Al Greco lo que es del Greco
Un exhaustivo estudio clarifica la participaci¨®n del prol¨ªfico pintor y de su taller en 140 obras: solo la mitad sali¨® ¨ªntegramente de la mano de Domenikos Theotocopoulos
Es una pionera en la aplicaci¨®n de m¨¦todos f¨ªsicos y qu¨ªmicos a la pintura para desentra?ar la forma de trabajar de cada artista y para descubrir el estado de las obras. Empez¨® con los primitivos flamencos, sigui¨® con las pinturas negras de Goya, comprob¨® el estado en el que lleg¨® el Guernica, analiz¨® una a una las obras de Vel¨¢zquez y ahora, armada con sus rayos infrarrojos y aparatos de an¨¢lisis, pero sobre todo con su indiscutido conocimiento, Carmen Garrido (Madrid, 1947) depura la obra de Domenikos Theotocopoulos, (Cand¨ªa, 1541-Toledo 1614), en lo que ser¨¢ la investigaci¨®n definitiva sobre la obra de El Greco; un trabajo que, editado por El museo del Prado y titulado El Greco pintor servir¨¢ de arranque de las m¨²ltiples celebraciones que se organizan para recordar el cuarto centenario de su muerte. Con este trabajo, Garrido, ¡°m¨¦dico de cabecera del museo ¡°, como le gusta definirse, pone punto final a una relaci¨®n de 34 a?os con el Prado. En este tiempo, m¨¢s de 3.500 obras han pasado por sus manos en el Gabinete de Documentaci¨®n T¨¦cnica del Museo y han salido con un an¨¢lisis y un diagn¨®stico. Incansable y entusiasta, seguir¨¢ vinculada al arte y compartiendo sus conocimientos all¨¢ donde la reclamen.
El ¨²ltimo cord¨®n que le hace volver cada semana al museo del Prado es el Greco, uno de los pintores que m¨¢s ha estudiado en su prestigiosa trastienda del museo. Ya tiene sus conclusiones y listas las fichas que puntillosamente elabora con sus colaboradores. Lo que quedan son detalles. Sin petulancias, afirma conocer al detalle la obra de El Greco. No solo la de El Prado, sino la de otros muchos museos internacionales en los que est¨¢ expuesto. ¡°Puedo decir que me he peinado a fondo la obra de Goya, Zurbar¨¢n, Vel¨¢zquez y, por supuesto, el Greco. El libro no va a ser una enumeraci¨®n de pinturas. Quiero dar a conocer la esencia de su obra. Por eso me centro solo en las pinturas que salieron ¨ªntegramente de su mano. La no inclusi¨®n de cuadros no quiere decir que sean falsos, solo significa que si no est¨¢n, creo que no salieron totalmente de sus manos¡±, aclara.
La revisi¨®n que realiza Carmen Garrido puede ser equiparada a la que otros grandes museos del mundo est¨¢n haciendo con sus artistas (El Rijksmuseum con Rembrandt, por ejemplo). ¡°En el libro¡°, precisa, ¡°ponemos de manifiesto la t¨¦cnica genial del maestro, dif¨ªcilmente visible en las salas de los museos, y que servir¨¢ como punto de referencia para poder discernir entre originales, r¨¦plicas, copias y falsificaciones. Se han examinado tambi¨¦n documentaci¨®n t¨¦cnica de otros museos del mundo para comprobar las conclusiones finales sobre el tema¡±.
En el caso de El Greco, se sabe que ejecutaba personalmente los grandes encargos mientras que sus ayudantes y su escuela se ocupaban de los encargos menos relevantes y de las m¨²ltiples versiones que le ped¨ªan, como pintor cotizado que fue en vida. "Las telas son de la misma ¨¦poca. Los materiales son id¨¦nticos a los que ¨¦l usaba: ?D¨®nde est¨¢ la diferencia?. En su talento ¨²nico. Y ah¨ª es donde hay que dar un diagn¨®stico¡±, explica. Garrido recurre a la medicina para aclarar su labor. ¡°Soy como un ginec¨®logo. Pido mamograf¨ªa, citolog¨ªa, densitometr¨ªa, etc. Puedes ver el resultado de cada prueba, pero todo el informe en conjunto tiene una lectura que te capacita para dar una opini¨®n¡°.
