Horacio Icasto, pianista y compositor de jazz
Dirigi¨® sus propias formaciones, acompa?¨® a grandes del g¨¦nero y fue arreglista de m¨²sicos como Joan Manuel Serrat o Miguel R¨ªos
Eran las nueve de la noche del lunes en la localidad asturiana de Navia. El Festival de M¨²sica Horacio Icasto, constituido a la mayor gloria del pianista, arrancaba su 13? edici¨®n, con un cartel de tron¨ªo: el violinista Ara Malikian y la banda de gaitas La Reina del Tru¨¦bano con el coro Villa de Navia; pocos sab¨ªan que el impulsor del evento acababa de dejar este mundo, apenas media hora antes... ¡°Los organizadores decidieron no dar la noticia hasta terminado el concierto¡±, se?alaba el martes Noah Sayeh, baterista norteamericano, residente en Madrid, para quien el adi¨®s del pianista no es sino un hasta luego; y, con ¨¦l, los muchos que han colgado sus mensajes de condolencia por los habituales cauces sociales. Entre ellos, el cantor Pedro Ruy-Blas, con quien Icasto (Benito Ju¨¢rez, provincia de Buenos Aires, 1941) form¨® pareja art¨ªstica interpretando a los cl¨¢sicos del jazz y el pop: ¡°Pierdo no solo al inmenso m¨²sico que con tanta generosidad me ayud¨® a sentirme buen cantante, tambi¨¦n a un amigo muy querido a quien no podr¨¦ olvidar jam¨¢s¡±; o Federico Lechner, uno de sus numerosos alumnos: ¡°Esta ma?ana me despert¨¦ con un ¨¢nimo inusitado y estudi¨¦ un par de horas como en mis mejores tiempos. Unas horas despu¨¦s me entero de que esa misma ma?ana ha fallecido mi maestro de piano, quien me ense?¨® tantas cosas. Siento que su esp¨ªritu gru?¨®n y exigente me dej¨® un ¨²ltimo regalo. ?Gracias, Horacio!¡±.
Como todo buen maestro, a Horacio Icasto (que fue profesor en la Escuela de M¨²sica Creativa de Madrid y en el Conservatorio Superior de M¨²sica de El Escorial) se le reconoce en quienes siguen sus huellas; m¨²sicos de jazz, la mayor¨ªa, pero no solo de jazz. Vino a Espa?a en 1972 procedente de Argentina. Su padre, Horacio Baudello Icasto, fue director de la Orquesta T¨ªpica de Benito Ju¨¢rez, en la que Horacio toc¨® el piano con solo seis a?os. A nada estar¨ªa dando recitales por el continente americano, como solista y director de orquesta.
Hasta que descubri¨® el jazz. Luego, ya se ha dicho, vino a Espa?a. Enseguida le tendr¨ªamos subido a un escenario, dirigiendo sus propias formaciones a su estilo impetuoso y excesivo, en ocasiones. Lo tocaba todo; y todo lo tocaba al mismo tiempo. ¡°?Horacio, echa el freno!¡±, le gritaron durante un concierto. ?l sonri¨® y par¨®: ¡°Tambi¨¦n s¨¦ tocar as¨ª¡±, pareci¨® decirnos. Le tiraba lo cl¨¢sico (era un especialista en Chopin y Gershwin). Y, como tantos otros, tuvo que ganarse las lentejas escribiendo arreglos para Joan Manuel Serrat, Miguel R¨ªos o Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel; trabajos alimenticios que cumpli¨® con esmero y dignidad incuestionables. En su curr¨ªculo como m¨²sico de jazz figuran los nombres de Art Blakey, Max Roach, Gary Burton o Paquito de Rivera, con quienes toc¨®. Uno le recuerda junto al trompetista Woody Shaw en el Central; o sus conciertos a cuatro manos en el mismo recinto a d¨²o con su hijo, Tato. Mezcl¨® a Debussy y el jazz con resultados sorprendentes (Debussiana). Tambi¨¦n compuso. Era el socio n¨²mero 64.326 de la Sociedad General de Autores, con un total de 50 obras registradas.
Lo pas¨® mal en sus ¨²ltimos a?os. Enfermo de c¨¢ncer, sufri¨® dos anginas de pecho consecutivas que obligaron a internarle en un centro de la sierra madrile?a, donde falleci¨® a los 72 a?os.
Babelia
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