Yasmina Khadra, el gran narrador del terrorismo en Argelia
En los estertores de la guerra civil argelina, surgi¨® una escritora, Yasmina Khadra, que a trav¨¦s de novelas policiacas describ¨ªa el amargo panorama de una sociedad que se debat¨ªa entre la brutalidad del terrorismo islamista y la podredumbre de un r¨¦gimen de partido ¨²nico, minado por la corrupci¨®n. Su protagonista, el comisario Llob, convierte a Bernie Gunther, el protagonista de la serie de novelas de Philip Kerr ambientadas en el entorno de la II Guerra Mundial o Philip Marlowe, en sumiso corderito. "Joder ?D¨®nde encuentras tus calificativos?", le pregunta su compa?ero. "En el cagadero", responde Llop. La primera entrevista que se le hizo en este diario se realiz¨® a cuenta de su primera novela, Morituri, que alcanz¨® r¨¢pidamente un ¨¦xito internacional en 1997. Ignacio Cembrero, el corresponsal para el Magreb, revelaba en julio de 1998 que s¨®lo consigui¨® hacerle llegar unas preguntas a trav¨¦s de su editor y por fax. "Soy una escritora musulmana practicante, casada a los 18 a?os y madre de dos hijos. Residimos en un edificio s¨®rdido como el de cualquier intelectual argelino que se respete. Vivo entre mis compatriotas. Comparto sus escasas alegr¨ªas y sus m¨²ltiples pesares". El fax estaba escrito a m¨¢quina, pero con anotaciones a mano con letra femenina. Ante las sospechas del periodista de que hab¨ªa algo raro en su identidad, entre otras cosas porque sus novelas relevan un conocimiento profundo de las sentinas del estado argelino y de la lucha feroz contra el terrorismo, utilizando a veces m¨¦todos similares, Khadra repond¨ªa: "No practico un est¨²pido juego del escondite. Para hacerme perdonar el anonimato le invito a que se d¨¦ una vuelta por nuestros cementerios. No es que tenga miedo: creo que Argelia cuenta ya con bastantes m¨¢rtires y nuestro deber es seguir con vida, por y para ella".
Hace muchos a?os que Yasmina Khadra revel¨® su aut¨¦ntica identidad, tambi¨¦n hace tiempo que dej¨® atr¨¢s la literatura puramente policiaca. Tampoco vive ya en Argelia aunque s¨ª es uno de los escritores ¨¢rabes m¨¢s respetados del Magreb en lengua francesa. Muchas cosas han cambiado desde entonces pero las novelas de Mohamed Moulessehoul (Or¨¢n, 1955), un ex comandante del Ej¨¦rcito argelino, siguen representando un viaje extraordinario y terrible a los confines de la violencia. Tambi¨¦n permiten entender muchas cosas de Argelia y, tras el secuestro que acab¨® en masacre de decenas de extranjeros, en el sur del pa¨ªs, son una lectura que desgraciadamente vuelve a estar de actualidad. Porque las ondas de choque de aquella guerra civil (que empez¨® con un golpe de Estado apoyado por Occidente para impedir que los islamistas llegasen al poder) llegan hasta la tragedia de la planta de gas en In Amenas.
"Saco el informe que se fosiliza en el fondo de uno de mis cajones", asegura al comenzar una investigaci¨®n sobre un terrorista el comisario Llop en Morituri, la primera novela de la serie, actualmente disponible en castellano en un volumen que re¨²ne la Trilog¨ªa de Argel (Books4Pocket) junto a Doble blanco y El oto?o de las quimeras. "La foto mostraba a un tipo en sotana afgana y una caza de brujas que parece que no iba a terminar nunca. Mira al tipo de la foto: 28 a?os. Nunca ha ido a la escuela. Nunca ha tenido trabajo. Peregrinajes mesi¨¢nicos a trav¨¦s de Asia, plegarias de una virulencia absoluta y un odio irrefrenable hacia el mundo entero. Y ahora convertido en arreglador de entuertos: 38 asesinatos, dos tomos y una fetua, un har¨¦n en cada maquis y un espectro en cada dedo". Espeluznante descripci¨®n del origen del fanatismo, en esa desolada frontera donde la pobreza y la marginaci¨®n se cruzan con la fe desatada. "Los supervivientes de esta guerra asquerosa seguir¨¢n en mi esp¨ªritu, como fantasmas que las tumbas conjuran y las casas reniegan y seguir¨¢n suspendidos entre el cielo y la tierra, demasiado culpables para acercarse a dios y demasiado comprometedores para unirse a los hombres", escribe Khadra m¨¢s adelante. En 2004, recuper¨® a su comisario Llop en un nuevo libro: La parte del muerto. Se trata de novelas polic¨ªacas puras, que respetan todas las convenciones del g¨¦nero, pero a la vez van ganando en cargas de profundidad no s¨®lo contra la brutalidad de los islamistas sino, como dice el propio Khadra, contra la "mafia pol¨ªtica" de pa¨ªs.
Poco a poco, la obra de este escritor, diseminada en Espa?a entre varias editoriales, sobre todo Alianza y ahora Destino, fue alej¨¢ndose de Argelia para adentrarse en otras guerras y otros lugares. Es autor de una de las grandes novelas sobre el terrorismo, El atentado, que en algunos momentos tiene la intensidad de Los justos, de Albert Camus, la obra maestra absoluta sobre este mal de nuestro tiempo. Este libro, ambientado en Israel, forma parte de una trilog¨ªa sobre las guerras posteriores al 11S: Las golondrinas de Kabul y Las sirenas de Bagdad. Su pen¨²ltima novela, Lo que el d¨ªa debe a la noche, es un fresco extraordinario de la historia de Argelia desde 1930. La ¨²ltima, La ecuaci¨®n de la vida, trata de la pirater¨ªa y de ?frica.
Yasmina Khadra estar¨¢ esta semana en BCN Negra.
Imagen: Yasmina Khadra en Sevilla, el pasado octubre. / P¨¦rez Cabo
Comentarios
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.