El gran cine entra por la puerta de Cannes
El iran¨ª Asghar Farhadi y el chino Jia Zhang-ke presentan sus ¨²ltimos trabajos en el certamen Ambos son maestros en burlar la censura en sus pa¨ªses
El uno era propiedad de la Berlinale; el otro pertenec¨ªa al certamen de Venecia. El iran¨ª Asghar Farhadi gan¨® en la capital alemana el premio a la mejor direcci¨®n con About Elly y el Oso de Oro con Nader y Simin, pel¨ªcula que le llev¨® hasta el Oscar m¨¢s que merecidamente. El chino Jia Zhang-ke obtuvo con su Naturaleza muerta el Le¨®n de Oro en la ciudad italiana. Hoy, la pareja ha sucumbido a los cantos de sirena de Cannes, que los ha atra¨ªdo a su concurso. Los dos fichajes han tra¨ªdo pel¨ªculas contundentes, correosas, con olor a premio, una ¨Cla de Farhadi- mejor que la otra, aunque ambas no alcancen el sobrecogedor nivel de sus trabajos precedentes.
El primero del d¨ªa ha sido Farhadi, que ha rodado en Francia El pasado. Protagonizada por B¨¦r¨¦nice Bejo (que sustituy¨® a la inicialmente prevista Marion Cotillard), Tahar Rahim y Ali Mosaffa, el drama se va abriendo como capas de cebolla, que nos permiten ahondar m¨¢s y m¨¢s en el dolor y los m¨²ltiples secretos que marcan a una familia. El pasado arranca con la llegada a Par¨ªs desde Teher¨¢n de un hombre (Mosaffa) que viene a divorciarse de su mujer (Bejo). En la casa en la que convivieron siguen la adolescente y la ni?a hijas del primer matrimonio de la mujer, y por all¨ª anda otro ni?o, hijo de su pareja actual (Rahim). Y seg¨²n el protagonista empieza a hablar con ellos en una atm¨®sfera de dolor, represi¨®n emocional y rebeld¨ªa, la pel¨ªcula empieza a ense?ar varias de las claves de Farhadi: su maestr¨ªa para contar los sentimientos; su habilidad para construir personajes de verdad, cre¨ªbles, cada uno de ellos con sus razones y emociones; su uso de los lugares como parte fundamental de la trama. Por ah¨ª empez¨® el iran¨ª a explicarse ¨Cporque a la primera pregunta, la de por qu¨¦ rod¨® en Par¨ªs, no ten¨ªa respuesta clara, aunque s¨ª sab¨ªa que por el viaje y la situaci¨®n necesitaba filmar en el extranjero-: ¡°Nos cost¨® mucho encontrar la casa, porque s¨ª ten¨ªa claro qu¨¦ no quer¨ªa. Me gustaba vieja, al lado de una estaci¨®n de tren, como s¨ªmbolo del paso y de lo viejo. No quer¨ªa que estuviera en el centro de Par¨ªs, para que mis personajes no vivieran en una postal¡ Vimos much¨ªsimos edificios hasta que encontramos la que creo debe de ser la ¨²nica que cumpl¨ªa todas las condiciones¡±.
Farhadi no habla m¨¢s que farsi, algo que sin embargo no pareci¨® molestar en su relaci¨®n con los actores. Tahar Rahim (el protagonista de Un profeta) contaba: ¡°Es muy preciso, nada lo deja al azar. Tuvimos dos meses de ensayos que nos hicieron crear la emoci¨®n de una familia antes de rodar¡±. Al otro lado de Farhadi, Bej¨® (la chica de The artist) confirmaba esa proximidad: ¡°usamos interprete, pero al final hab¨ªa tanta conexi¨®n que era incre¨ªble esta delante de a alguien de quien no entiendes lo que dice pero que comprendes perfectamente. Los ensayos nos dieron todas las respuestas. Todo estaba coreografiado. Farhadi nos hizo crear nuestros movimientos como danzas. Probamos todas las posibilidades y de alguna secuencia hubo hasta 50 temas. ?l decide todos los detalles y me parece bien, porque nosotros somos int¨¦rpretes¡±.
Farhadi no quiso entrar en las dificultades de circunscribir la nacionalidad de este proyecto: ¡°He trabajado durante a?os fuera de Ir¨¢n, pero sigo siendo iran¨ª. Y voy a seguir as¨ª, no voy a cambiar. Casi es mejor no responder a la pregunta de cu¨¢l es su nacionalidad porque no merece la pena. La nacionalidad puede crear ciertos prejuicios por todo el mundo contra una pel¨ªcula, y es mejor que eso no ocurra, porque lo ¨²nico que importa es la relaci¨®n con cada espectador. Garc¨ªa M¨¢rquez trabaja fuera de su pa¨ªs. ?Deja por eso de ser colombiano? ?Importa?¡±. Sobre la censura, y sobre su posible estreno en Ir¨¢n, Farhadi ahond¨® en los dos tipos de censura que existen: ¡°La oficial y la que vive soterrada en tu interior. Mi personalidad no cambia seg¨²n d¨®nde est¨¦, aunque me siga una sombra. He vivido dos a?os fuera para levantar esta pel¨ªcula, he sentido esa liberaci¨®n, aunque puede que haya asimilado ciertas cortapisas¡±.