Con esa manera de actuar, acepta que puede haber sorpresas cuando se publique su estudio. ¡°El Greco pint¨® mucho. M¨¢s de un centenar de obras desaparecieron o est¨¢n perdidas. Pero hay 140 de las que puedo decir que solo 70 han salido completamente de su mano. Las otras no son falsas, ojo. Son de su escuela, de su hijo, de sus aprendices.. ¡°.
De la treintena de obras que cuelgan en el Prado, incluye una veintena. Las diez, que prefiere no mencionar, pueden haber salido tambi¨¦n de la mano de El Greco, pero no re¨²nen el grado de excelencia que han buscado. La experta a?ade que en esa esencia de El Greco est¨¢ su forma ¨²nica de plasmar las transparencias, de usar los colores. ¡°Ver su obra es contemplar la gran pintura veneciana. Est¨¢ en sus or¨ªgenes y la vemos tambi¨¦n en sus ¨²ltimas obras¡±. Como ejemplo perfecto de lo que describe se?ala la serie del apostolado que se encuentra en la Casa-Museo de El Greco en Toledo. ¡°Son obras inacabadas y cuando te encuentras con una obra sin rematar, descubres tambi¨¦n los elementos fundamentales de un cuadro, la forma en la que un artista entiende su obra. Esas claves las ves en la obra inacabada y, muchas veces, durante las restauraciones. Al adentrarte en las tripas de un lienzo descubres cosas que no aprecias frente a una obra perfectamente rematada¡±.
Al margen de las atribuciones totales o parciales, Garrido responde que hay falsos grecos, pero no en los grandes museos. ¡°Se han movido en colecciones privadas. pero ese es un asunto que si siquiera ha traspasado el umbral de la puerta de un museo como el Prado¡±.
Pero la carrera de investigaci¨®n de Carmen Garrido es muy larga y est¨¢ llena de hallazgos, tanto en el Prado como en la Escuela de Restauraci¨®n de Madrid, donde aprendi¨® todos los rudimentos del trabajo con Jos¨¦ Mar¨ªa Carrera y donde trabaj¨® ocho a?os.
Guarda un recuerdo muy especial del primer cuadro que estudi¨® a fondo: El descendimiento, la obra maestra de Roger Van der Weyden. ¡°Entonces supe que lo m¨ªo era investigar el proceso de la creaci¨®n que un artista realiza con su obra¡±, confiesa. Pero su gran descubrimiento tiene que ver con las pinturas negras de Goya. Gracias a los an¨¢lisis de rayos infrarrojos comprobaron que hab¨ªan sido pintadas sobre la pared y arrancadas posteriormente. Aparecieron figuras y paisajes que antes no se ve¨ªan. ¡°Nos dieron un mes para determinar el estado de la serie de las 14 pinturas negras y de Las hilanderas. Fue de locos, pero rematamos la investigaci¨®n. Las pinturas negras eran otras. Hab¨ªa hasta bailes que no hab¨ªamos visto. Fue memorable¡±.
Otro de los grandes momentos de su carrera lo vivi¨® con la llegada del Guernica al Cas¨®n del Buen Retiro. ¡°El mural ven¨ªa de Nueva York y hab¨ªa sufrido demasiados viajes (30 enrollamientos). Urg¨ªa ver en que estado se encontraba¡±, recuerda Garrido. ¡°El Guernica era como un rulo muy grande y nos metieron a todo el equipo, con la guardia civil incluida, dentro de un cuartito en el que no cab¨ªamos. Est¨¢ hecho sobre yute, una fibra muy quebradiza que presenta heridas de guerra, pero no le faltan trozos como ocurr¨ªa con las pinturas negras. Pese a todo, su estado no es malo¡±. Garrido, responsable de ese primer estudio de la obra en Espa?a, a?ade que pese a su diagn¨®stico, el cuadro no deber¨ªa volver a ser sometido a m¨¢s movimientos. ¡°No est¨¢ estropeado, pero tienes que estarse quieto¡±, aconseja.
Convencida de que hay mucha vida fuera del museo (libros, conferencias) Garrido echar¨¢ de menos la camarader¨ªa que durante a?os ha mantenido con las hermanas D¨¢vila, sus c¨®mplices en el taller de restauraci¨®n del Prado. ¡°Con ellas he vivido momentos de intensa celebraci¨®n por las obras recuperadas. Ahora todo es m¨¢s fr¨ªo. No soy de a?oranzas, aunque s¨ª de conservar los mejores recuerdos¡±.
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