Cine, pedagog¨ªa y espagueti
El cine, permeabilizado por toda la historia del siglo XX y del XXI, tambi¨¦n sirve para la pedagog¨ªa Avalancha de libros en torno a la gastronom¨ªa, la diet¨¦tica y las artes culinarias
La relaci¨®n entre cine y novela ha sido siempre simbi¨®tica. Desde sus mismos or¨ªgenes el s¨¦ptimo arte recurri¨® a la novela para contar en im¨¢genes historias inmortales. Y esas im¨¢genes en movimiento ¡ªprimero silentes y sincopadas¡ª inflamaron desde el principio la imaginaci¨®n de los novelistas. Exist¨ªa, sin embargo, una peque?a diferencia: a principios del siglo XX, mientras el cine todav¨ªa estaba efectuando el viaje desde la barraca de feria a la industria del entretenimiento, los novelistas ya dominaban la t¨¦cnica de contar historias con palabras. El cine aprender¨ªa pronto a hacer lo mismo con el lenguaje que le es propio, pero en esos primeros a?os predominaba el balbuceo. Las novelas tambi¨¦n lo reflejaron, claro. Recuerdo aquella escena de La Monta?a M¨¢gica (publicada en 1924, pero iniciada en 1912) en que Hans Castorp y su primo Joachim llevan a la tuberculosa Karen Karstedt a ver una pel¨ªcula (silente) al cine de Davos Platz, cuya atm¨®sfera viciada, tan distinta al aire puro de las alturas, encuentran, sin embargo, vibrante de vitalidad: ¡°cientos de im¨¢genes, de fugac¨ªsimos momentos, centelleaban, se suced¨ªan, permanec¨ªan tr¨¦mulos en el aire y se apresuraban a desaparecer sobre la pantalla¡± (traducci¨®n de Isabel Garc¨ªa Ad¨¢nez). La magia del cine descrita por el novelista Thomas Mann: comuni¨®n de im¨¢genes y receptores, de no-vidas luminosas (las de la pantalla), convertidas repentinamente en vidas, y de vidas (las de los espectadores) que permanec¨ªan temporalmente en suspenso, fascinadas por aquellas otras que parec¨ªan m¨¢s reales. Pero el cine ¡ªpermeabilizado por toda la historia del siglo XX y de lo que va del XXI¡ª tambi¨¦n sirve para la pedagog¨ªa. Ah¨ª tienen, por ejemplo, Cuando las pel¨ªculas votan (Catarata), un interesante reader coordinado por Pablo Iglesias Turri¨®n en el que dieciocho especialistas en ciencias sociales utilizan otras tantas pel¨ªculas para ilustrar o comentar importantes cuestiones de sociolog¨ªa o ciencia pol¨ªtica. As¨ª, por ejemplo, Espartaco (Kubrick) sirve para analizar la revoluci¨®n; Lawrence de Arabia (Lean), el liderazgo; Mad Men, la serie de Matthew Weiner, el feminismo; Blade Runner (Scott), la alienaci¨®n; y La estrategia del caracol (Cabrera), la acci¨®n colectiva. Un libro para estudiantes y profesores a partir de las historias que cuentan las pel¨ªculas. Con bibliograf¨ªa y filmograf¨ªa adicionales para los que deseen profundizar.
