Nazar¨¦ es de izquierdas

Los primeros ol¨¦s de la tarde no se escucharon hasta el ¨²ltimo tercio de la lidia del cuarto, cuando el sevillano Antonio Nazar¨¦ se ech¨® la muleta a la zurda, y cuaj¨® un par de tandas de buenos naturales a un toro con clase, recorrido y fijeza que le permiti¨® decir en voz alta que es un torero con presente y futuro, que une pundonor y clase, que posee torer¨ªa y que dar¨¢ mucho y bien que hablar si le acompa?a la suerte. Dej¨® claro que es un torero de izquierdas, lo que dicho de alguien que se viste de luces no es mala carta de presentaci¨®n. Ya se sabe que la izquierda -la mano, se entiende- es la de los dineros.

No remat¨® la faena, esa es la verdad; quiz¨¢, porque su oponente no tuvo la misma calidad por el lado derecho, pero qued¨® constancia de que Nazar¨¦ es un torero a tener en cuenta, que acaba de empezar como quien dice y que ojal¨¢ confirme las buenas expectativas que encierra su concepci¨®n art¨ªstica.

Dicho lo cual, lo cierto es que en Valdemorillo hubo m¨¢s toros que toreros. Bien presentada estuvo la corrida de Juan Pedro Domecq -tres con el hierro de Parlad¨¦, de la misma casa-, mansa en los caballos, con las fuerzas justas y de juego muy aceptable en los enga?os. A excepci¨®n del lote de Juan del ?lamo, destac¨® por su nobleza y movilidad. Pero fueron los toreros los que no estuvieron a la altura requerida; quiz¨¢, porque estamos a comienzos de a?o, con las mu?ecas a¨²n encogidas, o, quiz¨¢, porque la nobleza de los toros exige una calidad que no abunda.

El bueno de Antonio Nazar¨¦, por ejemplo, le cort¨® una oreja a su primero -la ¨²nica que se pase¨® en toda la tarde-, y se le vio con oficio y maneras, pero no fue capaz de entenderse con un toro que destac¨® por su codicia y que exig¨ªa un mando que no encontr¨®. Muchos pases por ambos lados, buen tono general, manoletinas finales, pero todo en un mar de tibieza y aburrimiento. Mat¨® mal al cuarto y no pudo redondear ese buen sabor de boca que dej¨® con unos naturales pre?ados de hondura.

No tiene mucha justificaci¨®n el mexicano Sergio Flores, que dej¨® escapar una oportunidad de oro para dar un aldabonazo a comienzos de temporada. Es otro pesado insufrible que nunca ve la ocasi¨®n propicia para acabar con unas faenas interminables. Esto as¨ª le falt¨® para que le echaran al corral el noble sexto de la tarde, al que le dio miles de pases vac¨ªos de contenido en su inmensa mayor¨ªa. Incansable al desaliento tambi¨¦n se mostr¨® ante el tercero, un toro serio y con cuajo, que embisti¨® de maravilla en dos tandas por el lado derecho y ante el que Flores mantuvo el tipo con dignidad. Pero ah¨ª acabaron toro y torero, aunque el joven insisti¨® e insisti¨® hasta que el animal muri¨® cansado de un feo bajonazo que no merec¨ªa.

Y el que no tuvo suerte fue Juan del ?lamo. Le tocaron los dos garbanzos negros de la corrida, dos toros sin clase, sosos y con mal estilo. El torero no se coloca bien, pero se le deben reconocer su valor, su af¨¢n y ganas de agradar.

En fin, que el bondadoso p¨²blico, que cubri¨® la mitad del aforo cubierto de Valdemorillo en esta segunda de feria, no se divirti¨®. Y eso no es bueno, por no decir algo peor.

* Domecq/Nazar¨¦, Del ?lamo, Flores

Tres toros de Parlad¨¦ -segundo, tercero y cuarto-, y tres de Juan Pedro Domecq, bien presentados, mansos y nobles. Deslucidos segundo y quinto.

Antonio Nazar¨¦: estocada ca¨ªda (oreja); estocada tendida, descabello _aviso_ y dos descabellos (ovaci¨®n).

Juan del ?lamo: casi entera (ovaci¨®n); estocada trasera y un descabello (ovaci¨®n).

Sergio Flores: bajonazo (ovaci¨®n); tres pinchazos _aviso_, casi entera ca¨ªda _2? aviso_, pinchazo y estocada (silencio).

Plaza de Valdemorillo. 9 de febrero. Segunda corrida de feria. Media entrada.