El combate vital del t¨ªo Charlie
El fot¨®grafo neoyorquino Marc Asnin retrata en un libro la ca¨ªda a los infiernos de un familiar al que sigui¨® durante 30 a?os
El fot¨®grafo neoyorquino Marc Asnin ha tardado treinta a?os en parir un libro de fotograf¨ªa. Para ello ha contado con la aquiescencia de su t¨ªo Charlie, del que ha documentado su descenso a los infiernos, tras registrar sus momentos de vulnerabilidad y sus ajustes de cuentas con la vida.
?se ha sido el principal empe?o de Asnin, que comenz¨® a seguir los pasos de su t¨ªo como un proyecto acad¨¦mico, durante su primer a?o en la Escuela de Artes Visuales (SVA) de Nueva York, y acab¨® siendo el testigo de la decadencia ¡ªpero tambi¨¦n de la humanidad¡ª de un familiar ca¨ªdo en desgracia.
La editorial milanesa Contrasto, comandada por el italiano Roberto Koch, ha traducido ese registro vital en una obra singular, Uncle Charlie, que ha sido elogiada por la cr¨ªtica especializada y que entremezcla reportaje fotogr¨¢fico en blanco y negro, im¨¢genes de ¨¢lbumes familiares, memorabilia, narraci¨®n oral y un tratamiento tipogr¨¢fico at¨ªpico.
La historia de Charles Henschke, un hombre inteligente que tuvo malas influencias y peores compa?¨ªas, est¨¢ llena de dolor. ¡°Vi a mi padre perder su lucha por sobrevivir; tambi¨¦n he sido testigo de mi propia lucha por vivir. O la ausencia de la misma¡±, confiesa el personaje. Se transparenta, en su narraci¨®n epis¨®dica transcrita por Asnin, no solo una inteligencia poco com¨²n sino una sensibilidad mal emparejada con las decisiones tomadas y las experiencias vividas. Son a?os de confesiones que resumen una vida marcada por la esquizofrenia, las adicciones, y una relaci¨®n envenenada con su familia, en su l¨ªnea ascendiente y descendiente. Por eso, la nota constante en la historia de Charlie es el sufrimiento, ya sea sobrevenido, autoimpuesto o infligido a otros, y presente en varias formas: un padre alcoh¨®lico, desconectado y lud¨®pata, una madre ausente, una familia desestructurada, el trauma de una bar mitzvah (fiesta jud¨ªa de transici¨®n a la vida adulta) inventada por sus familiares, el enga?o, la muerte, los problemas de salud mental, las parejas drogadictas¡ Todo ello aparece documentado, con sus propias palabras y en las fotos de Marc Asnin, en Uncle Charlie.
Asnin es apenas un adolescente cuando se matricula en la escuela de arte y comienza a fotografiar a su t¨ªo, la oveja negra de la familia. Un personaje maldito habituado a los bajos fondos con el que establecer¨¢ una relaci¨®n de 30 a?os y del que aprender¨¢ unas cuantas lecciones de vida. Asentada la confianza, el fot¨®grafo decide grabar y transcribir sus conversaciones con su t¨ªo y descubre las diferentes capas de humanidad que se esconden tras el personaje.
En 1994, los primeros frutos de ese trabajo ven la luz en el festival Visa pour l'Image de Perpi?¨¢n, en el sur de Francia. ¡°Esa cita fue clave por varios motivos¡±, relata Asnin. ¡°Un a?o antes hab¨ªa fallecido mi madre, que luch¨® para que su hijo fuera a una prestigiosa escuela de arte. En la exposici¨®n conoc¨ª a mi mujer. Y el reportaje llam¨® la atenci¨®n del director de la revista Geo France, que acabar¨ªa publicando las fotos m¨¢s adelante con un relato del escritor Jerome Charyn¡±. Ese fue el germen de Uncle Charlie: ¡°La exposici¨®n y el relato me hicieron ver la necesidad de una narraci¨®n, de hacer un proyecto a largo plazo¡±, dice Asnin.
La relaci¨®n del sobrino con su t¨ªo nunca ha sido f¨¢cil, asegura el fot¨®grafo. ¡°Le llev¨¦ el libro impreso a la residencia para ancianos de la calle Palmetto, en Brooklyn (¡®donde los elefantes van a morir¡¯, seg¨²n mi t¨ªo). En un momento dado, llamaron al timbre. Entr¨® una se?ora, y Charlie le dijo: ¡®Este es mi libro. Estas son mis palabras¡¯". Ese orgullo moment¨¢neo contrasta con un pasaje en el que Charlie expresa su temor a no ser enterrado en un cementerio jud¨ªo y acabar en un cementerio para vagabundos. ¡°Cuando mi t¨ªo dice: ¡®Nadie me conoci¨® en vida y nadie me conocer¨¢ en la muerte¡¯, eso lo interpreto como un ¡®fuck you¡¯ [que te jodan] dirigido a m¨ª¡±, afirma Asnin.
El trabajo documental, a?ade su autor, no ha sido suficiente para superar las barreras entre personaje y retratista. ¡°Debido a sus problemas de salud mental, no es capaz de reconocer emocionalmente nuestra relaci¨®n. No es capaz de verbalizar o de asumir interiormente que, durante 31 a?os, me ha estado contando su vida y yo he estado escuch¨¢ndole¡±, dice Asnin. ¡°Pero al final, a pesar de no haber accedido a una educaci¨®n y de haberse sentido un perdedor, mi t¨ªo ha conseguido contar una historia. Su historia¡±.
En noviembre tendr¨¢ lugar una exposici¨®n inspirada en el libro en la galer¨ªa La Petite Poule Noire de Par¨ªs. ¡°En el s¨®tano podr¨¢s sentarte en una silla y escuchar la voz de Charlie¡±, avanza Marc Asnin. El fot¨®grafo encontr¨® hace a?os una serie de polaroids que tom¨® de su t¨ªo. ¡°Las encontr¨¦ en un caj¨®n. Hab¨ªan perdido los colores por el paso del tiempo, y parec¨ªan im¨¢genes fantasmales. Quiz¨¢ incluya algunas de esas instant¨¢neas, ampliadas y pintadas en colaboraci¨®n con un artista, en la exposici¨®n¡±.
Marc Asnin, como su t¨ªo, puede estar horas hablando sin afectaci¨®n sobre la historia de su familia, lo que significa para ¨¦l su herencia jud¨ªa, o de por qu¨¦ se ha pasado 30 a?os tomando fotos de su t¨ªo. Al final, se intuye que Asnin sigue siendo m¨¢s o menos el chico de Brooklyn que empez¨® a tomar fotos a los 12 a?os y al que siempre le fascin¨® el periodismo. El mismo que vio una foto del t¨ªo Charlie incluida en la exposici¨®n del MoMA Pleasures and terrors of domestic comfort (1991) pero que no ver¨ªa publicado el compendio de ese esfuerzo hasta 2012.
El trabajo memorable que hay detr¨¢s de Uncle Charlie no convenci¨® en su d¨ªa a Random House ni al realizador de documentales Alan Berliner. Pero su voz no puede ser m¨¢s sobrecogedora. Como la frase que acompa?a a la foto de Charlie Henschke mirando a una ventana, al final del libro: ¡°Llovi¨® eternamente¡±.
Babelia
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