Francia es la excepci¨®n... cultural
Par¨ªs se queda sola en su amenaza de vetar la negociaci¨®n comercial entre Europa y EE UU si Bruselas no excluye las producciones audiovisuales de las conversaciones
Francia, contra todos. O contra casi todos. La pelea por la excepci¨®n cultural amenaza con taponar el acuerdo de libre comercio que Estados Unidos y la Uni¨®n Europea quieren empezar a negociar la pr¨®xima semana. La apuesta es muy seria. Par¨ªs sacude el espantajo del veto si no logra su objetivo: encapsular todo lo relacionado con el sector audiovisual para excluirlo de las conversaciones entre Bruselas y Washington. No est¨¢ claro hasta d¨®nde llegar¨¢ el ¨®rdago. El Gobierno franc¨¦s tiene enfrente a todos los grandes, con Alemania y Reino Unido a la cabeza, y a la Comisi¨®n Europea.
Una bandera nacional
Desde la conquista de la presidencia de la Rep¨²blica por Fran?ois Mitterrand en 1981, Francia ha hecho de la excepci¨®n cultural su bandera prioritaria en lo relativo a la pol¨ªtica sobre las artes. El lema es sencillo: una pel¨ªcula no es lo mismo que un zapato y un disco no es lo mismo que una lechuga. El exministro de Cultura socialista Jack Lang fue el principal adalid de la excepci¨®n cultural: dejar los bienes culturales fuera de toda negociaci¨®n comercia. Solo B¨¦lgica, Grecia y Hungr¨ªa, e indirectamente Polonia e Italia, apoyan en el seno de la UE a Francia en la batalla que hoy se libra en Luxemburgo.
Un manifiesto apoyado por los principales cineastas del Viejo Continente denunci¨® esta semana las intenciones de Bruselas de incluir las producciones audiovisuales en la negociaci¨®n comercial con EE UU.
El Parlamento Europeo tambi¨¦n vot¨® en contra de esa inclusi¨®n.
El presidente Fran?ois Hollande, como ya hicieron sus antecesores, debe demostrar a sus ciudadanos que se pelea a muerte por defender su industria cultural frente al poder¨ªo machacante de Hollywood. Fuentes europeas apuntan que se trata en realidad de una batalla simb¨®lica, porque cada pa¨ªs podr¨ªa seguir subvencionando su cine despu¨¦s de firmar un acuerdo para comerciar libremente con Estados Unidos.
Pero los s¨ªmbolos en pol¨ªtica importan. Y mucho m¨¢s para un l¨ªder como Hollande, con tantos frentes abiertos en casa. ¡°Iremos hasta el extremo de utilizar el derecho de veto pol¨ªtico, es nuestra identidad y nuestra lucha¡±, dispar¨® el mi¨¦rcoles en la Asamblea Nacional el primer ministro franc¨¦s, Jean-Marc Ayrault. Es dif¨ªcil imaginar que el Gobierno socialista vaya a aceptar la humillaci¨®n de tragarse sus palabras.
Los ministros de Comercio de la UE se ver¨¢n hoy en Luxemburgo para tratar de sacar adelante las bases sobre las que la UE podr¨¢ empezar a negociar con Washington. En el encuentro, Par¨ªs contar¨¢ con muy pocos aliados y de escaso peso. B¨¦lgica, Grecia y Hungr¨ªa son ahora mismo los que se alinean con sus tesis.
Espa?a nadar¨¢ entre dos aguas. Por una parte, el Gobierno est¨¢ muy interesado en que el acuerdo de libre comercio salga adelante. Ayer mismo los secretarios de Estado de Comercio de Espa?a y Reino Unido firmaron una carta conjunta en la que reconoc¨ªan que tanto EE UU como Europa tienen miedos. ¡°Pero esos temores no deben impedir que hablemos de todos los sectores relevantes. Para lograr un beneficio mayor, tendremos que dejar nuestros intereses particulares en un segundo plano¡±, a?ad¨ªa la misiva en un claro disparo a la l¨ªnea de flotaci¨®n francesa. Pero al mismo tiempo, lo ¨²ltimo que desean Mariano Rajoy y su equipo es enemistarse no solo con su primer socio comercial, sino tambi¨¦n con un posible aliado en futuras batallas europeas.
