'Juego de tronos', regreso a Poniente
A fuego lento, por Natalia Marcos
Tras casi un a?o alejados de los Siete Reinos de Juego de tronos, volvemos a su mundo de fantas¨ªa, a ese que HBO se encarga de recrear en toda su grandiosidad y con el poder¨ªo propio de la cadena. Nos reencontramos con sus decenas de personajes y sus rencillas (o algo m¨¢s que rencillas...), sus pu?aladas por la espalda literales y figuradas. Desde que naci¨®, Juego de tronos estaba destinada a ser mucho m¨¢s que un programa de televisi¨®n m¨¢s, algo de lo que se encargan los miles de seguidores de los libros y de la serie, adem¨¢s de jugar una parte important¨ªsima la enorme campa?a promocional que HBO despliega cada temporada y que este a?o se ha pasado un poco de tuerca con tanto teaser y tr¨¢iler durante las semanas previas al esperado estreno.
El primer episodio de la tercera temporada recoge el testigo de la segunda y vuelve a plantear la situaci¨®n en que se qued¨® cada personaje. La sensaci¨®n que deja es que la serie est¨¢ tomando carrerilla para lo que venga a continuaci¨®n y que la trama se empieza a cocinar a fuego lento, quiz¨¢ demasiado lento. Para ser un arranque de temporada, le falta algo que nos vuelva a enganchar a la historia, que nos haga vibrar de inquietud. Pero precisamente porque es el comienzo de una nueva entrega, es comprensible que ocurra eso. Esperemos que el ritmo vuelva a Juego de tronos y que nos ofrezca todo lo que esperamos de ella. De momento, toca esperar y tener paciencia.
El invierno ha regresado, por Guillermo Altares
La leyenda relata que, durante el rodaje de La guerra de las galaxias, Alec Guiness se rebel¨® varias veces y no precisamente contra el Imperio. Frases como "Que la fuerza te acompa?e" le parec¨ªan rid¨ªculas. Sin embargo, en la pantalla funcionan. Aunque, como demuestra precisamente la segunda trilog¨ªa de la saga gal¨¢ctica de George Lucas, en cuestiones de fantas¨ªa la l¨ªnea que separa la imaginaci¨®n del rid¨ªculo es muy delgada. Algo similar ocurre con Juego de tronos: sobre el papel, es muy f¨¢cil que caiga en la caricatura, con tantos nombres raros, personajes incre¨ªbles y declaraciones solemnes de seres que buscan todo el rato salvar el mundo o destruirlo. Sin embargo, funciona, como queda demostrado en el arranque de la tercera temporada.
Un viejo axioma de los guionistas dice que no puedes prometer algo que no vayas a cumplir, que si aseguras que un personaje es imponente o una batalla impresionante y la muestras tiene que estar a la altura de las circunstancias. Es un principio que tambi¨¦n vale para el marketing, algo que los creadores de Juego de tronos dominan a la perfecci¨®n. Por ahora, la serie basada en las novelas de George R.R. Martin sigue prometiendo y es capaz de mantener todas las promesas que hace.
Incluso para aquellos que no han le¨ªdo los libros y que tienen cierta tendencia a acabar perdidos en las tramas y subtramas de la serie, el inicio de la nueva temporada es bastante claro: todo el mundo quiere matar a todo el mundo para hacerse con un reino cuyos habitantes, tiene toda la pinta, van a acabar siendo devorados por el ej¨¦rcito de zombis que campa a sus anchas m¨¢s all¨¢ del muro, como vimos en el final de la segunda temporada. Aunque sus creadores prometen liar a los espectadores con nuevas historias y personajes. En el fondo de eso se trata: no importa que haya un momento en que nos perdamos; la serie funciona porque sus personajes funcionan, no solo porque respondan a pasiones que han alimentado la ficci¨®n desde los tiempos de Homero ¨Cla codicia, la sed de poder, el sexo, la venganza, pero tambi¨¦n la bondad o la empat¨ªa¨C sino porque muchos de ellos tienen algo especial, algo que les permitir¨ªa decir "que la fuerza te acompa?e" (o "se acerca el invierno") y que creamos que compartimos el mismo mundo que ellos.
* Guillermo Altares es periodista de El Pa¨ªs, colaborador del blog Elemental y de este blog, donde ha escrito sobre The Walking Dead, True blood o Mad men, entre otras.Adem¨¢s, ha participado en un libro colectivo sobre la serie, Juego de tronos. Un libro afilado como el acero valyrio (Errata Naturae).
De la ventisca de nieve a la despiadada lucha de poder,
Una fuerte ventisca de nieve m¨¢s all¨¢ del muro. Comienza justamente donde se qued¨®. Hasta la fecha, el arranque de esta temporada es, en mi opini¨®n, el m¨¢s sugerente e impactante de todos. Me refiero a la primera escena, no al cap¨ªtulo en s¨ª mismo. Ni la primera ni segunda temporada consiguieron ofrecerme una escena tan cargada de misterio y tan potente visualmente. Tambi¨¦n es cierto que soy de los que mantiene una expectaci¨®n enfermiza, acompa?ada de un bendito sufrimiento, con todo lo que suceda en las tierras salvajes y desconocidas al norte del gran muro, donde los exploradores merodean en los picos y las laderas de Los Colmillos Blancos, donde la c¨¢lida mirada de Jon Nieve parece indicar que est¨¢ llamado a grandes gestas. Como le dice Mance Rayder, el rey m¨¢s all¨¢ del muro, perteneciente al pueblo libre: "T¨² lo que ans¨ªas es ser un h¨¦roe".
