Wagner rejuvenece en Manaos
El Festival Amazonas celebra el 200? aniversario del compositor con una lectura iberoamericana de ¡®Parsifal¡¯ llena de humor y realismo m¨¢gico
Richard Wagner naci¨® en Leipzig el 22 de mayo de 1813. Durante estos d¨ªas se celebra en medio mundo su 200? cumplea?os. Los teatros de ¨®pera procuran reunir a los mejores int¨¦rpretes de la actualidad en este repertorio, desde Thielemann a Kaufman, pongamos por caso, y se recrean las p¨¢ginas musicales m¨¢s famosas, o las m¨¢s raras, del compositor. Los ecos del homenaje han llegado a Manaos, en Brasil, con una propuesta iberoamericana comandada por dos grandes especialistas wagnerianos: el director musical brasile?o Luiz Fernando Malheiro y el director de escena mexicano Sergio Vela.
El resultado art¨ªstico de esta combinaci¨®n ha sobrepasado las mayores expectativas. En realidad era algo que no ten¨ªa por qu¨¦ sorprender de la manera que lo ha hecho. En Manaos ya se hab¨ªa representado en 2005, con la direcci¨®n de Malheiro, un Anillo del nibelungo de mucho m¨¦rito, acompa?ado de un congreso internacional sobre Wagner de campanillas que hizo reivindicar a varios music¨®logos alemanes la plaza de Manaos como ¡°segundo Bayreuth¡±. Tambi¨¦n en Manaos ha dirigido esc¨¦nicamente un Holand¨¦s errante el mism¨ªsimo Schlingensief, con referencias a la selva amaz¨®nica incluidas.
Malheiro se ha convertido por m¨¦ritos m¨¢s que sobrados en el gran maestro brasile?o de la direcci¨®n wagneriana y solo hay que ver las programaciones de R¨ªo de Janeiro o S?o Paulo para comprobarlo. En cuanto a Sergio Vela, su versi¨®n del Anillo del nibelungo hizo historia en M¨¦xico, y de ello hay publicado un libro del m¨¢ximo inter¨¦s. Dios los cr¨ªa, pues, y ellos se juntan. En esta enumeraci¨®n de circunstancias previas, es oportuno se?alar que el p¨²blico de Manaos es much¨ªsimo m¨¢s joven que el que asiste a los teatros europeos de ¨®pera. A¨²n figura en las localidades la sugerencia de que se asista con la debida compostura en el vestuario a los espect¨¢culos l¨ªricos, sin ¡°camisetas, bermudas o chanclas¡±. El atuendo mayoritariamente es informal y las corbatas escasas. Los precios se sit¨²an en un abanico de 2 a 28 euros, y los j¨®venes responden con su asistencia y con un nivel de concentraci¨®n extraordinario a las ¨®peras programadas. La explosi¨®n de gritos y ovaciones al final se produce en el m¨¢s puro estilo de los conciertos de rock.
El planteamiento esc¨¦nico de Sergio Vela y sus colaboradores en Parsifal juega con los conceptos de espacio y tiempo en funci¨®n de la mejor comprensi¨®n musical de la obra. Hay un tratamiento de maquillajes y movimiento en una est¨¦tica que remite al teatro No, lo que favorece la adaptaci¨®n del espectador a las longitudes wagnerianas, especialmente en el primer acto.
El trabajo de la core¨®grafa Ruby Tagle es encomiable. Y los coros se sit¨²an en la ¨²ltima planta del teatro, provocando un sonido envolvente muy atractivo y convirtiendo el espacio teatral en una emulaci¨®n del templo del Grial. El psicoan¨¢lisis tiene una carga determinante en las relaciones entre Parsifal y Kundry en el segundo acto, con el beso entre ambos como elemento desencadenador de conflictos interiores. La compasi¨®n siempre est¨¢ en primer plano en este montaje simbolista y teatral. No existen interpretaciones a?adidas, sino cercan¨ªa. La propuesta seduce y arrebata por su cultura teatral, por sus juegos de dualidades a partir de una testimonial imagen de dos troncos de ¨¢rbol y por la ausencia de pedanter¨ªa.
Se cita en el texto de la obra la expresi¨®n ¡°excelso milagro¡± y a ello hay que referirse en el nivel de interpretaci¨®n musical, con un Malheiro inspirado al l¨ªmite y una orquesta con muchos j¨®venes que sigue sus indicaciones con pasi¨®n no disimulada en el l¨ªmite del arrebato, pasi¨®n que se extiende a los coros. El reparto vocal tiene mayor¨ªa de brasile?os y mexicanos, con el refuerzo del estadounidense Michael Hendrick como Parsifal y la rusa Olga Sergeyeva como Kundry. A nivel de excelencia se sit¨²an el mexicano No¨¦ Col¨ªn como Amfortas y el brasile?o Pepes do Valle como Titurel, en un reparto homog¨¦neo y estil¨ªsticamente impecable.
El ¨¦xito fue inenarrable. El Festival Amazonas de Manaos, que ya en la edici¨®n anterior obtuvo la distinci¨®n al mejor espect¨¢culo de ¨®pera en Brasil con Lul¨², de Alban Berg, dirigida por Malheiro y Tambascio, se reafirma como una de las manifestaciones m¨¢s estimulantes en estos momentos del universo l¨ªrico en Iberoam¨¦rica. El nivel de calidad roza los postulados de ese realismo m¨¢gico tan consustancial al continente y tan admirado en Espa?a.?
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