El erotismo m¨¢s provocador del cine
Trailer y cr¨ªtica de 'El imperio de los sentidos', que consagr¨® a Oshima. La pel¨ªcula estuvo en Cannes en 1976. Recuperamos el art¨ªculo de entonces
La inclusi¨®n de una pel¨ªcula en el cat¨¢logo oficial del certamen no garantiza su calidad, pero asegura una determinada dignidad industrial, al menos, y una cierta contenci¨®n expresiva. Cuando alg¨²n filme supera estas barreras con una producci¨®n independiente y sin grandes presupuestos, o por la crudeza de su tema, lo m¨¢s normal es que no sea aceptado para la competici¨®n, ni siquiera fuera de concurso, y pese a lo que en sus tiempos fundacionales se llam¨® el contrafestival, integrado sobre todo por ?la quincena de realizadores? y ?la semana de la cr¨ªtica?, que constituyen hoy celebraciones paralelas, con un prestigio art¨ªstico indiscutible, coexistentes ambas con el festival por antonomasia.
La pel¨ªcula El imperio de los sentidos, ¨²ltima obra de Nagisa Oshima, es un buen ejemplo de este procedimiento alternativo. Por su representatividad, hubiera podido estar muy bien en la selecci¨®n oficial, si no hubiera sido por la incre¨ªble franqueza en las escenas, de intercambio sexual, mas propias de la est¨¦tica del porno que de la obra anterior de este director, que sabe aliar su fidelidad a la cultura japonesa con una gran influencia intelectual europea. Pocos autores de renombre -excepto el yugoslavo Dusan Makavejev y alg¨²n otro- se atrever¨ªan a realizar una obra tan osada, de imposible exhibici¨®n en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. Oshima no se queda en este plano, sino que lo trasciende a trav¨¦s de un discurso impecable y escalofriante, muy marcado por los grandes especialistas del g¨¦nero, Georges Bataille y Sade a la cabeza, aunque la primera inspiraci¨®n de la historia est¨¢ en un hecho real ocurrido en 1936. El erotismo cinematogr¨¢fico posee un nuevo e importante cl¨¢sico sobre el que ser¨¢ necesario volver en el futuro.
En la selecci¨®n a concurso destaca la aportaci¨®n de Eric Rohmer, con una personal¨ªsima La marquesa de 0..., adaptada de la obra del mismo t¨ªtulo de Kleist, que inaugura una nueva fase de su carrera, con un humor mas soterrado que en los Cuentos morales, unido a una exquisita representaci¨®n cinematogr¨¢fica de ambientes, hecha posible por su gran director de fotograf¨ªa, N¨¦stor Almendros. Es curioso destacar la casi absoluta unanimidad en el certamen de filmes hist¨®ricos, cuya acci¨®n transcurre en el siglo XIX.
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