La conquista (literaria) del Amazonas y El Dorado
El escritor colombiano William Ospina cierra con ¡®La serpiente sin ojos¡¯ su trilog¨ªa sobre la colisi¨®n de las culturas ind¨ªgena e hispana en torno al mito de El Dorado
¡ª 33 poemas que son como piedras que frenan el flujo de la historia.
¡ª ?No! 33 poemas como piedras que hacen cantar el r¨ªo de la historia.
Es lo que le dijeron en Colombia a William Ospina dos lectores distintos sobre los poemas que preceden a los 33 cap¨ªtulos de su ¨²ltima novela: La serpiente sin ojos (Mondadori). La obra con la que cierra su trilog¨ªa sobre el descubrimiento y la conquista de Am¨¦rica, un viaje al coraz¨®n de la leyenda y el mito de El Dorado en un periplo a la Amazonia. M¨¢s que una trilog¨ªa, Ospina ha creado un tr¨ªptico iniciado con Urs¨²a, seguido con El pa¨ªs de la canela y concluido con esta novela. El relato surgi¨® a partir de tres episodios emblem¨¢ticos de sue?o, ambici¨®n, crueldad y encuentro con el deslumbramiento, la heroicidad y el hallazgo del amor que dio como resultado el florecer de una belleza inesperada e incomprendida hasta hace muy poco, narrada en una celebraci¨®n de la lengua castellana o espa?ola.
¡°Con el descubrimiento de Am¨¦rica vivimos ya la guerra de la globalizaci¨®n pero, tambi¨¦n, el lenguaje dej¨® de ser lengua local para ser la primera lengua planetaria¡±, recuerda Ospina (Padua, Colombia, 1954) al referirse a la constante simultaneidad de la capacidad creadora y destructora generada por el ser humano.
¡°La conquista estuvo llena de crueldades, s¨ª, pero tambi¨¦n de perplejidad y asombro. La Europa del Renacimiento tambi¨¦n se enamor¨® de ese otro mundo¡±.
¡®Urs¨²a¡¯ y ¡®El pa¨ªs de la canela¡¯ son los otros dos t¨ªtulos de este tr¨ªptico narrativo
¡°El mito de El Dorado sigue vivo en mi pa¨ªs cuando la b¨²squeda de riqueza ha producido guerras y conflictos. No estamos preparados para la riqueza. Nos falta construir comunidad solidaria consciente de sus or¨ªgenes y mirarnos de manera fraternal¡±.
¡°?Comprendes esa historia que palpita en la luz?¡±.
Canta as¨ª uno de los versos de los 33 poemas en que se divide esta novela con la cual Ospina no solo cierra su largo viaje por los desfiladeros de la Conquista sino que tambi¨¦n trae las resonancias de la Divina Comedia, de Dante. Y, claro, es un homenaje a Juan de Castellanos, que escribi¨® en el siglo XVI el poema m¨¢s largo en espa?ol: Eleg¨ªas de varones ilustres de Indias, 113.609 versos que cantan ese encuentro entre dos mundos.
¡°Todas las preguntas del pasado nacen del presente. El horizonte hist¨®rico modifica la Historia. Por eso la exploraci¨®n del pasado responde a preguntas del presente debido al lenguaje y al mundo que intenta reconstruir, no solo de la codicia y el asombro ante la naturaleza y lo desconocido¡±.
Toda esta historia empez¨® hace 520 a?os con el descubrimiento de Am¨¦rica, pero los hechos narrados por el escritor colombiano ocurrieron cien a?os despu¨¦s. Pasadas las primeras gestas, aumentadas las ambiciones de riqueza y heroicidad y crecidas las leyendas en tierras sembradas de miedos. Es un relato protagonizado por el navarro Pedro de Urs¨²a, que antes de cumplir los 17 a?os cruz¨® el Atl¨¢ntico sin sospechar que fundar¨ªa ciudades a los 20, que ser¨ªa un guerrero triunfal y ara?ar¨ªa constantemente la heroicidad hasta que se top¨® con la belleza de una mestiza que le trastoc¨® su mundo y lo llevar¨ªa a ser asesinado por diez de sus hombres de confianza.
¡°El siglo XVI est¨¢ lejos y cerca. Sucedieron muchas cosas. Pero cinco siglos es algo que acaba de ocurrir y estamos empezando a entender. Son hechos que siento como actuales. Todo parece lejano pero desde la perspectiva de la literatura y la poes¨ªa son problemas palpitantes, hechos de hoy. Cuestiones que tienen que ver con el mestizaje, la comprensi¨®n de mundos ajenos, los interrogantes sobre el coraz¨®n¡±.
Todo empez¨® en la cabeza de William Ospina hace 21 a?os. A ¨¦l, que ya se hac¨ªa preguntas, le llegaron otras en tropel en 1992, al leer a Castellanos durante el quinto aniversario del Descubrimiento. Un poema que lo adentr¨® en el otro mundo de su mundo y le mostr¨® lo que otros vieron hace cinco siglos. As¨ª naci¨® su libro sobre el sevillano Juan de Castellanos Las auroras de sangre, en 1999, una especie de prefacio de esta trilog¨ªa a ojos de los vencidos.
El escritor ha invertido unos 20 a?os en su gran proyecto literario
Hasta entonces Ospina era uno de los m¨¢s prestigiosos poetas y ensayistas colombianos. No hab¨ªa hecho incursi¨®n alguna en la narrativa, hasta que las historias po¨¦ticas de Castellanos le dejaron varios episodios en la cabeza: la vida de Urs¨²a y su viaje a las Indias, que dio como resultado su debut narrativo, en 2005, con un libro de guerras; la de Francisco de Orellana en busca del pa¨ªs de la canela por el r¨ªo Amazonas que lo confirm¨® en 2007 como un gran contador de historias y aqu¨ª centrado en viajes de conquistadores, y con el cual obtuvo el premio R¨®mulo Gallegos; y de nuevo con la vida de Urs¨²a al ir en busca de El Dorado y seguir los pasos de Orellana, que lo arrastrar¨ªan hasta su asesinato en un complot liderado por Lope de Aguirre. Una obra con aires hom¨¦ricos, esp¨ªritu shakespereano y aliento de cronistas de indias, bajo el influjo de tantos autores admirados por Ospina como Borges o Chesterton.
Guerras, viajes y amor. Tr¨ªptico de la conquista con aires ¨¦picos que rastrea de qu¨¦ est¨¢ hecha la gloria y la pasi¨®n, las pasiones de toda ¨ªndole y de quienes cabalgan en ellas y bordean los precipicios. ¡°La conquista de Am¨¦rica es actual; hay amistad, amor, sed de riqueza, las preguntas por la ley y el orden de la civilizaci¨®n. Preguntas vivas desde siempre¡±, afirma William Ospina.
Y en La serpiente sin ojos, como as¨ª llaman los ind¨ªgenas al r¨ªo amazonas, fue clave que se preguntara por la conducta, la lucha de poder. Contar la historia de hombres blindados a la piedad pero no a la pasi¨®n, y a los desfiladeros del amor. Aqu¨ª, en esta historia de Pedro de Urs¨²a e In¨¦s de Atienza, los sue?os de aventura gloriosa y los sue?os de amor son extremos de un mismo anillo que no se cierra, destinados a mirarse de frente; porque mientras el primero busca la conquista r¨¢pida, el segundo anhela la conquista eterna. Por eso, en sus p¨¢ginas resuena el verso: ¡°?Comprendes esa historia que palpita en la luz?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.