Si no hay acuerdo previo, se avecina un nuevo choque de trenes de Par¨ªs con Berl¨ªn y Londres, que ya han hecho saber que hay una veintena de pa¨ªses a los que les da igual la excepci¨®n cultural y el sector audiovisual franc¨¦s.
Lo curioso es que no est¨¢ claro que Francia tenga siquiera la posibilidad legal de ese veto. En la Comisi¨®n y en el Consejo no se ponen de acuerdo. Fuentes europeas se?alan que el pa¨ªs que quiera recurrir al veto ser¨¢ el que tendr¨¢ que demostrar que la unanimidad es necesaria para sacar adelante el mandato negociador. Si se atreve a dar el paso, no ser¨ªa la primera vez. Francia tiene experiencia en poner impedimentos a un acuerdo comercial con EE UU invocando la excepci¨®n cultural. Ya sucedi¨® a finales de los a?os noventa, durante la cohabitaci¨®n del presidente conservador Jacques Chirac y el primer ministro socialista Lionel Jospin.
Aunque la Comisi¨®n ha intentado proponer alternativas, el El¨ªseo se ha negado a aceptarlas. Bruselas asegura a quien quiera o¨ªrle que la negociaci¨®n con EE UU no tocar¨¢ lo que ellos denominan ¡°las tres l¨ªneas rojas¡±. El primer aspecto que quedar¨ªa blindado ser¨ªan los mecanismos de los Estados miembros y de la propia UE para promocionar las pel¨ªculas, canciones y obras europeas. Tambi¨¦n quedar¨ªan asegurados pase lo que pase cualquier tipo de subsidios al sector audiovisual y la posibilidad de adaptar la legislaci¨®n seg¨²n la evoluci¨®n de los medios digitales para ¡°preservar la diversidad cultural europea¡±.
¡°La excepci¨®n cultural no es negociable¡±, resumi¨® el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso. Pero los profesionales del cine no se f¨ªan de estas bonitas palabras. ¡°El se?or Barroso es un peligro¡±, le respondi¨® esta semana en Estrasburgo Costa-Gavras. El director de pel¨ªculas como Z o La confesi¨®n hab¨ªa acudido a la sede del Parlamento Europeo para presentar el escrito en defensa de la cultura europea firmado por 7.000 profesionales, entre ellos directores como Pedro Almod¨®var, Michael Hanecke o los hermanos Dardenne.
El argumento com¨²n de Reino Unido y Alemania, los pa¨ªses que m¨¢s presionan a Francia, es que si se deja fuera lo audiovisual, los americanos podr¨ªan usarlo como pretexto para no liberalizar algunos sectores interesantes para Europa, como el transporte a¨¦reo o el mercado del sector p¨²blico.
El hipot¨¦tico veto franc¨¦s no acabar¨ªa con la posibilidad de que EE UU y Europa finalmente lleguen a un acuerdo, pero s¨ª ralentizar¨ªa el proceso. La cumbre de l¨ªderes europeos que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 27 y 28 de junio tendr¨ªa en ese caso que ocuparse de desatascar el proceso negociador. Las conversaciones euroamericanas se retrasar¨ªan, justo ahora que parecen m¨¢s importantes que nunca para una UE que ha vendido el tratado de libre comercio como una de las llaves maestras para volver a crecer y dejar atr¨¢s la pesadilla de la crisis.
Los propios Hollande y Ayrault han dejado claro que son favorables a que el acuerdo de libre comercio se firme porque un aumento de los intercambios con EE UU beneficiar¨¢ a su sector exportador, que necesita desesperadamente buenas noticias. Hoy tendr¨¢n una buena ocasi¨®n de demostrarlo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.