Rock en la c¨¢rcel mental
Un escalofriante drama social sobre la mitoman¨ªa como c¨¢rcel y, al tiempo, como salvaci¨®n
A veces solo hay que ser observador, encontrar a ese tipo que puede tener dentro un gran personaje, y tirar del hilo en una doble vertiente, la de la cotidianidad y la de la especulaci¨®n emocional. Si adem¨¢s se tiene talento para narrar y filmar, ya tienes pel¨ªcula, incluso una gran pel¨ªcula. As¨ª de f¨¢cil, as¨ª de complicado. Justo lo que ha conseguido en su largo de debut el argentino Armando Bo, que ha puesto su punto de mira en lo que puede haber detr¨¢s de uno de esos imitadores de Elvis Presley que hay por el mundo y ha acabado componiendo un escalofriante drama social sobre la mitoman¨ªa como c¨¢rcel y, al tiempo, como salvaci¨®n. El ¨²ltimo Elvis, de momento, la sorpresa del verano.
EL ?LTIMO ELVIS
Direcci¨®n: Armando Bo.
Int¨¦rpretes: John McInerny, Griselda Siciliani, Margarita L¨®pez, Corina Romero.
G¨¦nero: drama. Argentina, 2012.
Duraci¨®n: 91 minutos.
Carlos Guti¨¦rrez, tambi¨¦n llamado Elvis, y, faltar¨ªa m¨¢s, padre de una cr¨ªa llamada Lisa Marie, es ese gran personaje, un hombre sostenido por un don, el de cantar como Presley, voz privilegiada, f¨ªsico fond¨®n y sudoroso, tan repulsivo como atractivo, como el de aquel m¨ªtico concierto de Las Vegas, que poco a poco se va a ir colocando al borde del trastorno de identidad disociativo; un tipo honrado, sensible, profesional y probablemente demente, al que, como al Michael Douglas de aquella fat¨ªdica jornada, tambi¨¦n le puede llegar su d¨ªa de furia. Bo, forjado en la publicidad, retrata a su criatura con precisa elegancia a trav¨¦s de lev¨ªsimos y casi constantes movimientos de c¨¢mara, un magn¨ªfico uso de la steadycam y del cinemascope, y una sutil¨ªsima visi¨®n de la doble visi¨®n que desprende el espejo de la locura. Premio Horizontes del Festival de San Sebasti¨¢n, y con seis galardones de la Academia del Cine Argentino, El ¨²ltimo Elvis, sin embargo, ser¨ªa mucho menos de lo que es sin su mediador espiritual: John McInerny (en realidad, Juan McInerny), arquitecto, profesor universitario, sin experiencia cinematogr¨¢fica y tambi¨¦n imitador del cantante en la vida real, en La Plata. Verlo, ?y o¨ªrlo!, interpretar sus canciones pone la carne de gallina: por la belleza intr¨ªnseca de los temas, por la preciosa voz del actor y, sobre todo, por el espeluznante contraste con los ambientes donde se desarrollan los conciertos: residencias de ancianos, bodas, bautizos y comuniones con posibles, bingos de medio pelo. Brillante hasta su extraordinario ¨²ltimo plano, que no desvelaremos, pero que ya se apunta un par de minutos antes, frente al retrato en Graceland, El ¨²ltimo Elvis es una conmoci¨®n social, m¨ªstica y musical.
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