata conclu¨ªa sus discursos ense?ando el pecho, dieron en la diana. Cicciolina sali¨® elegida.
Orquest¨® la operaci¨®n que llev¨® a Cicciolina al Parlamento
El 2 de julio de 1987, el d¨ªa en el que se instal¨® en su esca?o ¡ªdonde, cabe decirlo, dio m¨¢s de una muestra de inteligencia y seriedad¡ª, hac¨ªa ¡°una tarde africana, de capa gris y de sol enfermo¡±, seg¨²n relataba Giampaolo Pansa en La Repubblica. La actriz fue el centro de atenci¨®n de los reporteros que esperaban ante el Parlamento para inmortalizar el ingreso de una estrella del porno en el palacio de la democracia. Lleg¨® puntual, vitoreada, por una muchedumbre de seguidores entusiastas y excitados, vestida de verde-blanco-rojo, como un adorno del d¨ªa de la fiesta nacional. El momento se qued¨® en la memoria colectiva: los que no se sumaban al esc¨¢ndalo se intercambiaban risitas y miradas curiosas. Pensaban que se trataba de un juego. Una paradoja. Pero Schicchi, que estaba detr¨¢s de aquella parafernalia de sonrisas, flashes y carne desnuda, hab¨ªa entendido que la pol¨ªtica estaba cambiando. La exhibici¨®n del cuerpo se volver¨ªa central en el debate p¨²blico. Hoy, seis legislaturas m¨¢s tarde, faltan pocos d¨ªas para que un juez de Mil¨¢n decida si el tres veces primer ministro y una vez m¨¢s candidato a serlo, Silvio Berlusconi, pag¨® para acostarse con una menor de edad. A una distancia de 25 a?os, aquel carnaval orquestado por Schicchi se antoja, m¨¢s que una provocaci¨®n, una profec¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.