Un sujetador que lleva a otra vida
?ngel Rup¨¦rez sumerge al protagonista de 'Sensaci¨®n de v¨¦rtigo' en una espiral de infidelidades Es la segunda novela del poeta, traductor, ensayista y cr¨ªtico literario de EL PA?S
Una mujer coge un sujetador de un mostrador. Una escena cualquiera de un centro comercial cualquiera. Ocurre en Mil¨¢n, pero sucede cada d¨ªa en todo el planeta. Lo distinto es que hay un escritor observ¨¢ndola. Y fantaseando ¨Cliterariamente, aclar¨¦moslo-. ¡°La escena se me impuso. Me intrig¨® mucho. Con el paso del tiempo, que como dicen muchos autores es gran fabricador de f¨¢bulas, naci¨® una historia que ni imaginaba¡±, cuenta ?ngel Rup¨¦rez, escritor, poeta, cr¨ªtico literario de EL PA?S y autor de la novela Sensaci¨®n de v¨¦rtigo, que ahora publica Izana Editores.
¡°En definitiva, es una historia de infidelidades¡±, a?ade Rup¨¦rez. Arrastrado por el dichoso sujetador (y por la mirada de su potencial compradora), el protagonista de la obra, hasta entonces felizmente emparejado y enamorado, empieza a hundirse cada vez m¨¢s en unas arenas movedizas hechas de traiciones, mentiras, dudas y arrepentimientos. De ah¨ª que, para la salud de las relaciones sentimentales y familiares de Rup¨¦rez, se haga imprescindible otra aclaraci¨®n: ¡°El libro es cero autobiogr¨¢fico. Puede haber algo de mis experiencias en algunas an¨¦cdotas aqu¨ª y all¨¢, pero es una novela imaginada¡±.
Es, tambi¨¦n, su segunda contribuci¨®n al g¨¦nero. Porque, m¨¢s all¨¢ de la anterior Vidas ajenas, el autor se suele dedicar sobre todo a traducciones, ensayos y versos. ¡°Hay cosas que solo la novela puede decir. Y quiz¨¢s otra raz¨®n tenga que ver con el penoso discurrir de la poes¨ªa, que se encuentra en una situaci¨®n de aislamiento profundo respecto al p¨²blico¡±, explica Rup¨¦rez sobre los motivos de su regreso a la ficci¨®n.
Much¨ªsimas m¨¢s novelas, en cambio, se le han quedado a medias. Pero han servido para llenar la antolog¨ªa de cuentos que Rup¨¦rez acaba de terminar: ¡°Los relatos que escribo me producen la sensaci¨®n de una novela deseada, de un conato de libro truncado que no s¨¦ si sabr¨ªa terminar¡±. Lo que s¨ª pudo poner sobre el papel son una serie de cuentos que viajan entre la muerte (¡°un acontecimiento que no nos merecemos nunca¡±), las experiencias familiares (¡°un laberinto de dif¨ªcil exploraci¨®n¡±) y la propia literatura como vocaci¨®n y fascinaci¨®n.
A ella Rup¨¦rez dedica su vida desde hace a?os y desde ambos bandos. Porque adem¨¢s de escribir juzga y valora las obras ajenas. Aunque, al parecer, codearse cotidianamente con la cr¨ªtica no ayuda a perderle el miedo. ¡°El ser cr¨ªtico no te protege: temes las rese?as negativas. De hecho, te convierte quiz¨¢s en m¨¢s vulnerable. Est¨¢s acostumbrado a ver lo m¨¢s d¨¦bil de los libros de los otros, as¨ª que es m¨¢s f¨¢cil que tambi¨¦n lo veas en los tuyos¡±, defiende el autor.
En efecto, puesto a buscar, Rup¨¦rez tarda relativamente poco en encontrarle una pega a Sensaci¨®n de v¨¦rtigo: ¡°El incesante preguntarse del narrador sobre todo lo que le pasa puede resultarles a algunos lectores complicado de aceptar. Es una novela que contiene un riesgo¡±. Menor, eso s¨ª, que dejarlo todo por un sujetador.
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