Un flamenco en el olimpo del jazz
El saxofonista y compositor Jorge Pardo recibe el premio al mejor m¨²sico de jazz europeo El galard¨®n es otorgado por la prestigiosa academia francesa de este g¨¦nero
¡°Para mi, el mayor premio es vivir, y amar, y hacer m¨²sica¡±. Jorge Pardo (Madrid, 1955), saxofonista, flautista y compositor, ha recibido esta tarde el premio al Mejor M¨²sico de Jazz Europeo que otorga la Acad¨¦mie du Jazz francesa en solemne ceremonia celebrada en el?Th¨¦?tre du Ch?telet parisino: ¡°Los premios no me dicen mucho, aunque los recibo con alegr¨ªa, y ¨¦ste m¨¢s, por venir de donde viene y porque, en Espa?a, si alguien triunfa fuera, es como que se les abren los ojos a algunos: ¡°mira, si al final este chico va a ser bueno¡¡±.
El madrile?o, que ha recibido el galard¨®n de las manos de la actriz Victoria Abril, ha sido el primer m¨²sico espa?ol en ser reconocido por la instituci¨®n fundada en el a?o 1955, entre cuyos presidentes de honor se hallan Jean Cocteau, Georges Auric o Henri Sauget: ¡°Toda mi vida he vivido en el filo de la navaja de la controversia entre si soy un m¨²sico de jazz o no. Son muchos los que ven en mi m¨²sica un atentado a la pureza del g¨¦nero. Por eso me parece tan bonito encontrarme aqu¨ª, en Par¨ªs, que es el segundo puerto de jazz en el mundo despu¨¦s de Nueva York. Si algo me ha animado a venir ha sido el atrevimiento de quienes han decidido premiar a un tipo 'impuro' como yo¡±.
La vida de Pardo es un incesante ir y venir entre el jazz, g¨¦nero que le alumbr¨® en sus primeros a?os de profesional, y el flamenco, que le abri¨® sus puertas de par en par tras de que entrara a formar parte del grupo de Paco de Luc¨ªa: ¡°Todos saben que comenc¨¦ tocando jazz y que todav¨ªa lo hago, pero la vida me ha llevado por otros caminos y, ahora, una parte de mi sangre est¨¢ en el flamenco. Este es el tipo de contradicciones que me encantan y un premio como ¨¦ste lo que hace es ponerlas encima de la mesa y hacerlas oficiales¡±.
De Paco de Luc¨ªa a Chick Corea; el mundo de Jorge Pardo es amplio y abarca los grandes teatros y los peque?os locales de barrio en los que es posible escucharle explay¨¢ndose a gusto sin importar la hora ni la compa?¨ªa: ¡°Hay un mundo exterior del artista que son los viajes, los escenarios, las firmas al final del concierto pero, al final, lo que te gusta es estar con tu gente, en tus sitios, tocando en pijama y zapatillas. Me considero una rata callejera, he viajado a lo largo de los cinco continentes, y all¨¢ donde voy me encuentro como en casa, me da igual si estoy acompa?ando a Chick en el Carnegie Hall de Nueva York o tocando la flauta en un chiringuito de playa en Almer¨ªa¡±.
De sus primeros pasos junto a Dolores, el grupo que revolucion¨® el panorama del jazz nacional mediados los a?os setenta, queda apenas el recuerdo de un par de composiciones que Jorge conserva plenamente activas en su repertorio: ¡°El mundo del jazz no ha variado mucho con el paso del tiempo, sigue existiendo ese sentido l¨²dico de tocar por tocar, y nos liamos en proyectos que nos apasionan y con los que perdemos dinero y, pese a ello, somos felices¡±.
Entre los proyectos no necesariamente lucrativos del Mejor M¨²sico de Jazz Europeo se hallan la edici¨®n de un nuevo disco, Puerta del sol, fruto de su experiencia tel¨²rica en Per¨² tocando junto a un conjunto de m¨²sicos de aquel pa¨ªs, y la puesta en escena de su anterior Huellas en formato ¡°XL¡±, este mes de julio en el marco del Festival EtnoSur (Alcal¨¢ la Real, Ja¨¦n): ¡°Las dificultades econ¨®micas no son ninguna novedad. El m¨²sico de jazz vive en una crisis permanente. Ayer, mientras ven¨ªa hacia aqu¨ª, pensaba en todos los genios que desembarcaron en Par¨ªs a finales de los cincuenta porque en su pa¨ªs les era muy dif¨ªcil encontrar trabajo, gente como Bud Powell o Dexter Gordon. Al final, la cosa no ha cambiado demasiado. Nunca hemos dejado de ser artistas marginales¡±.
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