Las cuentas de Fitzgerald, ¡®online¡¯
La Biblioteca Thomas Cooper, en la Universidad de Carolina del Sur, digitaliza el sorprendente libro de notas del autor de 'El Gran Gatsby'
De manera telegr¨¢fica, en segunda persona primero, y en primera despu¨¦s, Francis Scott Fitzgerald apunt¨® en su libro de cuentas no solo los vaivenes econ¨®micos de su trabajo, sino tambi¨¦n el recuento emocional de su intensa y corta vida. Junto a febrero de 1897 (es decir, seis meses despu¨¦s de nacer) escribe sobre s¨ª mismo: ¡°el ni?o r¨ªe por primera vez¡±. En la ¨²ltima entrada, escueta, resume as¨ª el estado de las cosas: ¡°Zelda se rompe, novela terminada. Empiezan los tiempos duros. Mala salud todo el rato¡±. Tiene 37 a?os.
Los investigadores de la Biblioteca Thomas Cooper, en la Universidad de Carolina del Sur, han abierto por primera vez a los lectores de todo el mundo las p¨¢ginas de este libro de contabilidad en el que el escritor apunt¨®, por ejemplo, los casi 2.000 d¨®lares de adelanto que obtuvo por El gran Gatsby. "El libro de cuentas es la joya de la colecci¨®n Matthew J. and Arlyn Bruccoli, la mejor? que existe de libros y recuerdos de Fitzgerald y una de las mejores del mundo dedicadas a un solo autor", apunta la directora de las colecciones especiales y libros raros de la Thomas Cooper, Elizabeth Sudduth. Ellos han querido que el manuscrito online viese la luz coincidiendo con el pr¨®ximo estreno de la nueva versi¨®n cinematogr¨¢fica de Gatsby, dirigida por el australiano Baz Luhrmann e interpretada por Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan.
As¨ª, mientras en las pantallas de medio mundo suena el redoble de las ¨²ltimas palabras de la novela ¡ª¡°seguimos avanzando con laboriosidad, barcos contra la corriente, en regresi¨®n sin pausa hacia el pasado¡±¡ª, los pormenores de la vida del escritor estar¨¢n a mano de los estudiosos y seguidores de uno de los mayores y m¨¢s injustos naufragios de la historia de la literatura. ¡°Resulta sorprendente el detalle de sus cuentas y tambi¨¦n lo profesional que era su relaci¨®n con su trabajo de escritor, algo que se aleja del clich¨¦ del alcoh¨®lico dando tumbos¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica Park Bucker, profesor de literatura en la Thomas Cooper y uno de los investigadores del manuscrito. "Es tambi¨¦n muy interesante ver la cantidad de ingresos que le supusieron sus colaboraciones en revistas, algo que Hemingway le reproch¨® mucho, pero que le permit¨ªan vivir mucho mejor que cualquiera de sus novelas. Tambi¨¦n es interesante c¨®mo, casi a la manera de un blog, recuenta sus actividades e impresiones. Cualquier estudioso de Fitzgerald ver¨¢ que el libro est¨¢ lleno de conexiones muy interesantes con sus novelas y relatos¡±.
Con 19 a?os, escribe: ¡°Un a?o de terrible decepciones. Final de los sue?os universitarios. Todo mal y fue solo mi culpa¡±. Con 23 a?os, parece que la cosa se endereza con el amor. Se casa con Zelda. ¡°El mejor a?o de mi vida¡±, apunta. Dos a?os despu¨¦s, su fatal destino le devuelve a la casilla del fracaso: ¡°Un mal a?o. Sin trabajo¡¡±.
El libro de cuentas, escrito con la delicada caligraf¨ªa del escritor ("a la hora de transcribir no tan f¨¢cil de entender", apunta Bucker), permite hurgar en sus colaboraciones, anticipos y derechos. Tambi¨¦n en los que Zelda recibi¨® por sus propios escritos. Al pasar las p¨¢ginas, vemos menguar hasta casi la mitad los ingresos. Las listas de relatos compiten con las listas de nombres de amigos y conocidos, con las de fiestas y resacas. Dos palabras, deuda y enfermedad, se empiezan a repetir casi tanto como los repentinos tachones. Es el minucioso recuento de un fracaso limpio y perfecto.
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