La maldad de los ni?os
Ma?ana, con EL PA?S por 2,95 euros, ¡®La cinta blanca¡¯, de Michael Haneke, Palma de Oro en Cannes
La voz en offexplica: vamos a ver unos extra?os acontecimientos ocurridos en el norte de Alemania justo tras el final de la I Guerra Mundial. Es el maestro del colegio el que habla, y uno empieza a entender seg¨²n va transcurriendo la acci¨®n que la historia no es solo ¡ª?solo!¡ª la de un grupo de ni?os que aterroriza una poblaci¨®n, sino que en esa vuelta de tuerca, Michael Haneke, su director, nos est¨¢ dejando espiar el nacimiento de uno de los m¨¢s devastadores movimientos ideol¨®gicos del siglo XX: el nazismo.
Jam¨¢s se nombra en la pel¨ªcula, pero si La cinta blanca es ya de por s¨ª un terror¨ªfico thriller, en el subconsciente crece otro sobrecogedor pensamiento: estos ni?os son los nazis del futuro, la base del Tercer Reich. Todo ello en un ambicioso blanco y negro, porque as¨ª es como recordamos las fotograf¨ªas de la ¨¦poca y porque as¨ª solemos recordar nuestros terrores infantiles.
Haneke nunca ha entendido de nacionalidades. Hijo de un director alem¨¢n y una actriz austriaca, se cri¨® con su madre y su padrastro en Viena. All¨ª estudi¨® Filosof¨ªa, Drama y Psicolog¨ªa, y se convirti¨® en cr¨ªtico de cine antes de empezar en la televisi¨®n en los setenta. As¨ª que si le preguntan sobre la nacionalidad de sus pel¨ªculas, responde que le da igual: y para La cinta blanca la respuesta podr¨ªa ser la misma, porque la semilla del nazismo estaba en el Imperio Austroh¨²ngaro, y lo que ocurre en el filme tambi¨¦n podr¨ªa darse en Austria, al fin y al cabo la naci¨®n de Adolf Hitler. Durante seis meses, el cineasta y su equipo vieron m¨¢s de 7.000 ni?os hasta encontrar a los adecuados para el personaje. Para los papeles adultos recurri¨® a actores con los que ya hab¨ªa trabajado. Es curioso: desde ese principio el cineasta,que estuvo 10 a?os d¨¢ndole vueltas al guion, parec¨ªa tener claro la divisi¨®n entre los dos mundos. Porque si todos los personajes de los ni?os tienen nombre, los adultos son identificados bien por su escala en la clase social ¡ªel bar¨®n¡ª, bien por su profesi¨®n ¡ªel pastor, el m¨¦dico, el maestro¡ª. Y esos dos mundos van a chocar en una explosi¨®n de barbarie. Haneke aprovecha para dejar un surtido de preguntas en el aire: ?el estallido nace por culpa de la injusticia social provocada por un feudalismo encubierto? ?La ira nace motivada por la educaci¨®n, la religi¨®n o la desaparici¨®n de los l¨ªmites morales? ?El fanatismo crece m¨¢s r¨¢pido en un ambiente de represi¨®n sexual y donde reina el sentimiento de culpabilidad?
En ese juego, en el de quien plantea y deja que el espectador responda, el director austriacoalem¨¢n ha labrado una carrera prodigiosa, convertido en uno de los grandes cineastas europeos de todos los tiempos. Ha ganado todos los premios posibles: La cinta blanca fue su primera, que no ¨²nica, Palma de Oro de Cannes y logr¨® dos candidaturas a los Oscar (fotograf¨ªa y mejor pel¨ªcula de habla no inglesa), un Globo de Oro y tres premios del Cine Europeo. En entrar en el alma humana, sembrar el terror y salir limpiamente como un bistur¨ª, Haneke no tiene rival.
Babelia
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