La novela negra est¨¢ de luto
Elmore Leonard fallece en Detroit a los 87 a?os El prol¨ªfico autor que dignific¨® la intriga policial derrib¨® las fronteras entre la alta y la baja literatura
Elmore Leonard, autor de medio centenar de novelas de g¨¦nero, ha fallecido a los 87 a?os en un suburbio de Detroit, ciudad que hac¨ªa unas semanas proclamaba oficialmente su decrepitud, declar¨¢ndose en bancarrota, y donde el escritor hab¨ªa pasado la mayor parte de su vida. Leonard hab¨ªa nacido en 1925 en otra ciudad cuya decrepitud intr¨ªnseca es tambi¨¦n beneficiosa para la imaginaci¨®n, Nueva Orleans, y llevaba 60 a?os publicando novelas a raz¨®n de una por a?o, con la mera excusa de que ¡°le resultaba divertido hacerlo¡±. Su idea de literatura no pod¨ªa estar m¨¢s clara.
Harto de que lo atosigaran con preguntas que explicaran la clave de su ¨¦xito, en 2001 redact¨® un dec¨¢logo que no tiene desperdicio. ¡°Bajo ning¨²n concepto empiece una novela hablando del tiempo que hace¡±. ¡°Nada de pr¨®logos¡±. ¡°Evite las descripciones detalladas de cosas, personajes o lugares¡±. En esencia, la po¨¦tica del novelista se puede resumir en dos normas: ¡°No escribir lo que se suele saltar el lector¡± y sobre todo: ¡°Si suena a literatura, olv¨ªdelo, no sirve¡±.
Esa naturalidad hac¨ªa saltar por los aires las distinciones entre ¡°alta¡± y ¡°baja¡± literatura. Escritores como Martin Amis, Saul Bellow, Barry Gifford o Raymond Carver coincid¨ªan en proclamar la maestr¨ªa de Elmore Leonard con lectores que jam¨¢s les hab¨ªan le¨ªdo ni pensaban hacerlo. Stephen King, por traer a colaci¨®n a un escritor de una estirpe muy distinta, estaba totalmente de acuerdo.
Empez¨® escribiendo cuentos y novelas del Oeste, en la d¨¦cada de los cincuenta. La primera, una narraci¨®n de media distancia titulada El agente apache, la vendi¨® por 90 d¨®lares a la revista Argosy, que enseguida vio en ¨¦l a un maestro en ciernes del g¨¦nero. Una de las ¨²ltimas, Hombre (1961), fue elegida por los especialistas como uno de los mejores westerns de todos los tiempos. Su m¨¦todo para inspirarse, seg¨²n confes¨® en una entrevista, consist¨ªa en sumergirse hipn¨®ticamente en la lectura de una publicaci¨®n titulada Autopistas de Arizona. Donde los dem¨¢s no ve¨ªan m¨¢s que paisajes ¨¢ridos, Elmore atisbaba un fil¨®n inagotable de historias, todas pobladas de personajes n¨ªtidamente definidos.
Cuando los westerns empezaron a perder el favor del p¨²blico, Leonard se pas¨® a la ficci¨®n criminal. Su primera novela negra, The Big Bounce, fue rechazada por un total de 84 editoriales y varias productoras cinematogr¨¢ficas. Acab¨® siendo un best seller del que se hicieron dos versiones f¨ªlmicas. En sus nuevas ficciones, el desierto fue sustituido por una sucesi¨®n de enclaves urbanos. Los nuevos escenarios eran lugares como Detroit y Nueva Orleans, Miami, San Juan o Atlantic City. Tan importante como el trasfondo urbano, una galer¨ªa de personajes que ten¨ªan en com¨²n su desprecio por la ley y las buenas costumbres, por quienes el novelista sent¨ªa particular debilidad.
En cuanto al estilo, en conformidad con su dec¨¢logo de la buena escritura, era prioritaria la escalofriante desnudez de la prosa, t¨¦cnica que aprendi¨® de Hemingway, a quien sin embargo achacaba un grave defecto: su falta de sentido del humor, fallo que el disc¨ªpulo supo mantener a raya. En segundo lugar, el dominio del di¨¢logo: la manera de hablar de sus personajes es real. Las p¨¢ginas de Elmore Leonard destacan por sus cualidades sensoriales auditivas, tanto como visuales. Otro truco: imitar no a los nombres encasillados en el g¨¦nero negro, sino a autores de la estirpe de John Steinbeck y John O¡¯Hara, por se?alar dos influencias muy cercanas. Eso explica que Martin Amis dijera en una ocasi¨®n que al lado de la suya, la prosa de Chandler resultaba torpe.
La obra de Leonard parec¨ªa nacida m¨¢s para la pantalla, grande o peque?a, que para la p¨¢gina. Aparte de las adaptaciones televisivas, una veintena de t¨ªtulos de Elmore Leonard, entre relatos y novelas, fueron trasladados con gran ¨¦xito al cine. Pocos escritores pueden alardear de un reparto de actores encargados de dar vida a sus personajes de papel como el suyo: Paul Newman, en Hombre; Charles Bronson, en Mister Majestyk; Burt Lancaster, en Que viene Valdez; Burt Reynolds, en Stick; Alan Alda, en La guerra de los contrabandistas; Pam Grier, en Jackie Brown; George Clooney y Jennifer L¨®pez, en Una relaci¨®n muy peligrosa; Peter Falk, en Pronto; Mickey Rourke, en Killshot; John Travolta, en C¨®mo conquistar Hollywood, y Glenn Ford y Russell Crowe, en dos versiones diferentes de Yuma (separadas entre s¨ª por una distancia de 50 a?os). La muerte de Elmore Leonard deja una larga huella de tristeza, uniendo en un sentimiento dif¨ªcil de explicar a escritores y lectores que en principio a nadie se le hubiera ocurrido aunar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.