Espagueti
Avalancha de libros en torno a la gastronom¨ªa, la diet¨¦tica y las artes culinarias. No es de extra?ar: entre los m¨¢s vendidos de no-ficci¨®n figuran, por ejemplo, La enzima prodigiosa (Aguilar), de Hiromi Shinya, y dos libros ¡°medi¨¢ticos¡±: Masterchef, las mejores recetas (Espasa) y Pesadilla en la cocina, de Alberto Chicote (Temas de Hoy), productos secundarios de sendos programas de televisi¨®n de gran audiencia. La tele lleva mucho tiempo funcionando como ¡°editor¡± indirecto de obras de tema culinario: ah¨ª tienen, por ejemplo, el sostenido ¨¦xito de la saga de libros de Sergio Fern¨¢ndez y Maril¨® Montero, que est¨¢n funcionando como aut¨¦nticas gallinas de los huevos de oro para dos editoriales de Planeta (Temas de Hoy y Espasa): y tienen para rato (y para m¨¢s libros de recetas), si tenemos en cuenta que su programa matinal en la primera cadena sigue siendo uno de los m¨¢s vistos por la audiencia, que saliva a esas horas tard¨ªas de la ma?ana con los platillos que preparan en directo. A juzgar por el boom gastron¨®mico televisivo y libresco, se dir¨ªa que nos ha entrado una aut¨¦ntica fiebre por ¡°comer bien¡±, algo que en la mayor¨ªa de las casas se ven¨ªa haciendo de toda la vida. En todo caso, para la rentr¨¦e se anuncian muchos m¨¢s, entre los que selecciono Cocina conmigo (Grijalbo), del tambi¨¦n medi¨¢tico chef escoc¨¦s Gordon Ramsay, La cocina del bienestar: nutrigen¨®mica (Cr¨ªtica), de Jos¨¦ Mar¨ªa Ordov¨¢s, y El arte de la cocina francesa (Mondadori), de Julia Child, la c¨¦lebre chef estadounidense que trabaj¨® durante a?os en el parisino Le cordon bleu y, de regreso a EE UU, hizo un programa de televisi¨®n en el que ense?¨® a sus compatriotas que hab¨ªa vida m¨¢s all¨¢ de la comida r¨¢pida; Meryl Streep interpret¨® su personaje en la pel¨ªcula de Nora Ephron Julie y Julia (2009). Por lo dem¨¢s, el libro en torno a las cosas de la cocina que m¨¢s me ha interesado ¨²ltimamente es La importancia del tenedor (Turner), de Bee Wilson, una entretenid¨ªsima historia de los utensilios y artilugios que usamos para preparar la comida y llev¨¢rnosla a la boca. Claro que hay quien desaf¨ªa todas las normas: compru¨¦benlo en YouTube con el hilarante fragmento (Spaghetti) en que Roscoe ¡°Fatty¡± Arbuckle y Buster Keaton la emprenden con sendos platos de fideos italianos. La escena pertenece a la pel¨ªcula The Cook (1917) y, cr¨¦anme, son dos minutos y cuarenta y cinco segundos de memorable humor silente.
Revoluci¨®n
Los de abajo, la primera gran novela de la Revoluci¨®n mexicana, obra del villista Mariano Azuela, se public¨® por entregas en 1915, cuando el incendio pol¨ªtico y social que acab¨® con el Porfiriato estaba todav¨ªa lejos de extinguirse. En un momento dado de la narraci¨®n, uno de sus personajes pronuncia una frase que expresa la fascinaci¨®n que aquella revoluci¨®n ejerci¨® en buena parte de quienes la vivieron: ¡°Amo la Revoluci¨®n aun en su misma barbarie¡±. En la Royal Academy londinense, que hace diez a?os program¨® la estupenda exposici¨®n Aztecs, puede verse hasta el 26 de septiembre la muestra Mexico, A Revolution in Art, 1910-1940, que se centra en el renacimiento art¨ªstico experimentado por el arte mexicano, as¨ª como en la atracci¨®n que el proceso y las fases de la revoluci¨®n ejercieron sobre muchos intelectuales y artistas extranjeros, como Andr¨¦ Breton, Josef Albers, Edward Burra y otros. Turner ha publicado M¨¦xico, la revoluci¨®n del arte, 1910-1940, que es la versi¨®n castellana del libro que acompa?a a la muestra y que recoge los textos de su comisario, Adrian Locke, y un conjunto de magn¨ªficas ilustraciones que proporcionan una singular panor¨¢mica de la evoluci¨®n del arte mexicano durante ese periodo crucial que en el terreno art¨ªstico coincide con la eclosi¨®n del modernismo. Desde los grandes muralistas ¡ªRivera, Orozco, Siqueiros¡ª a pintores inclasificables como Frida Kahlo o Francisco Goitia, los grandes artistas del momento ilustraron e interpretaron aquella revoluci¨®n, alentados a menudo por los programas estatales para difundir los ideales del nuevo r¨¦gimen. Una revoluci¨®n que, adem¨¢s, tiene el m¨¦rito de ser la primera en haber sido totalmente documentada por la fotograf¨ªa: desde las espeluznantes im¨¢genes de ejecuciones callejeras de Walter Horne a los retratos de gentes an¨®nimas de Paul Strand, el libro y la muestra ofrecen una excelente selecci¨®n de las placas de Tina Modotti y de su compa?ero Edward Weston, de Cartier Bresson, Robert Capa o el joven fot¨®grafo y coleccionista Manuel ?lvarez Bravo. Turner tambi¨¦n ha publicado recientemente, en coedici¨®n con el Colegio de M¨¦xico, la Nueva historia m¨ªnima de M¨¦xico, sin duda la mejor introducci¨®n al pasado de ese pa¨ªs inagotable.
Babelia
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