Bowie sigue jugando con el misterio

Hace algo m¨¢s de un mes, David Bowie regres¨® de forma inesperada. Llevaba a?os en silencio, alimentando un misterio que, de una u otra manera, sigue promoviendo. El d¨ªa de su cumplea?os lleg¨® de la nada una nueva canci¨®n, anunci¨® nuevo disco (The next day, que se publicar¨¢ el mes que viene) y volvi¨® a desaparecer.

Hasta hoy. El nuevo movimiento del cantante se llama The stars (are out tonight), segundo sencillo del disco. Es una pieza m¨¢s en¨¦rgica y guitarrera que la que avanz¨® el 8 de enero y viene acompa?ada por un videoclip, coprotagonizado por la modelo y actriz Tilda Swinton, en el que el artista de 66 a?os interact¨²a con un trasunto del delgado duque blanco, el Bowie m¨¢s narcotizado de mediados de los setenta.

Lo ¨²nico que se sabe de una de las reapariciones m¨¢s misteriosas del rock, dejando a un lado las dos canciones conocidas hasta el momento, es lo que comentan en entrevistas los m¨²sicos del entorno del cantante brit¨¢nico. Parece una medida campa?a de marketing que juega tanto con el misterio como con el goteo de nuevos datos. Desde el inesperado anuncio, la edici¨®n estadounidense de Rolling Stone ha ido publicando sucesivas entrevistas con el productor del disco, Tony Visconti, y con los m¨²sicos de la banda, que coquetean ¨Cy probablemente, todo est¨¢ m¨¢s que calculado¨C con la idea de una nueva gira.

El ¨²ltimo en hablar, la semana pasada, ha sido el guitarrista irland¨¦s Gerry Leonard, colaborador de Bowie desde los tiempos de Heathen (2002) y director musical de sus ¨²ltimas giras. En el encuentro con la revista norteamericana afirmaba que el cantante ¡°est¨¢ reinventando la rueda¡±. ¡°Vive en un mundo en el que todo el mundo publica en Twitter o en Facebook. Est¨¢ haciendo justo lo contrario. El silencio es parte de ello¡±.

Otro que se ha reencontrado con el cantante afincado desde hace lustros en Nueva York ha sido el bater¨ªa Zach Alford, presente en las sesiones del ¨¢lbum Earthling de 1997. En su pertinente entrevista comenta qu¨¦ hay detr¨¢s, para ¨¦l, de tanto silencio: ¡°B¨¢sicamente que no diga nada es casi como promocionar el disco en s¨ª mismo¡±.

Astuto como pocos, a lo largo de seis d¨¦cadas de carrera Bowie ha sabido jugar con su imagen p¨²blica para amplificar suspicacias y documentar sus giros estil¨ªsticos, compareciendo ante los medios o, como en los ¨²ltimos a?os, sin decir nada en absoluto: desde su enfermedad coronaria en plena gira en 2004, el hecho de que fuera avistado en la calle ya era noticia.

Desde el principio de las sesiones de The next day, hace casi dos a?os, David Bowie orden¨® a su s¨¦quito el m¨¢s estricto silencio. Leonard recuerda c¨®mo supo del proyecto secreto a trav¨¦s de un correo electr¨®nico del propio cantante: ¡°Recib¨ª un email suyo en noviembre de 2010. Era un correo corto en el que me preguntaba si estaba disponible para grabar unas maquetas nuevas¡±. El mensaje terminaba, seg¨²n recuerda, pidiendo que no hablara del asunto con nadie. ¡°Alguien del estudio lo desvel¨®. As¨ª que nos hizo firmar a todos acuerdos de confidencialidad¡±, comenta en su entrevista el bater¨ªa Zach Alford.

El productor Tony Visconti, escudero espor¨¢dico Bowie desde finales de los sesenta y que ha participado en 12 de sus discos, pone cara a uno de los que desvelaron el en¨¦simo misterio del brit¨¢nico. Seg¨²n dice en su entrevista, fue el guitarrista de King Crimson, Robert Fripp ¨Cotro excolaborador¨C quien habl¨® m¨¢s de la cuenta: en octubre de 2011 anunci¨®, a trav¨¦s de su blog personal, que Bowie estaba trabajando en material nuevo con Brian Eno. Result¨® ser falso.

Where are we now?, la canci¨®n con la que naci¨® todo el revuelo, remite en su letra, precisamente, a los tiempos en los que Bowie trabajaba con Eno en Berl¨ªn. ?Significa eso que el disco supone un regreso al sonido de discos como Low o ¡°Heroes¡±? Nada m¨¢s lejos, dicen sus responsables. Habr¨¢ retazos del Bowie cl¨¢sico, pero tambi¨¦n, seg¨²n anticipa Tony Visconti en Rolling Stone, temas que reflejan las preocupaciones recientes del cantante: ¡°Estaba leyendo muchos libros de historia medieval inglesa. La canci¨®n The next day va de ello, es sobre un tirano insignificante¡±. Sus colaboradores avanzan que entre las 14 canciones del disco resuenan los ecos de Station to station (1976) pero tambi¨¦n tienen cabida piezas m¨¢s en¨¦rgicas ¨Ccomo el nuevo sencillo dado a conocer hoy¨C que recuerdan a la ¨¦poca de Diamond dogs (1974), temas ¡°s¨®rdidos, oscuros y sexys¡± y algo de ?country y doo-wop!

Gracias a estas entrevistas, la gran incertidumbre ahora es si David Bowie, una d¨¦cada despu¨¦s, se volver¨¢ a subir a un escenario. Sus ac¨®litos juegan con la sospecha y el guitarrista Gerry Leonard cifra en un 50% las posibilidades de que haya gira. ¡°Mientras escuch¨¢bamos algunas de las canciones ¨¦l dec¨ªa ¡®esto sonar¨ªa genial en directo¡±, recuerda Leonard en su entrevista. Otras veces, directamente se hac¨ªa el loco, seg¨²n su testimonio. A otro de sus guitarristas, Earl Slick, en la banda de Bowie de forma intermitente desde los setenta, no le sorprender¨ªa que le llamara para varios conciertos. Tampoco le sorprender¨ªa que no lo hiciera.

Tony Visconti abre la puerta a una opci¨®n intermedia: alg¨²n concierto especial en Londres o en Nueva York. Pero nada m¨¢s. El productor dice que ¡°solo tocar¨¢ si le apetece¡±. Todo forma parte del mismo plan: dejar que las cosas lleguen ¨Csi llegan¨C y que todo sea una sorpresa. Si David quiere.