Cedar Walton, discreto maestro del jazz moderno
Pianista y compositor excepcional, toc¨® con Blakey, Golson, Hubbard, Gordon...
Hizo lo posible por mantenerse fuera de los focos. Cedar Walton lo ten¨ªa todo para haberse comido el mundo, como pianista y compositor excepcional; sin embargo, prefiri¨® mantenerse en un discreto segundo plano, hasta donde ello le fue posible. En junio de este mismo a?o le correspondi¨® la dif¨ªcil papeleta de sustituir a Mulgrew Miller, fallecido en mayo, en el concierto que este ten¨ªa programado en el Jazz at Lincoln Center de Nueva York. Apenas cuatro meses despu¨¦s, le toc¨® a ¨¦l. Cedar Walton abandon¨® este mundo la ma?ana del lunes en su domicilio de Brooklyn, a los 79 a?os. La noticia de su fallecimiento, transmitida a trav¨¦s de los medios por el promotor Todd Barkan, no especifica las causas de su fallecimiento.
Cedar Anthony Walton, Junior, naci¨® un 17 de enero de 1934 en la muy poco jazz¨ªstica localidad de Dallas, Texas. Su madre, profesora de piano, y su padre, aficionado al jazz, le inculcaron la pasi¨®n por el g¨¦nero. Trasladado a Denver para completar sus estudios universitarios, Walton ocupaba las noches como pianista en un club de la ciudad. All¨ª tuvo la oportunidad de cruzar unos compases con algunos ilustres visitantes tales que Charlie Parker, Dizzy Gillespie o John Coltrane.
En 1955, el joven pianista traslad¨® su residencia a Nueva York, destino inevitable para cualquier m¨²sico de jazz con el ¨¢nimo de hacerse un hueco en la profesi¨®n. En nada, estaba tocando con los m¨¢s grandes: el trompetista Kenny Dorham, el trombonista J. J. Johnson y el saxofonista Benny Golson, figura crucial de ese hard bop que Walton adopt¨® como su expresi¨®n identitaria despu¨¦s de escuchar la recomendaci¨®n de Thelonious Monk: ¡°Toca tu propia mierda¡¯; ese fue su consejo. Y eso es lo que hago¡±.
A los seis a?os de su llegada a la Gran Manzana, recibi¨® la llamada que todo hard bopper espera cual agua de mayo. El pr¨ªncipe de los bateristas, Art Blakey, solicitaba sus servicios. Walton permaneci¨® con los Jazz Messengers de Blakey entre 1961 y 1964 ejerciendo las funciones de pianista, arreglista y compositor. Con ellos grab¨® dos discos cruciales: Free for all y Mosaic. Hasta 1967 no grab¨® su primer disco como solista para el sello Prestige: Cedar!
La lista de solistas que han reclamado sus servicios resulta apabullante: de Etta James a Abbey Lincoln pasando por Gene Ammons, Eddie Harris, Lee Morgan, Freddie Hubbard, Milt Jackson, Frank Morgan, Dexter Gordon¡ a mediados de los setenta fund¨® Eastern Rebellion, junto con Clifford Jordan, a los saxos (sustituido por George Coleman y Bog Berg); Sam Jones, al contrabajo; y Billy Higgins, a la bater¨ªa. Walton y Eastern Rebellion actuaron en nuestro pa¨ªs en locales no siempre acordes a la categor¨ªa art¨ªstica de los artistas. Una constante en la carrera del pianista y en la del conjunto, de larga y accidentada vida.
En los ochenta, entr¨® a formar parte de los Timeless All-Stars, junto con Harold Land, Bobby Hutcherson, Curtis Fuller, Buster Williams y, de nuevo, Billy Higgins. Elevado a la categor¨ªa de maestro indiscutible del jazz moderno, con un estilo a la vez s¨®lido y complejo, te?ido del m¨¢s alto sentido po¨¦tico, el pianista segu¨ªa guard¨¢ndose celosamente de los focos en beneficio de sus compa?eros de grupo. Si alguna vez pudo pensarse en ¨¦l como en una estrella de jazz al uso, las circunstancias parecieron aliarse en lo contrario. As¨ª cuando, en 1959, particip¨® en la grabaci¨®n de la obra maestra de John Coltrane, Giant steps, ninguna de sus interpretaciones fueron incluidas en la versi¨®n final del disco.
De su faceta como compositor, nos quedan algunos de los est¨¢ndares m¨¢s transitados del jazz contempor¨¢neo: Mosaic, Ugetsu, Bolivia...
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