El Dios del Fuego de la Pir¨¢mide del Sol intriga a los arque¨®logos
La figura hallada en el emblem¨¢tico complejo arqueol¨®gico de Teotihuac¨¢n, en M¨¦xico, abre el debate sobre el sentido del edificio
El pasado mes de febrero, tras permanecer por lo menos 14 siglos oculta, se presentaba en sociedad una figura de Huehuet¨¦otl, el Dios del Fuego, hallada nada menos que en lo alto de la Pir¨¢mide del Sol, en el complejo de Teotihuac¨¢n, una de las grandes referencias arqueol¨®gicas (y tur¨ªsticas) de M¨¦xico y de todo el continente americano. La escultura, de 61 cent¨ªmetros y casi 190 kilos, es la de un anciano sentado en posici¨®n de flor de loto, con las manos en las rodillas, mo?o, tocado, y coronado por un brasero. El hallazgo despert¨® un enorme inter¨¦s entre la comunidad arqueol¨®gica. Primero por la cantidad de elementos extra?os a su civilizaci¨®n que presentaba, aunque eso puede explicarse porque la ciudad, como Manhattan con su Little Italy o su Chinatown, tambi¨¦n acog¨ªa a otras colectividades. Pero intrig¨® sobre todo a los estudiosos porque representara al fuego en un lugar que generalmente se cree dedicado a la lluvia. Y se abri¨® el debate ?Cambia su descubrimiento el significado que le d¨¢bamos a la pir¨¢mide?
¡°El sentido del edificio no cambia¡±, cuenta Alejandro Sarabia, arque¨®logo del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) que dirigi¨® la excavaci¨®n, desde su oficina, ubicada casi al pie de la pir¨¢mide. Con algunos datos m¨¢s que hace dos meses y la serenidad que transmite la solemnidad milenaria de Teotihuac¨¢n, Sarabia sigue pensando que la estructura estaba dedicada a Tl¨¢loc, el Dios de la Lluvia. Pero s¨ª admite que la presencia de Huehuet¨¦otl nos da pistas sobre algunos rituales que all¨ª se celebraban. ¡°La pir¨¢mide es maciza¡±, nos cuenta, ¡°no hay c¨¢maras, como si fuera un edificio privado, o tumbas: su funci¨®n era simplemente elevar el templo, que estaba en la c¨²spide, por encima de los hombres. Esa figura nos permite deducir que en ese templo se llevaba a cabo la ceremonia del fuego nuevo, cuando coincid¨ªan, cada 52 a?os, el a?o solar de 365 d¨ªas, y el ritual, de 260¡±.
De la civilizaci¨®n de Teotihuac¨¢n, que brill¨® aproximadamente del siglo I al VII de nuestra era, sabemos muy poco. Dejaron una escritura muy simple que apenas ha sido descifrada y los aztecas encontraron su impresionante ciudad pr¨¢cticamente abandonada. Por eso bautizaron a su gusto la enorme urbe, ya entonces arqueol¨®gica, como Teotihuac¨¢n, el lugar donde nacen los dioses, y tambi¨¦n dieron nombres caprichosos a sus edificios: la calzada de los muertos - porque supon¨ªan, err¨®neamente que estaba flanqueada por tumbas-, la Pir¨¢mide del Sol y la de la Luna. Sarabia encabez¨® en 2012 el primer equipo de la historia que excav¨® en lo alto de la pir¨¢mide con la intenci¨®n de encontrar restos del templo y responder a dos preguntas: ?en cu¨¢nto tiempo se construy¨® el edificio? y ?alcanz¨® ya los 66 metros de altura que tiene de un tir¨®n, o fue creciendo en construcciones sucesivas?
