Federico G. Herraiz, cr¨ªtico de jazz

Ayer muri¨®, con 61 a?os, Fede, Federico G. Herraiz, (Valencia, 1951), como firmaba las cr¨ªticas de jazz en estas mismas p¨¢ginas. Personaje imprescindible en el ¨¢mbito jazz¨ªstico valenciano, la enfermedad fue reduciendo su presencia p¨²blica, aunque todav¨ªa escribi¨® una ¨²ltima cr¨ªtica en este peri¨®dico el pasado 22 de noviembre, dedicada a un joven valor del jazz chileno. Ha dejado una gran cantidad de cr¨ªticas, carpetillas de discos y colaboraciones en revistas especializadas, carteleras y prensa diaria. Particip¨® tambi¨¦n en la redacci¨®n de dos libros (Los 100 mejores discos de Jazz y Ellos y Ellas, las grandes voces del jazz, de la editorial La M¨¢scara), as¨ª como en la generosa colecci¨®n de discos y fasc¨ªculos Jazz Voice, donde, junto a los nombres se?eros, se a?aden descubrimientos estimulantes. De joven andaba rastreando talentos, sin errar el tiro muchas veces.

Sin embargo, no deben decirse grandes palabras al hablar de Fede. No le gustaban en las necrol¨®gicas referidas a otros, as¨ª es que tampoco las querr¨ªa para s¨ª. Quiz¨¢ prefiriera que cit¨¢ramos la m¨²sica que le dejaba satisfecho: la alegr¨ªa de Sarah Vaughan en el Swingin¡¯ Easy, el fraseo de Sinatra con Basie, el entrecortado discurso de Monk, las desgarradas maneras de Art Pepper, la tensi¨®n del mejor Miles Davis, o el contrabajo latiente de Charles Mingus, rodeado de pinos, en el festival de Antibes. En cl¨¢sica se cri¨® a la antigua: Schubert y Schumann cantados por Elly Ameling y Fischer-Dieskau, Mahler, el piano de Schubert y Debussy... buena escuela.