Rosa Rossi, referente del hispanismo italiano
La estudiosa marxista centr¨® su investigaci¨®n en la faceta rebelde de figuras como las de Cervantes, Juan de la Cruz y Teresa de ?vila
La matriarca del hispanismo italiano Rosa Rossi (Canosa, sur de Italia, 1928) dej¨® este mundo el primer lunes de febrero en Roma. De la estirpe de Mario Socrate, Dario Puccini, Carmelo Samona y Mario di Pinto, amiga en Espa?a de Manuel Sacrist¨¢n y Giulia Adinolfi y de los entonces j¨®venes analistas de las revistas cr¨ªticas Materiales y Mientras Tanto, entre quienes tuve la fortuna de hallarme, Rossi ha seguido creando cada d¨ªa desde su ya lejana c¨¢tedra en la Universidad de Roma y hasta ayer mismo en su casa de la Via Monteverde de Roma otro tipo de modelo interpretativo basado en la irrupci¨®n de la historia en la vivencia creadora de los cl¨¢sicos y en la potencia rebelde que alojaba la subjetividad de figuras como Cervantes, Juan de la Cruz y Teresa de ?vila.
Para Rossi, el modelo Teresa que reconstruye desde la interioridad disidente es el de una mujer que existe como conciencia y con la sola ayuda de una ¡°oraci¨®n mental¡± de subversiva lucidez, frente al primer ¨ªndice de libros prohibidos que somete al olvido transitorio a figuras que con el tiempo ser¨¢n enaltecidas. En estos a?os de seudocultura y banal espect¨¢culo en la Europa del Sol hemos de reconocer con orgullo la capacidad de quienes, como ella, han creado en la oscuridad de la caverna plat¨®nica mediterr¨¢nea otro modelo moral.
La disfrut¨¦ como amiga y maestra desde los a?os setenta y como autoridad del hispanismo en la etapa en que dirig¨ª el Instituto Cervantes de Roma. Me consta que tambi¨¦n antes era figura respetada y querida dentro y fuera de Italia, especialmente en el mundo editorial espa?ol. En los ¨²ltimos a?os ocup¨® un lugar excepcional como mediadora del di¨¢logo hispanoitaliano, pese a estar algo cansada y evidentemente distanciada del vomitorio de las cien mentiras en que se han ido convirtiendo, pese a ellas, las sociedades mal entretenidas de la Europa del sur que ella criticaba como buena marxista que aspiraba a cambiar lo que menos le gustaba del mundo que viv¨ªa. Por eso se reconoci¨® en los rebeldes espa?oles golpeados por la historia de su tiempo, cuyo ritmo de pensamiento capt¨® sabiamente. En el silencio dolorido y la penumbra apresurada desde la que juzgaba ir¨®nicamente la impostura de quienes se entregaban al f¨¢cil foco y al golpe de tim¨®n, Rossi ha seguido en los ¨²ltimos a?os dando cuerda secreta a otro tipo de di¨¢logo entre filolog¨ªa, filosof¨ªa y poes¨ªa, convirtiendo en expresi¨®n liberadora las maldiciones que nos cercan de vez en cuando. Siempre se refer¨ªa a sus creadores y creadoras favoritos: los que conocieron la alegr¨ªa de no estar de moda con el fin de poder ser le¨ªdos siempre.
La casi clandestinidad creativa y la rebeld¨ªa indiscutible de sus ¨²ltimos a?os sigui¨® poblada de disc¨ªpulos dentro y fuera de Italia, de manera que su abandono de la universidad nunca signific¨® el de la tutela que ejerciera siempre de una forma de verdad equidistante que se aloja en el imaginario creador, a cuyo desvelamiento aspiran obcecadamente todav¨ªa, de la mano de maestros como Rosa Rossi, los nuevos y golpeados fil¨®logos de este dif¨ªcil tiempo sin palabras.
Fanny Rubio es catedr¨¢tica de Literatura Espa?ola en la Universidad Complutense de Madrid y dirigi¨® el Instituto Cervantes de Roma (2006-2008).
Babelia
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