A partir de ah¨ª, el primer cap¨ªtulo de esta tercera temporada se despliega con ritmo pausado, incidiendo en algo que ya sucedi¨® en todo el desarrollo de la segunda: la necesidad de contar muchas historias, entre los l¨ªos din¨¢sticos, las intrigas de poder y la lucha de los numerosos reinos. En este comienzo, salen airosos, situando al espectador que no ha le¨ªdo los libros, como este escribiente, al corriente de todo, pero esperemos que sean capaces de mantener las tramas de forma s¨®lida y concisa, sin enredos complicados ni vac¨ªos narrativos importantes. Veremos, pero es uno de los principales problemas que se me antojan para esta serie que sigue siendo un verdadero espect¨¢culo para la vista, gracias a sus paisajes arrebatadores y al esmerado uso de los efectos especiales.
Menci¨®n especial para las escenas que protagonizan en este episodio los Lannister, esa familia de tiranos hambrientos de poder, cuyos di¨¢logos afilados y juegos de intereses traen los mejores momentos. Una vez m¨¢s, la calculadora y fr¨ªa Cersei Lannister y el peque?o gran Tyrion Lannister chocan por imponerse. Hermanos que no se f¨ªan el uno del otro pero, sobre todo, que saben perfectamente qu¨¦ oscuras intenciones mueven a los hombres para alcanzar o mantener el poder. Pero nada comparable a la conversaci¨®n que tiene Tyrion con su padre. El Gnomo, mucho m¨¢s humano que su progenitor, escucha frases de Lord Tywin que m¨¢s bien parecen pu?aladas, sacando a relucir todo lo cruel que es esta familia de nobles. A decir verdad, creo que, aparte de las destacadas dosis de fantas¨ªa medieval y m¨¢gica que ofrece el mundo de Juego de Tronos, tan agradecidas para el escape en estos tiempos de crisis donde la realidad es tan triste, el mayor logro de esta ficci¨®n es mostrarnos c¨®mo de sibilinas o despiadadas pueden ser las luchas de poder. Luchas entre las distintas familias y dinast¨ªas que bien podr¨ªan ilustrar a la casta pol¨ªtica de nuestros d¨ªas, aferrada al trono, sujeta a medias verdades y mentiras, rodeada de enemigos dentro de su propio reino, que har¨¢ cualquier cosa (menos luchar con dragones que no se conocen todav¨ªa en el planeta Tierra) con tal de seguir siendo los reyes del cotarro.
* Fernando Navarro es periodista de El Pa¨ªs, autor del blog La Ruta Norteamericana y colaborador de este blog, donde ha hablado de series como Luther, Treme o Boardwalk Empire.
Leve decepci¨®n, por Mikel L¨®pez Iturriaga
El inicio de la 3? temporada me ha dejado un poco fr¨ªo. O, mejor dicho, templado con breves momentos de calent¨®n. Y es raro, porque casi todas las cosas que han hecho grande a Juego de tronos estaban ah¨ª: el perfecto disfraz de serie fant¨¢stica de aventuras para lo que en el fondo es un culebr¨®n moral, los di¨¢logos musculosos sin una gota de grasa, los actores que parecen haber nacido para encarnar sus personajes, la lujosa recreaci¨®n de ambientes tan cercana a lo que te imaginas leyendo los libros...
Sin embargo, el cap¨ªtulo no me emocion¨®. Solo hubo un par de momentos, de los que no dar¨¦ muchos detalles para no arruinar la experiencia a los que no lo hayan visto, en que me sent¨ª fascinado: la amigable entrevista entre Tyrion y su padre y la maravillosa cena que comparten la reina Cersei, el rey Joffrey, su prometida Margaery y sir Loras, en la que ya se adivinan los muchos momentos gloriosos que nos deparar¨¢ la relaci¨®n entre ellas. En ambas situaciones hubo toda la tensi¨®n, la inteligencia, el maquiavelismo y la perfidia que yo espero de JoT.
Siendo justo, debo decir que quiz¨¢ mi falta de entusiasmo se deba a que ya he le¨ªdo todos los libros y s¨¦ lo que va a pasar. O quiz¨¢ es que estos, con su aumento progresivo de tramas y personajes, se vuelven cada vez m¨¢s ingobernables para los guionistas. En cualquier caso, habr¨¢ que ver c¨®mo progresa esta temporada, que podr¨ªa ser la m¨¢s oscura, dram¨¢tica y terrible (y por tanto, la mejor) de lo que llevamos de serie.
* Mikel L¨®pez Iturriaga es periodista, autor del blog El Comidista, y ya nos elabor¨® en el blog un excelente men¨² para Mad men.
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