Aunque sus pel¨ªculas aglutinan todos los g¨¦neros, el iran¨ª tiene predilecci¨®n por el drama, que es el motor de El pasado: ¡°Empec¨¦ mi vida profesionalmente en el teatro, sigue siendo mi sitio favorito. All¨ª aprend¨ª a amar el drama. Y tambi¨¦n aprend¨ª a sentirme cerca de los espectadores. De ah¨ª, que vuelva una y otra vez a la familia, porque es un tema con el que enganchas r¨¢pidamente con el p¨²blico, no hace falta explicar muchas cosas de las relaciones, todos lo entendemos. Lo mismo ocurre con la pareja, la relaci¨®n m¨¢s vieja de la humanidad, podr¨ªa estarme toda la vida escribiendo sobre ella¡±.
Como en sus trabajos precedentes, Farhadi construye unos personajes complejos, reales, cada uno con su verdad, sus motivos y sus emociones. ¡°Ah, la verdad. La verdad no es algo concreto, nadie es el poseedor de la verdad, la relaci¨®n entre parejas es compleja, con diversos significados y emociones, y por eso hay tantas verdades¡±. Bej¨® lo compar¨® con las novelas El cuarteto de Alejandr¨ªa, de Lawrence Durrell ¡°ejemplo de c¨®mo contar una historia desde cuatro puntos de vista. En Nader y Simin ya estaban esas distintas verdades, y en los ensayos a m¨ª misma me pasaba: a veces me sent¨ªa culpable, a veces no, por lo que hac¨ªa mi personaje¡±. Lo mismo ocurre con el pasado: ¡°Jean-Claude Carri¨¨re ley¨® el guion y me explic¨® que el pasado no existe, que lo que existen son los recuerdos que tenemos del pasado, que nos sirven de filtro, y son lo que crean la nostalgia. El pasado es igual de dudoso que el futuro. Es ambiguo¡±.
Tras asegurar que todo el proyecto ha sido un placer, Farhadi no cont¨® mucho de su pr¨®ximo proyecto ¨C¡°a¨²n no est¨¢ claro, cuando lo aclare en la cabeza podr¨¦ escribirlo¡±-, pero s¨ª de en qu¨¦ industria no se desarrollar¨¢. ¡°Tras el estreno de Nader y Simin tuve un mont¨®n de propuestas incluso e Hollywood, pero me di cuenta pronto de que no me interesaba nada eso. Era reescribir un guion y dirigirlo o filmar el libreto de otro. No quiero abandonar mi forma de trabajar, y si una historia ocurre en Estados Unidos la rodar¨¦ all¨ª, desde luego. Pero hasta entonces¡ Lo mismo digo de escribir guiones pensando en ciertos actores: es frustrante, as¨ª que lo hago con toda libertad, sin imaginar a nadie. Considero un gran cumplido cuando la gente cree que yo no he escrito el guion sino que est¨¢ improvisado por los actores.
En cuanto al segundo espada del d¨ªa, Jia Zhang-ke, su A touch of sin enlaza cuatro historias con cuatro protagonistas y variados actos de violencia en la China actual. Hasta ahora Zhang-ke hab¨ªa podido rodar en libertad, pero desde hace unos d¨ªas llegaba desde China comentarios tras ver el tr¨¢iler que no le auguran un regreso tranquilo al cineasta. Weibo, el Twitter chino, herv¨ªa en mensajes. ¡°La pel¨ªcula refleja mis sentimientos ante las situaci¨®n actual en mi pa¨ªs. Los cuatro protagonistas del cuarteto de historias est¨¢n enlazados entre s¨ª como todas las personas del mundo. Por eso en chino el filme se llama La elecci¨®n del cielo, por ese cruce azaroso de caminos. En cambio su t¨ªtulo internacional es A touch of sin. Por una raz¨®n larga de explicar: ¨²ltimamente observo que hay muchos actos violentos en China y eso me preocupa. Y creo que es importante que el cine se pregunte por qu¨¦ se dan esos arranques de violencia. Cuando piensas en el comportamiento de esas personajes te das cuenta de la influencia de las pel¨ªculas de artes marciales, que convierten la violencia en belleza, y me parec¨ªa interesante llevar ese comportamiento a la China actual: el t¨ªtulo ingl¨¦s homenajea ese g¨¦nero cinematogr¨¢fico¡±.
Ahondando en sus posibles problemas con el Gobierno chino (en las historias aparecen desde jefes locales corruptos del Partido Comunista hasta prostitutas vestidas de militares que se acuestan con las autoridades), Zhang-ke encontr¨® un asidero ante futuros problemas: A touch of sin se basa en hechos reales. ¡°Esperamos estrenar pronto en China. Me encanta estrenar en mi pa¨ªs porque vivimos un momento importante que se refleja en mi filme. En la realidad la gente olvida r¨¢pidamente la violencia que le rodea, y sin embargo cuando la ve en el cine, la recuerda y la comenta mucho tiempo despu¨¦s. Espero que este filme sirva para que la gente recapacite ante lo que ocurre actualmente. En A touch of sin los cuatro casos no son especialmente emotivos para el p¨²blico porque en mi pa¨ªs todo el mundo los conoce, aparecieron en todos los medios. Como director lo que he hecho es trabajar poniendo orden en la cronolog¨ªa y los sentimientos¡±. ?Y no tiene miedo a la censura? ¡°Estoy muy atado a mi libertad de crear. Creando es como siento la libertad. Solo me pregunto cu¨¢nta gente la ver¨¢, desde luego, porque intento llegar a cuantos m¨¢s, mejor¡±.
Babelia
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