La recreaci¨®n de un delirio nazi
Alberto de las Heras plasma en ¡®Germania¡¯ la fantas¨ªa de la capital imperial que Hitler quiso erigir
De entre los muchos delirios de Hitler, hubo uno que ten¨ªa nombre de ciudad pero que no pudo levantar, Germania, la que estaba llamada a ser la nueva capital imperial, que nacer¨ªa de la demolici¨®n de parte del centro de Berl¨ªn. El artista Alberto de las Heras (Barakaldo, 1973) se empap¨® de esta y otras historias en sus a?os de viajes a Berl¨ªn, una urbe en la que siempre se ha sentido ¡°como en casa¡±. Aquel conjunto de edificios que el F¨¹hrer encarg¨® al arquitecto Albert Speer inspir¨® a De las Heras para su exposici¨®n de dibujos, acr¨ªlicos y acuarelas que pueden verse en la madrile?a Fresh Gallery hasta el 14 de marzo.
¡°He querido contar la degeneraci¨®n de la sociedad alemana de los a?os treinta y c¨®mo los nazis sometieron a su pa¨ªs desde el abuso de poder pero tambi¨¦n con la seducci¨®n y con la propaganda de las promesas de una nueva sociedad¡±, dice De las Heras delante de sus obras.
La primera parte de la muestra Germania es una serie de cinco dibujos a l¨¢piz que recrea las ruinas imaginarias de Berl¨ªn tras la derrota a manos de los aliados. Son las consecuencias de la locura nazi. En contraste, entre esas monta?as de escombros posan, como fantasmas, modelos vestidas con las primeras colecciones del dise?ador Christian Dior, las creadas entre 1946 y 1950. ¡°Mujeres con cors¨¦s, grandes faldas y una est¨¦tica m¨¢s conservadora. Era el llamado new look, la moda que surgi¨® en Europa y que recordaba a la vieja aristocracia¡±, se?ala De las Heras, que ha trabajado de ilustrador para modistos como Antonio Alvarado, Carlos D¨ªez y Ana Locking.
A continuaci¨®n se exhiben varios cuadros con los que De las Heras ha pintado la Germania ¡°monumental y desmesurada, de edificios y plazas deshumanizadas¡± que Hitler imagin¨® pero que solo se pudo esbozar ¡°en unos planos, unas maquetas y un par de edificios¡± por culpa de la Segunda Guerra Mundial, que convirti¨® a Speer en ministro de Armamento y Guerra. Entre esas pinturas destaca La noche I, una vista a¨¦rea nocturna de la polis que iba a ser el orgullo del Tercer Reich escoltada por retratos de personajes ¡ªunos inventados y otros reales¡ª, como el de la mujer de Speer o el del conde Claus von Stauffenberg, que protagoniz¨® uno de los atentados contra Hitler que estuvieron m¨¢s cerca del ¨¦xito. De las Heras llama la atenci¨®n sobre ¡°un cuadro importante¡± de exposici¨®n, La noche II (Magnus Hirschfeld), que muestra a nazis arrojando libros a una hoguera. El nombre que acompa?a al t¨ªtulo de esta obra es el del m¨¦dico jud¨ªo alem¨¢n que se atrevi¨® a defender los derechos de los homosexuales en la Alemania hitleriana.
El recorrido por Germania acaba en las v¨ªctimas, con las acuarelas ¡°de un hipot¨¦tico cat¨¢logo de objetos confiscados a los jud¨ªos¡±. Obras de peque?o formato con las que De las Heras muestra, como si fuesen documentos reales, con su sello y su n¨²mero de serie, una peque?a selecci¨®n de lo que los nazis confiscaban a los jud¨ªos: arte, porcelanas, ropa, candelabros, instrumentos¡ Adem¨¢s de sus posesiones, esos jud¨ªos perdieron sus casas para que se levantara en su lugar aquella fantas¨ªa arquitect¨®nica que finalmente nunca vio la luz.
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