Damiano Damiani, director que aun¨® compromiso y ¨¦xito popular
El cineasta italiano inscribe parte de su obra en la tradici¨®n neorrealista
![El director italiano Damiano Damiani.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GAWD5UBLU6WZZAN2BXSFYB4FTM.jpg?auth=f578d6e8f55a6b6e85186aa0ed19bf7030b99eb233e2493342ccf9895a6d04f3&width=414)
Escritor, actor y sobre todo un director de cine y de televisi¨®n que siempre concili¨® el ¨¦xito popular con el compromiso c¨ªvico. As¨ª era Damiano Damiani (Pasiano di Pordenone, norte de Italia, 1922), fallecido en la noche del jueves a los 90 a?os en su casa romana por una insuficiencia respiratoria. Llevaba al menos una d¨¦cada retirado y alejado de los focos. De ¨¦l queda una variada producci¨®n brotada en la ¨¦poca del neorrealismo y madurada en los a?os setenta, como denuncia de las contradicciones y opacidades del sistema. El suyo fue un cine siempre pol¨ªtico, como El d¨ªa de la lechuza (1968), con Claudia Cardinale y Franco Nero, adaptaci¨®n del cl¨¢sico sobre la mafia de Leonardo Sciascia, o como la serie para la televisi¨®n La piovra (1984), todo un hito para Italia que se sorprendi¨® pegada a la caja negra, para seguir con aprensi¨®n, una vez a la semana, las complicada aventuras del comisario Cattani, interpretado por un espl¨¦ndido Michele Placido, rostro del hombre justo probado por un mundo violento y contaminado por la Cosa Nostra y sus miles de tent¨¢culos pol¨ªticos.
Pasional, curioso, pol¨¦mico y con gusto para la discusi¨®n, Damiani empez¨® a trabajar junto a otros colegas como Comencini, Lattuada o Ermanno Olmi. En su primera pel¨ªcula, El pintalabios (1960), dirigi¨® a Pietro Germi en el papel de un comisario de polic¨ªa. Esa fue la d¨¦cada de oro para Damiani, cuando cautivaba a los cr¨ªticos, al p¨²blico y a la izquierda, sin duda su bando pol¨ªtico. Cesare Zavattini, guionista y amigo tambi¨¦n de Vittorio de Sica, colabor¨® con ¨¦l en la adaptaci¨®n de La isla de Arturo, novela firmada por Elsa Morante. Con Tonino Guerra (otro guionista excelente, pilar ¡ªentre bastidores¡ª del cine de Federico Fellini) traslada a la gran pantalla El tedio de Alberto Moravia. Tambi¨¦n hace una incursi¨®n en el g¨¦nero m¨¢s ligero de los spaghetti western con ?Qui¨¦n sabe?, aunque el gui¨®n acaba alej¨¢ndose del esquema t¨ªpico de una pel¨ªcula del Oeste a la europea: el protagonista, Klaus Kinski, interpreta un bandido que se redime y decide defender a los d¨¦biles. Damiani no consegu¨ªa aligerar sus obras de este halo de empe?o c¨ªvico que fue siempre su registro. Empujado por esa misma urgencia de denuncia, en 1968 aproa el rodaje de la novela m¨¢s famosa del escritor siciliano Sciascia, El d¨ªa de la lechuza: toda una revelaci¨®n en una ¨¦poca en la cual hablar de la Cosa Nostra ni se contemplaba. En el filme se narra c¨®mo el poder mafioso y el poder pol¨ªtico conviven y se compenetran en el mismo peque?o pueblo, sostenidos por el silencio c¨®mplice o asustado de los ciudadanos, hasta que un joven capit¨¢n de los carabineros trata de imponerse sobre la corrupci¨®n.
En 1970, descubre a Ornella Muti, a la que dirige en su estreno cinematogr¨¢fico en La esposa m¨¢s guapa. Dos a?os m¨¢s tarde, elige a otro actor fundamental, Nino Manfredi, que en Girolimoni interpreta la historia del ¡°monstruo de Roma¡±, un fot¨®grafo que en los a?os veinte fue acusado de asesinar a ni?as. Aparte de las numerosas pel¨ªculas con Franco Nero, actor amado tambi¨¦n por Sergio Leone, con su rostro esculpido para el western, Damiani dirigi¨® a Gian Maria Volont¨¦, Leonora Giorgi o Harvey Keitel, entre muchos otros.
Los a?os ochenta le regalaron el ¨¦xito al que sobre todo se vincula su nombre: La piovra, una serie producida para la televisi¨®n p¨²blica RAI, que abri¨® la pista a un verdadero g¨¦nero, el de los polic¨ªas o carabineros rectos empe?ados en la lucha contra los malos: los mafiosos de la Cosa Nostra pero tambi¨¦n algunos pilares de la sociedad libres de toda sospecha pero en realidad podridos por el contacto con la Mafia. Tras La piovra I vinieron la II, la III y hasta la IX, rodadas por otros directores. Aunque despu¨¦s sigui¨® trabajando en la peque?a y en la gran pantalla, Damiani nunca volvi¨® a conocer un ¨¦xito tan rotundo y a partir de 2002 se dedic¨® a su pasi¨®n secreta, la pintura.
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