Contra los eufemismos de Estado
Los expertos denuncian la manipulaci¨®n del lenguaje en tiempos de crisis en el seminario de Lengua y Periodismo de San Mill¨¢n de la Cogolla
Durante los ¨²ltimos a?os, los espa?oles se han familiarizado con t¨¦rminos como prima de riesgo, daci¨®n en pago, agencia de calificaci¨®n, desregulaci¨®n, escrache,reajuste, rescate, corralito, reestructuraci¨®n, marea blanca o verde, externalizaci¨®n, desaceleraci¨®n, troika... La crisis ha tra¨ªdo una cascada de palabras propias de los expertos al lenguaje cotidiano. Pero estos denuncian que el uso del lenguaje no es inocente y el poder pol¨ªtico y financiero intenta utilizarlo en su propio beneficio para manipular la realidad.Y es en este contexto donde los medios de comunicaci¨®n tienen una importante responsabilidad como pantalla de resistencia contra ese intento de enga?o.
Estas son las principales conclusiones del VIII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo El lenguaje de la crisis, en San Mill¨¢n de la Cogolla (La Rioja), organizado por la Fundaci¨®n del Espa?ol Urgente (Fund¨¦u BBVA) y la Fundaci¨®n San Mill¨¢n de la Cogolla. Entre jueves y viernes, en la cuna del castellano, ling¨¹istas, periodistas y economistas debatieron sobre la influencia de la crisis en el lenguaje. Una cosa qued¨® clara: el lenguaje no est¨¢ en crisis; muy al contrario, ¡°la crisis, a la que ya no ponemos apellido, enriquece nuestra habla. Es una fuente de l¨¦xico, de nuevas palabras y recuperaci¨®n de otras¡±, asegura Joaqu¨ªn M¨¹ller, director de la Fund¨¦u. Opini¨®n compartida por Soledad Gallego-D¨ªaz, de EL PA?S, para quien la crisis ha enriquecido el vocabulario, la gente entiende palabras que antes no sab¨ªa y las usan correctamente.
Adem¨¢s del enriquecimiento l¨¦xico, esta ¨¦poca ha aumentado el n¨²mero de hablantes y la fuerza del idioma, seg¨²n Gerardo Pi?a-Rosales, director de la Academia Norteamericana de la Lengua Espa?ola.
La amenaza sobre la lengua es latente. Jos¨¦ Carlos D¨ªez, de Intermoney, recuerda que ¡°quienes aspiran a detentar el poder siempre se aprovechan del idioma y de las palabras¡±. Esto supone un riesgo para los hablantes que ya apunt¨® la princesa Letizia en la inauguraci¨®n del encuentro: ¡°La crisis tiene su propio lenguaje y su utilizaci¨®n puede ser intencionada. Y no es lo mismo decir ayudas que rescate, recesi¨®n por crecimiento negativo o reestructuraci¨®n en vez de recortes¡±.
Como respuesta a ese enmascaramiento, Gallego-D¨ªaz y Luc¨ªa M¨¦ndez, jefa de Opini¨®n de El Mundo, abogan por ¡°hablar claro y con un lenguaje sencillo llamando a las cosas por su nombre para que pueda entenderlo todo el mundo. Hay que resistirse a la manipulaci¨®n. Desterrar los t¨¦rminos que amenazan al ciudadano¡±.
Es aqu¨ª donde entran en juego los medios de comunicaci¨®n. Seg¨²n los conferenciantes, estos deben ser cautelosos a la hora de divulgar los mensajes procedentes del poder. Contra el empleo de met¨¢foras y eufemismos por parte de los gobiernos, la profesora Elena G¨®mez, de la Universidad Europea de Madrid, insta a los periodistas a ¡°no ser perezosos a la hora de replicar los eufemismos que lanzan los pol¨ªticos¡±. En este sentido, G¨®mez apuesta por contextualizarlos y explicarlos, de modo que transmitan un mensaje m¨¢s claro a los ciudadanos.
En San Mill¨¢n abundaron los ejemplos de ese uso perverso del lenguaje que ha vendido la crisis como una enfermedad, lo que implica asumir que la econom¨ªa es un ser vivo, reflexiona Carmen Llamas, profesora de Filolog¨ªa de la Universidad de Navarra. Y es que la palabra crisis era un t¨¦rmino utilizado en siglos pasados sobre todo en medicina, record¨® ?ngel Gabilondo, catedr¨¢tico de Metaf¨ªsica y exministro de Educaci¨®n. Para ¨¦l nada hay m¨¢s contradictorio que referirse a una crisis duradera, porque la crisis, o la tragedia, es la necesidad de decidir, de zanjar un asunto: Seg¨²n Gabilondo, ¡°somos crisis, no solo estamos en crisis y la crisis no acaece solo en otro lugar mientras asistimos como espectadores, como v¨ªctimas a su irrupci¨®n. Sin cultura y educaci¨®n, la crisis tomar¨¢ su palabra y no ser¨¢ la nuestra¡±.
la profesora Elena G¨®mez, de la Universidad Europea de Madrid,
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.