Adi¨®s, coraz¨®n amante
Desde los comienzos errantes hasta el aislamiento final, Andr¨¦s Wood construye la identidad conflictiva de Violeta Parra
En una escena de este heterodoxo y apasionante biopic que esquiva h¨¢bilmente el peligro de convertirse en hagiograf¨ªa, la joven Violeta Parra ¡ªuna extraordinaria Francisca Gavil¨¢n que hace toda una creaci¨®n de su personaje¡ª visita a un anciano en una apartada zona rural de Chile y le pide que cante una canci¨®n de duelo. El anciano se niega. La artista logra convencerle de que esa canci¨®n que conserva en su memoria y que puede morir con ¨¦l es un tesoro, algo que tendr¨ªa que ser compartido. La labor de Violeta Parra como folclorista ¡ªes decir, como alguien profundamente comprometido con la memoria personal y colectiva¡ª tuvo su correspondencia y continuidad con las carreras art¨ªsticas de sus hijos ?ngel e Isabel. El primero es, asimismo, el autor de la biograf¨ªa que ha tomado Andr¨¦s Wood como punto de partida para esta pel¨ªcula, que juega con la estructura fluida de los recuerdos y acaba dibujando un retrato complejo de alguien que am¨® la vida pero acab¨® saltando de la misma en plena marcha.
La carpa que centr¨® los ¨²ltimos a?os de actividad de Parra es el epicentro desde el que Wood, que vuelve a manejar su material con la ambici¨®n y la precisi¨®n de su estupenda Machuca (2004), despliega los fulgores de una vida excepcional, sin someterse a las ataduras de moldes dram¨¢ticos can¨®nicos: desde los comienzos errantes hasta el aislamiento final, el cineasta construye una identidad conflictiva, atiende a los claroscuros y logra momentos musicales que parecen n¨²meros de equilibrismo entre tiempos, espacios y emociones enfrentadas.
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