Cuando el libro solo sirve para apuntalar una mesa coja
Las editoriales del Estado, aunque incorporaron a algunas voces independientes, se convirtieron en instituciones de propaganda gubernamental
Hugo Ch¨¢vez lleg¨® al poder hace 14 a?os con un proyecto pol¨ªtico que en nombre de la inclusi¨®n sistematiz¨® la exclusi¨®n de todo aquel que no se inscribirse en el "proceso revolucionario". Esto no dej¨® fuera al espectro cultural. El per¨ªodo que precedi¨® al gobierno de Ch¨¢vez, con los errores que puedan se?alarse, espec¨ªficamente en el sector editorial, fue diverso e incluyente. All¨ª se encontraron las m¨¢s plurales corrientes del pensamiento y la plataforma promocional y divulgativa lo trat¨® con una visi¨®n trascendente.
Para entender el tema venezolano, se debe acotar que Venezuela es un pa¨ªs que vive de la renta petrolera, el Estado monopolizaba, desde antes de la era Ch¨¢vez, la industria del libro, adem¨¢s de otras muchas cosas. ?Qu¨¦ sucede cuando el Estado se desl¨ªe en el gobierno, o se confunde o se fusiona? Comienza a exigirse a cambio primero la solidaridad y luego la incondicionalidad con el proyecto pol¨ªtico encarnado el gobierno.
Este proceso que termin¨® excluyendo a la pluralidad de autores les hizo reinventarse
La Feria Internacional del Libro se empobreci¨® convirti¨¦ndose a?o tras a?o en una feria unicolor
Si bien antes de Hugo Ch¨¢vez la pol¨ªtica de Estado pod¨ªa enajenar la producci¨®n y distribuci¨®n del libro, desde 1998 a esta parte, el estado de la pol¨ªtica, es decir, la ideolog¨ªa, la propaganda y un sentido desmesuradamente populista y autoritario del proyecto de Ch¨¢vez, exigi¨® supeditar cualquiera de estas disciplinas al proyecto bolivariano.
En nombre de la inclusi¨®n del pueblo se excluy¨® al pueblo de la posibilidad de contrastar un amplio cat¨¢logo, y a los autores de conformarlo y enriquecerlo. Las editoriales del Estado, si bien mantuvieron las formas al incorporar a algunas voces independientes, ideologizaron sus estrategias, sesgaron su producci¨®n y terminaron haci¨¦ndose instituciones de propaganda gubernamental.
He escuchado el argumento de que el sector creci¨®, ahora tenemos una imprenta nacional, una agencia literaria, una distribuidora y un ente promotor del libro que, de retornar la independencia de poderes y realizarse una contralor¨ªa seria, arrojar¨ªa m¨¢s corrupci¨®n que beneficios.
La Feria Internacional del Libro, que lleg¨® a tener siete ediciones antes de Ch¨¢vez, y donde tuve el honor de trabajar, se empobreci¨® en su muestra, a?o tras a?o la vimos convertirse en una feria unicolor, parecida a la que se realiza en La Habana.
El prestigioso premio literario R¨®mulo Gallegos, mantuvo su calidad, pero se agreg¨® una condici¨®n al veredicto: preferible, subrayado, que el autor sea de izquierda.
Muchas cosas sobrevivieron a pesar de todo, quiz¨¢s podr¨ªa verse un aspecto positivo. Algunas bienales literarias lograron mantener su independencia, vale la pena nombrar a la Bienal Mariano Pic¨®n Salas de M¨¦rida. Otras fueron barridas, como la Bienal Jos¨¦ Rafael Pocaterra de Valencia. El autor venezolano se vio obligado a tocar las puertas de editoriales fuera del pa¨ªs. Nacieron proyectos editoriales independientes que han tenido que luchar con las barreras que impone el control de divisas: falta de insumos y elevados costos de impresi¨®n.
Se cerraron los espacios cr¨ªticos.
No hubo cr¨ªticas sin consecuencias.
Podr¨ªamos decir que este proceso inclusivo que termin¨® excluyendo a la pluralidad de autores y lectores que buscan la universalidad de ideas, tuvo algo positivo: hizo reflexionar al artista y al autor en lo nociva que es la dependencia absoluta del Estado y lo llev¨® quiz¨¢s tocando su fibra de sobrevivencia, a salir al mundo y luchar por un espacio fuera de las ¨®rbitas oficiales, adelantar proyectos editoriales y reinventarse cada d¨ªa para mantenerlos a flote.
A pesar de la propaganda y del efecto que caus¨® el reparto sin costo alguno de ediciones multitudinarias de obras cl¨¢sicas, hoy en dia nadie puede afirmar que no haya sido un derroche de populismo: estos libros terminaron cumpliendo las funciones m¨¢s ins¨®litas sin fomentar la lectura. Para ello hace falta una estrategia coherente que se sostenga en el tiempo, adem¨¢s de la amplitud de significados que tiene el pensamiento humano.
En estos 14 a?os hubo venganza, exhibici¨®n de resentimientos, una gran bulla y propaganda ¡°revolucionaria¡°.
Israel Centeno (Caracas, 1958) es novelista y editor. Ha publicado en la editorial Perif¨¦rica la obra Hilo de cometa.
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