Las dos primeras preguntas tendr¨¢n respuesta en unos meses. Las muestras org¨¢nicas tomadas en la base de la pir¨¢mide prueban que comenz¨® a construirse entre el a?o 50 y el 70, y ahora Sarabia ha recolectado otras en la cima, que le permitir¨¢n deducir, mediante la prueba del carbono 14, cu¨¢nto tard¨® en edificarse. Tambi¨¦n ha hecho dos calas para saber si la estructura tuvo ya desde el principio la altura original. Se sabe que al menos en una ocasi¨®n, en el siglo III, se ensanch¨® su per¨ªmetro, pero no si fue creciendo con los siglos, como la de Luna, donde se ocultan, como mu?ecas rusas, hasta siete pir¨¢mides, una dentro de la otra. En cuanto al templo, no hubo suerte: estaba destruido intencionalmente y saqueado. Pero aun as¨ª, en la fosa de saqueo encontr¨® dos estelas lisas, verdes y metam¨®rficas, y la citada figura de Huehuet¨¦otl.
A Leonardo L¨®pez Luj¨¢n, director del proyecto arqueol¨®gico del Templo Mayor, no le toc¨® hacer el descubrimiento, pero le da casi m¨¢s importancia que su colega. ¡°Yo s¨ª creo que cambia el sentido que se le ha dado tradicionalmente a la pir¨¢mide¡±, nos cuenta desde las excavaciones que dirige junto a la catedral metropolitana del DF, en el lugar en el que los mexicas fundaron Tenochtitl¨¢n. ¡°Dicen que la pir¨¢mide est¨¢ consagrada a la lluvia por el hallazgo de figuras de Tl¨¢loc, pero representaciones de ese dios se encuentran en todas partes. En cambio, en su base encontramos muchas figuras de jaguares, que simbolizan el sol y el fuego del inframundo. En edificios adosados se descubrieron Xiuhmolpillis, atados de 52 ca?as que simbolizan el tiempo materializado, los 52 a?os que mediaban entre cada ceremonia del fuego nuevo. Y ahora, en la c¨²spide nos encontramos a Huehuet¨¦otl. Yo conecto todos esos elementos y me hablan de todo un programa iconogr¨¢fico, de una pir¨¢mide dedicada al fuego o al sol¡±.
No es el ¨²nico debate que ha abierto la excavaci¨®n. Para Sarabia, lo encontrado da pistas de por qu¨¦ desapareci¨® la civilizaci¨®n de Teotihuac¨¢n y lo atribuye ahora sobre todo a disputas internas. ¡°Cuando alguien pierde el poder los dioses son desacralizados y los templos arrasados. Eso pas¨® varias veces en la historia de Tehotiuac¨¢n. Pero de la ¨²ltima ya no se recuperaron¡±, cuenta. ?Y c¨®mo sabemos que fue una guerra civil? ¡°El patr¨®n de destrucci¨®n es muy teotihucano. Pero adem¨¢s est¨¢ el Dios del Fuego, arrojado a la fosa de saqueo: solo a ellos pod¨ªa no importarles ya aquella figura¡±, concluye. L¨®pez Luj¨¢n discrepa. ¡°La ciudad fue destruida sistem¨¢ticamente con fuego, hubo una iconoclastia brutal, se destrozaron todos los s¨ªmbolos de culto. Si hubiera habido una revoluci¨®n se habr¨ªan destruido solo los s¨ªmbolos de los gobernantes y sus habitantes hubieran seguido viviendo ah¨ª: por eso creo que fueron pueblos vecinos, hartos de estar sojuzgados¡±.
Todo son conjeturas. Primero se excava, luego se restauran los objetos encontrados, se limpian y se fijan los pigmentos. En esa fase estamos. Luego hay que hacer informes t¨¦cnicos y pruebas de carbono 14. En ocasiones se tardan hasta dos a?os en obtener conclusiones que se puedan publicar en revistas cient¨ªficas. Y aun as¨ª ser¨¢n teor¨ªas. Pero al margen del debate que estos arque¨®logos ¨Cy amigos- sostienen animadamente por correo electr¨®nico, impresiona examinar la figura de Huehuet¨¦otl. Un d¨ªa signific¨® mucho para todo un pueblo. Luego fue olvidado y ahora, tras 15 siglos, enigm¨¢tico, arrugado como un Mr. Magoo milenario, vuelve a hechizar a quienes lo contemplan.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.