Un asistente del pintor Jasper Johns, acusado de vender 22 obras robadas
James Meyer, quien trabaj¨® para el artista durante 25 a?os, obtuvo 3,4 millones de d¨®lares por la venta de los cuadros que sustrajo entre 2006 y 2012
¡°Jasper me ha ense?ado a pensar en lo que voy a hacer antes de hacerlo¡±, coment¨® en una entrevista James Meyer, el asistente del maestro del Pop Art Jasper Johns. Durante los 25 a?os en los que trabaj¨® para ¨¦l, Johns, de 83 a?os, le instruy¨® en c¨®mo preparar un lienzo y mejorar los trazos, adem¨¢s de en la t¨¦cnica de la enc¨¢ustica ¨Cque utiliza la cera caliente y que ya era empleada en el imperio romano-. En lo que seguro que el artista no ilustr¨® a su pupilo, pintor como ¨¦l, es en el arte del robo y el fraude.
El pasado mi¨¦rcoles, Meyer era detenido por el FBI y acusado de sustraer 22 obras de Johns, algunas inacabadas, y venderlas a una galer¨ªa de arte de Manhattan. Las piezas se adjudicaron por 6,5 millones de d¨®lares y el asistente del artista se embols¨® 3,4 millones. Meyer se declar¨® inocente y se encuentra en libertad tras abonar una fianza de 250.000 d¨®lares.
Si el asistente de Johns, de 51 a?os, es encontrado culpable de los cargos de fraude, robo de propiedad y de transporte interestatal de material robado de los que se le acusa podr¨ªa pasar los pr¨®ximos 30 a?os en la c¨¢rcel. "Meyer es el ¨²ltimo de una casta de ladrones que ha buscado hacerse millonario a trav¨¦s del fraude en el mundo del arte¡±, se?al¨® el jueves Preet Bharara, la fiscal de distrito de Nueva York que, junto con el FBI, ha firmado la denuncia contra el asistente de Johns.
De acuerdo con el escrito de acusaci¨®n, entre 2006 y 2012, Meyer manten¨ªa un archivo paralelo de cuadros inacabados del estudio del artista en Sharon, Connecticut, que vend¨ªa despu¨¦s a una galer¨ªa de arte neoyorquina, cuyo nombre no ha transcendido. El asistente falsificaba la documentaci¨®n que le acreditaba como titular de las piezas, que figuraban como regalos de su mentor. En el acuerdo de venta se impon¨ªa la obligaci¨®n a los potenciales compradores de no exhibir la obra en los pr¨®ximos ocho a?os y la prohibici¨®n de cederla o revenderla durante ese tiempo.
Johns es uno de los artistas m¨¢s importantes de su generaci¨®n, conocido por sus lienzos de banderas de EE UU. Su trabajo?Tres banderas, que se puede admirar en el Whitney Museum, fue adquirido en 1980 por un mill¨®n de d¨®lares, la cantidad m¨¢s alta pagada hasta la fecha por la obra de un autor vivo. Durante mucho tiempo otra de sus ic¨®nicas banderas -Bandera (1960-66)- pendi¨® de una de las paredes de la casa del escritor Michael Crichton, un admirador del pintor sobre el que en 1977 escribi¨® un libro, Jasper Johns. La obra fue vendida por 28,6 millones de d¨®lares tras la muerte del autor de Parque Jur¨¢sico.
No es la primera vez que una obra de Johns se ve implicada en una trama de fraude en el mundo del arte. En noviembre del a?o pasado, el due?o de una fundici¨®n de Queens fue detenido por tratar de vender por 11 millones de d¨®lares una escultura haci¨¦ndola pasar por una creaci¨®n aut¨¦ntica del artista, algo que ya hab¨ªa intentado, tambi¨¦n sin ¨¦xito, 10 a?os atr¨¢s.
De acuerdo con su p¨¢gina web, Meyer, de origen mexicano, fue adoptado en California en 1962 y estudi¨® en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York antes de comenzar a trabajar para Johns . El portal theartblog.org public¨® una entrevista con Meyers en la que ¨¦l reconoc¨ªa que, con 22 a?os, sobreviv¨ªa en Brookling haciendo copias de cuadros de Vang Gogh y Matisse por seis d¨®lares la hora para decorar las paredes de una cadena de restaurantes de la ciudad, un trabajo que no le agradaba. Sus amigos le sugirieron que preguntara a otros artistas profesionales si pod¨ªa colaborar con ellos. Uno de los primeros a quienes sonde¨®, de acuerdo con el art¨ªculo, fue Johns.
Con un muestrario de sus dibujos en una mano y su curr¨ªculum en la otra, Meyer se present¨® frente al edificio del estudio de Johns en la calle Houston Street. ¡°Me puse un traje y llam¨¦ a la puerta¡±, cuenta el asistente. Ese d¨ªa no pas¨® del umbral pero le dej¨® al pintor la selecci¨®n de su trabajo. Cuando a d¨ªa siguiente regres¨® para recuperarla, Johns le invit¨® a tomar caf¨¦. ¡°Vuelve ma?ana y veremos qu¨¦ pasa d¨ªa a d¨ªa¡±, recuerda Meyer. A lo largo de su colaboraci¨®n con el artista, Meyer dibujaba trazos en sus lienzos que luego Johns borraba y repintaba.
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