El mundo de Kath

La fot¨®grafa de Fernando Ba?os Fidalgo, uno de los debuts m¨¢s valiosos y menos estridentes del cine espa?ol en lo que va de a?o, es la tercera pel¨ªcula de la temporada que, con mayor o menor grado de explicitud, parece citar la famosa pintura Christina¡¯s World de Andrew Wyeth. Esa evocadora e inquietante pieza del realismo pict¨®rico americano de mediados del siglo XX es uno de los cuadros que sobreviven a una invasi¨®n extraterrestre en Oblivion de Joseph Kosinski y una de las referencias visuales que parece manejar la sinfon¨ªa trascendental de la maltratada To the Wonder de Terrence Malick. En la pel¨ªcula de Ba?os, la cita no es expl¨ªcita, quiz¨¢ s¨®lo se trate de un eco inconsciente, pero La fot¨®grafa se abre con un virtuosa panor¨¢mica circular que relaciona a una mujer con el exterior de una casa aislada en medio del campo: en el interior de la casa, aguarda el misterio, la memoria de una madre que muri¨® tras perder sus recuerdos y, quiz¨¢, una revelaci¨®n sobre el origen de esa protagonista que, en uno de los muy imaginativos y eficaces juegos de puesta en escena que propone la pel¨ªcula, se desdobla en su yo infantil. De los tres posibles gui?os a la obra de Andrew Wyeth, el que propone la pel¨ªcula de Ba?os es el m¨¢s fiel a la calidad enigm¨¢tica del original, planteando esa escena de apertura como la presentaci¨®n de un misterio que necesita ser desvelado. Si la identidad de esta opera prima no fuera tan acusada y distintiva, uno podr¨ªa sentirse tentado de escribir que La fot¨®grafa pasar¨ªa por ser hija ileg¨ªtima de Christina¡¯s World y Blow-up (Deseo de una ma?ana de verano) (1966) de Michelangelo Antonioni.

Las im¨¢genes que tom¨® Sara (Susi S¨¢nchez), la fot¨®grafa del t¨ªtulo, de un joven golpeando un cami¨®n hidrante con un monopat¨ªn, durante los enfrentamientos en la Argentina del corralito, pone en marcha la indagaci¨®n de Kath (Zay Nuba), hija de la reportera, sobre el verdadero sentido de esos documentos. Sus pesquisas acabar¨¢n desenterrando un doloroso secreto fraguado en los a?os de la dictadura de Videla. Fernando Ba?os Fidalgo cuenta su historia con frecuente y elegante uso de elaborados planos secuencia, que funden los distintos tiempos del relato, subrayando sin efectismos el estrecho v¨ªnculo que une presente y pasado: el presente es, siempre, una declinaci¨®n, a veces tr¨¢gica, de la Historia colectiva y la historia particular de los padres. El sorprendente planteamiento formal de la pel¨ªcula no est¨¢ al servicio del exhibicionismo estil¨ªstico, sino de la legibilidad del conjunto y de la amplificaci¨®n de su sentido. La fot¨®grafa no es s¨®lo una pel¨ªcula rodada de manera exquisita, sino un relato muy bien contado, en el que quiz¨¢ desconcierta cierta opacidad en las interpretaciones durante su primer tramo.

La fot¨®grafa ha contado con el apoyo en la producci¨®n de Pere Portabella, que no s¨®lo vuelve a acreditar su buen gusto y voluntad de riesgo ¨Csu nombre est¨¢ asociado a pel¨ªculas tan relevantes como Los golfos, El cochecito (1960) y Viridiana (1961), entre otros t¨ªtulos-, sino que parece encontrar en la figura del cineasta debutante a un posible heredero de ese equilibrio entre compromiso ideol¨®gico y riesgo formal que distingue su reci¨¦n editada en DVD Obra Completa como director.