El en¨¦simo regreso de Black Sabbath

A lo largo de cuatro d¨¦cadas han tenido tiempo de crear algunas de las m¨¢s memorables an¨¦cdotas del rock. Los brit¨¢nicos Black Sabbath siempre ser¨¢n recordados, adem¨¢s de por un pu?ado de discos fundamentales en el desarrollo del rock duro, por alimentar leyendas ¨Creales o no¨C que incluyen supuestos ritos satanistas, murci¨¦lagos descabezados y rencores personales. Ahora han anunciado, por en¨¦sima vez, su esperado regreso.

Solo que esta vez el disco ya ha sido grabado y, en principio, est¨¢ listo para editarse en junio y cuenta con una etiqueta que lo hace, si cabe, m¨¢s atractivo: es el primer disco con su carism¨¢tico ¨Ce impredecible l¨ªder¨C Ozzy Osbourne desde 1978. El ¨¢lbum en cuesti¨®n, 13, contar¨¢ con lo m¨¢s parecido a su formaci¨®n original que pueden ofrecer en la actualidad: acompa?ar¨¢n al cantante Geezer Butler al bajo y Tony Iommi a la guitarra.

Para actualizar el sonido de una banda que no publica material nuevo desde 1995, nada mejor que contratar a un productor capaz de sacar del olvido a cualquier gloria venida a menos. A Rick Rubin, que es quien ha estado a los mandos de la grabaci¨®n de 13, la fama le precede: de producir a Slayer o Nine Inch Nails pas¨® a rescatar del olvido a Johnny Cash, Neil Diamond o a Crosby, Stills & Nash.

Y para seguir alimentando la leyenda, nada mejor que el bueno de Ozzy firme una canci¨®n titulada Dios est¨¢ muerto.

Son tiempos en los que casi cualquier banda de cierto ¨¦xito de la era dorada del rock acaba dejando atr¨¢s viejas rencillas y acaba, resignada, de nuevo sobre un escenario. Pero la de Black Sabbath, como gran parte de su leyenda, no ha sido de f¨¢cil gestaci¨®n. La idea sobrevolaba desde principios de la d¨¦cada pasada, cuando Osbourne era m¨¢s conocido por protagonizar un extravagante show familiar en la MTV que por su contribuci¨®n a generaciones de metaleros. Entonces ya se intentaron varias reuniones.

Pero en noviembre de 2011 la idea fructific¨®: todos los miembros originales anunciaban en rueda de prensa los pertinentes disco y gira de reuni¨®n. Dos meses despu¨¦s, los planes se extinguieron por el c¨¢ncer que padece el guitarrista Tony Iommi; cancelaron su gira ¨Ccon una parada prevista en el festival Azkena¨C; su bater¨ªa original Bill Ward se negaba a trabajar con sus compa?eros en el futuro vistas las condiciones econ¨®micas; el bajista Geezer Butler afirmaba que sus exigencias ¡°eran una broma¡±; y Henry Rollins se quedaba sin ver a uno de sus grupos favoritos.

Hasta hoy. Quedan tres meses para que 13 salga a la calle? y para que una de las bandas seminales del heavy metal se embarque, de nuevo, en una gira mundial. Pero tres meses, para los Sabbath, es mucho tiempo.