Dolores Aguirre, que est¨¢s en los cielos...
Los toros de la fallecida Dolores Aguirre ofrecieron a su ganadera el mejor homenaje posible, y entre los seis, algunos con m¨¢s m¨¦ritos, la elevaron a los cielos taurinos
Los toros de la fallecida Dolores Aguirre ofrecieron a su ganadera el mejor homenaje posible, y entre los seis, algunos con m¨¢s m¨¦ritos, la elevaron a los cielos taurinos; y desde all¨¢ donde est¨¦ do?a Dolores habr¨¢ gozado con el juego interesante y variado de una corrida que, sin dejar de ser dura, fue un referente de casta, de movilidad y de nobleza en amplios pasajes del festejo. En una palabra, Aguirre triunf¨® a lo grande despu¨¦s de muerta, lo que supone el mejor regalo posible a quien vivi¨® la fiesta con tanta pasi¨®n.
Toros todos ellos excelentemente presentados, distra¨ªdos en el capote, y mansos en los caballos; ninguno galop¨® en banderillas, pero todos ofrecieron su mejor cara en la muleta; embistieron incansables, largos de recorrido, repetidores y con nobleza. Destac¨®, especialmente, el cuarto, que hac¨ªa el avi¨®n cuando Escribano lo citaba con la zurda. Muy buen nivel ofrecieron primero, segundo y quinto, y solo tercero y sexto presentaron una aspereza m¨¢s propia de este hierro, sin desmerecer, al final, del buen tono general de la corrida.
No significa lo dicho que fuera una corrida facil, pastue?a y exquisita, de esas que tanto gustan a los artistas de la modernidad. No. Los toros de Dolores Aguirre, de imponente estampa, de largos y astifinos pitones, de reacciones inciertas, respondieron a la dureza de su bien ganada fama; toros para toreros machos y heroicos, para hombres curtidos y dispuestos a jugarse de verdad la vida por la ilusi¨®n de un triunfo; para toreros, en fin, de una pieza.
Ni Escribano, ni Joselillo ni Del ?lamo alcanzaron ese ¨¦xito redondo que buscaron con verdadero inter¨¦s y que tanto necesitan los tres, pero a fe que lo intentaron. Quiz¨¢, esos toros exig¨ªan una madurez de la que carecen, o, sencillamente, es que, hoy por hoy, no hay toreros para esos toros. Los tres lo dieron todo. Escribano y Joselillo recibieron a sus toros de rodillas en la puerta de chiqueros; el primero, banderille¨®, particip¨® en quites, mulete¨® por ambos lados y dej¨® en el ruedo todo su curr¨ªculo profesional; debutaba en Pamplona y mostr¨® all¨ª todas sus cartas de manera apasionada. ?Cu¨¢l fue su problema? Quiz¨¢, que los toros ten¨ªan m¨¢s calidad que su toreo. Dio muchos pases y luci¨® muy poco; sobre todo, ante el excelente cuarto, al que tore¨® sin la hondura que exig¨ªa la calidad del toro.
Joselillo conoce la plaza, no en vano era esta su sexta comparecencia consecutiva, y esta ganader¨ªa, con la que ha alcanzado triunfos resonantes, pero torea muy poco, y eso el toro lo huele. No se le pueden negar su entrega, su valor, su pundonor¡, pero, adem¨¢s, hay que torear, colocarse bien, mandar, templar¡ En fin¡que qued¨® manifiesta su decisi¨®n, pero no fue cualidad suficiente para el triunfo.
A Del ?lamo le toc¨® el lote m¨¢s ¨¢spero, pero este torero parece llamado a metas importantes. Plant¨® cara a las dificultades con enorme gallard¨ªa, super¨® los defectos de sus toros con extraordinaria disposici¨®n, y, aunque no le hicieron mucho caso, aprob¨® con nota el dif¨ªcil examen; sobre todo, ante el sexto, al que mat¨® de una estocada de premio.
Ficha
AGUIRRE / ESCRIBANO, JOSELILLO, DEL ?LAMO. Toros de Dolores Aguirre, muy bien presentados, mansos en los caballos y encastados, con movilidad y clase en el tercio final;destac¨® el cuarto, muy noble; tercero y sexto, ¨¢speros. Manuel Escribano: estocada ca¨ªda y trasera?(oreja); pinchazo hondo y un descabello (vuelta). Joselillo, pinchazo y media (silencio); casi entera atravesada, dos descabellos y el toro se echa (silencio). Juan del ?lamo: pinchazo, media tendida y un descabello (silencio); gran estocada (ovaci¨®n).
Plaza de Pamplona, 8 de julio. Segunda corrida de feria. Lleno.
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